𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨
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Mackayla Collins y Shawn Mendes son mejores amigos desde que son pequeños, ambos han sido inseparables desde entonces pero al crecer, al madurar, al despertar nuevos sentimientos se dieron cuenta que cada un...
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Al otro día
A pesar de ser sábado me levanté temprano porque tenía que ir a Society cafe. Todos los sábados iba a trabajar por medio día, tal vez no me pagaban gran cantidad pero era algo con lo que me podía comprar algunas cosas que yo quería o necesitaba.
Luego de haberme arreglado, le di de desayunar a Dash antes de salir de mi habitación para bajar a la sala donde Asher estaba jugando videojuegos con Blue acostado a su lado, Alex y mi papá estaban desayunando en el comedor.
—¿Ya te vas?—me preguntó mi papá.
—Aún no, solo voy a desayunar.
En la cocina me preparé un huevo revuelto con jamón y jugo de naranja, lo llevé hasta la mesa para desayunar a lado de Alex quien todavía no terminaba, mi papá había subido a lavarse los dientes.
Cuando ambos terminamos de desayunar, levantamos la mesa y lavamos los platos audios.
—¿Vas a llegar temprano?—preguntó Alex.
—Si, a las dos.
—Es que necesito ayuda para hacer una marioneta—asentí.
—Te ayudaré en cuanto regrese, ¿está bien?—los dos salimos de la cocina,
—Si—respondió antes de irse corriendo hasta donde estaba Blue un poco más despierto.
Subí las escaleras y fui al baño para lavarme los dientes antes de despedirme de cada uno de los chicos.
—Nos vemos luego, no hagan nada malo—avisé pasando por la sala sin distraerlos de su videojuego.
—¡Adiós!—dijeron los dos sin prestarme mucha atención.
Escuché unos ladridos y pisadas rápidas yendo hasta mi, Blue se trepó en mis muslos haciéndome reír mientras lo acariciaba.
—Adiós, Blue—le di un beso en su cabeza para después salir de la casa, luego fui al garaje por mi bicicleta.
—¿Ya te vas?—alcé mi mirada hacia Shawn quien estaba del otro lado de la calle.
—Si, regresó al rato—le sonreí viéndolo regar su jardín.
—Que te vaya bien—se despidió con su mano.
—Gracias—comencé a conducir mi bicicleta hacia el café. Por suerte no queda tan lejos como para ir en bici.
En cuanto llegué después de unos minutos, coloqué mi bicicleta en el estacionamiento especial para estas y le puse candado, luego entré al negocio para encontrarme con Lauren, mi compañera de trabajo, y con Josh, mi jefe.
—¡Hola, Mack!—saludó Lauren.
—¡Hola, Lau!—sonreí. Ella me cae muy bien.
—Llegas justo a tiempo aunque un poco tarde—añadió Josh. Él es un poco amargado pero sigue siendo divertido de vez en cuando.
