𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨
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Mackayla Collins y Shawn Mendes son mejores amigos desde que son pequeños, ambos han sido inseparables desde entonces pero al crecer, al madurar, al despertar nuevos sentimientos se dieron cuenta que cada un...
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Al otro día
Después de levantarme y hacer mi rutina de la mañanas, fui a la escuela junto a Shawn para pasar algunas horas en clase. Al final de nuestro horario escolar, se realizó un partido de soccer donde Shawn formaba parte del equipo. El día de ayer cuando fuimos a recoger las papas me comentó sobre el evento, así que ahora estoy de caminando las escaleras de las gradas junto a Taylor.
—Yo digo que van a ganar.
—Si, digo lo mismo. No es por nada pero nuestro equipo de fútbol es muy bueno.
Y no estaba mintiendo, no solo porque mi mejor amigo esté ahí sino que su equipo es demasiado fuerte y está muy bien preparado.
Ambas tomamos asiento en medio de la multitud fanática de nuestra escuela. El ambiente se pone buen de este lado.
—¡Con ustedes, Los linces de Harrow School!
Nuestro equipo entró a la cancha saludando a todo el público emocionado que los animaba con gritos, chiflidos y aplausos.
—¡Los tigres del Colegio Brown!
El siguiente equipo entró y nuestra porra los abucheó. Hay demasiada rivalidad como para quedarnos callados.
El equipo inició y luego de unos minutos en los que me la pasé gritando y apoyando al equipo como si fuera el director técnico, habían llegado al medio tiempo en ceros.
—Que aficionada eres—rio Tay.
La miré y me senté de nuevo en mi lugar porque incluso de tanta emoción que tenía estaba de pie gritando.
—Es una forma de desahogo.
—Si, ya veo—sonrió divertida—yo solo vine a acompañarte.
—Hola, Mackayla.
No puedes ser. Voltee hacia la izquierda encontrándome con Madison y una de sus amigas que no recuerdo cómo se llama.
—Hola.
—Oye, patética, hablando de lo que sucedió con Shawn, no quiero que pienses que puedas tener algo con él porque no va a hacer así. Tú ya estás en la zona de amigos y nadie quiere andar con una gata como tú, ¿entendiste?
La miré sorprendida. Que estúpida es.
—Oye, ¿qué te...—interrumpí lo que iba a decir Taylor.
