Capítulo 7 | Una promesa, tres amigos y un plan

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Tal y como imaginé, la fiesta de Anisa estaba en boca de todos. Y apenas había comenzado la semana.

Me deslicé por los abarrotados pasillos con cautela para no atravesar a nadie. El hecho de que fuera lunes no había desalentado a mis compañeros, ni tampoco que en el exterior estuviese cayendo un diluvio universal. De forma general, todos estaban más animados de lo normal, comentando lo genial que estuvo el cumpleaños de la susodicha o la pena que sentían por no haber podido ir.

Imaginé que Anisa estaría satisfecha por ser el tema de conversación del instituto. Sin embargo, no la vi. No hacía acudido a las clases. Me pregunté si estaba relacionado con Charlie y su infidelidad.

En cualquier caso, no era asunto mío.

Crují los nudillos de mis manos, nerviosa, mientras estudiaba la multitud de estudiantes una vez más. Estaba buscando a alguien en concreto, y no eran Lily ni Jayden.

Aiden era la única persona con la que podía hablar y, a partir de ahora, iba a dejar de fingir que no era capaz de advertir mi presencia. Sin embargo, no sabía cómo iba a ser exactamente nuestra relación y eso me generaba incertidumbre. ¿Me ignoraría en el instituto para aparentar ser un chico normal que no veía fantasmas? ¿Solo conversaríamos fuera de estos muros? ¿Y si me había mentido y en realidad nada cambiaba entre nosotros?

Mis preocupaciones se esfumaron en cuanto lo vi entrar. No quería parecer muy ansiosa, pero tampoco era capaz de apartar la vista de él.

Aiden estaba totalmente sumido en las canciones que escuchaba a través de los auriculares que llevaba puestos. Su pelo estaba mojado, imaginé que por la lluvia, dándole un toque más oscuro y pareciendo que era negro en lugar de castaño oscuro. Ese contraste provocó que el camino de pecas sobre su nariz se apreciara más que en ocasiones anteriores.

Antes de que mis neuronas decidieran ponerse a trabajar, Aiden giró de manera distraída la cabeza y me pilló observándolo. Inevitablemente, me puse nerviosa. "Genial, ahora pensará que eres una acosadora" me reprendí. Pero ajeno a mi bochorno, Aiden esbozó una pequeña sonrisa y me dedicó un guiño cómplice, desarmándome por completo.

Él continuó su camino hacia el aula, mientras que yo me quedé junto a la pared del pasillo para evitar a los alumnos. Las comisuras de mis labios se elevaron. Sí que había cambiado algo entre nosotros.

Ser consciente de repente de que nunca más volvería a ser ignorada, provocó que mi corazón se agitase.

Qué curioso. Mientras estaba viva, opté por aislarme en lugar de relacionarme con mis compañeros. Solo salía con Lily y Jayden, y cuando me daban la oportunidad de ampliar mi círculo de amigos mediante fiestas o salidas, declinaba la invitación. Pero ahora que no tenía a nadie más que a Aiden, haría lo que fuese para volver atrás en el tiempo y aprovechar cada una de aquellas quedadas.

Supuse que después de haber probado la soledad era cuando valorábamos la compañía.

La mañana transcurrió entre explicaciones de profesores que no tenía por qué atender y vistazos furtivos a mis compañeros. La hora del descanso me sorprendió en ensoñaciones y retazos de la vida que perdí. Solo cuando todos abandonaron el aula y me descubrí sola, comprendí que, de nuevo, me había quedado en las nubes.

—Hola —saludó alguien, entrando en la clase. Dado que era la única que estaba aquí, supe a quién le pertenecía la voz incluso antes de mirarlo.

—Hola —respondí, mientras mis ojos volaban hacia Aiden.

Aiden se dirigió hacia mi posición, el lado más alejado de los pupitres. Cuando llegó junto a mí, apoyó su espalda en la pared y se dejó caer hasta quedarse sentado. Me situé a su lado, con cuidado de no traspasar nada.

Todas las estrellas que nos separanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora