Todas las estrellas que nos separan

Candace

Candace,

Ya no sé qué hacer. El psicólogo me recomendó expresar mis sentimientos a través de estas cartas, pero no ayuda. Cada vez que te escribo, o lo intento, siento como si la herida se abriera de nuevo y le echara sal encima. Y escuece, pero no se cura. Nunca se cura.

¿Cómo se supone que va a sanarme algo que no hace más que lastimarme?

¿Y sabes qué es lo peor de todo? Ser consciente de que nunca podré contarte aquello que callaba. Nunca más volveré a tener la oportunidad de llamar tu atención cuando tu mente ha viajado a miles de kilómetros de donde estabas, ni de hacerte rabiar para que dejaras de contenerte, ni tampoco veré tu rostro escandalizado por decir lo que pienso sin filtros.

Me prometí vivir el presente, sin reprimirme, y contigo rompí esa promesa.

Ojalá haberte dicho lo mucho que significabas para mí cuando aún estabas conmigo.

Gael.