Capítulo 5 | El cumpleaños de Anisa

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Hoy era 9 de mayo.

Y todo el instituto sabía lo que significaba esa fecha.

Era el cumpleaños de Anisa. Para celebrarlo, organizaba una impresionante fiesta en su lujosa casa e invitaba a todos sus compañeros de clase. El alcohol era uno de los imprescindibles que nunca faltaban y ofrecían comida como para alimentar a tres generaciones. Un año incluso trajeron a un famoso DJ.

Todos bebían, reían y se lo pasaban en grande, mientras que la popularidad de Anisa crecía un poquito más con cada año que pasaba.

Después del cumpleaños, de lo único que se cuchicheaba en los pasillos del instituto era del gran fiestón que tuvo lugar en su casa. Y Anisa disfrutaba ser la protagonista durante esos días.

Cuando yo todavía estaba viva, sabía que podía asistir al gran evento del año (como se burlaría Lily) si así lo deseaba, aunque Anisa y yo no fuésemos las mejores amigas. De hecho, estaba segura de que las puertas de la vivienda de Anisa estaban abiertas para cualquiera que quisiera disfrutar de su fiesta, aunque no lo conociera personalmente.

Sin embargo, Lily, Jayden y yo, como buenos parias sociales, nos reuníamos cada año en este día para ver películas de terror, las favoritas de Jayden. Hacíamos palomitas y Lily encargaba una pizza vegana para ella y otra con anchoas y champiñones para Jayden y para mí. No había lujos ni alcohol, pero nos divertíamos.

Cuando morí, creí que al menos ellos dos mantendrían esa especie de tradición sin mí. Por ello, me sorprendí al descubrir que Lily iba a asistir a la fiesta de cumpleaños de Anisa.

Sin Jayden.

Me alegraba que no estuviese hundida por mi muerte. Prefería mil veces que saliese y se divirtiera a encontrarla llorando por las esquinas. De verdad que sí. Imaginé que verla en ese estado me rompería el corazón.

Pero ser testigo de lo bien que estaba sobrellevando mi pérdida era... decepcionante.

Quería decir, ¿tan poco le importé como para que pasara página tan rápido? ¿Ni siquiera le preocupaba si estaba viva o no? ¿Por qué parecía que mi ausencia le afectaba del mismo modo que lo haría la desaparición de una desconocida?

Sacudí la cabeza, con la intención de apartar esos pensamientos egoístas de mi cabeza. "Cada uno afronta el dolor de una manera distinta, Harriet" me reprendí. Si realmente me importaba Lily, me alegraba comprobar cómo ella continuaba con su vida. Sin mí.

Y Lily siempre iba a ser mi mejor amiga. Sería feliz si ella estaba bien.

Después de haber reflexionado mucho sobre el tema, decidí que esa noche no me quedaría en casa de mis padres velando por sus sueños. En su lugar, asistiría a esa fiesta por la que nunca me interesé cuando estaba viva. Tenía mucha curiosidad sobre cómo se desenvolvería Lily en ella y era una oportunidad única para observarla fuera del instituto.

En cierta manera, era como si hubiésemos quedado para asistir juntas, como amigas. Casi era como si no hubiese muerto. Casi.

Me crují los nudillos. Romper con mi rutina me ponía nerviosa.

Mientras vivía, eludía las juergas nocturnas. Prefería pasar la noche acurrucada en mi cama leyendo un buen libro de suspense con una humeante taza de chocolate. Así de sociable era.

Oficialmente, esta era la primera fiesta a la que asistía.

Pillé a Lily justo cuando estaba de camino a la casa de Anisa.

Alcé mis cejas, sorprendida, contemplando cómo iba vestida. Jamás la había visto con un estilo de ropa semejante. Ella había sustituido sus habituales sudaderas de Harry Potter por una ajustada camisa transparente del color del carbón, un blazer a cuadros negros y marrones y unos ceñidos vaqueros, que acababan en unos mocasines tan oscuros como el ala de un cuervo. Incluso se había planchado el pelo y maquillado las pestañas con rímel.

Todas las estrellas que nos separanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora