𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨
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Mackayla Collins y Shawn Mendes son mejores amigos desde que son pequeños, ambos han sido inseparables desde entonces pero al crecer, al madurar, al despertar nuevos sentimientos se dieron cuenta que cada un...
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Seguían llamando pero yo continuaba sin quitarle el sonido y esperaba a que la llamada terminara.
Salí de la casa al patio trasero con Dash para que jugara en el pasto, para prevenir metí a Blue a la casa. Volvió a llamar, seguía sonando y mis ganas de contestar eran inmensas hasta que por mi propia voluntad tomé el teléfono y desplacé mi dedo en la pantalla esperando a que hablara.
—¿Mack?, ¡Mack!
La señora se escuchaba desesperada y se encontraba sollozando de nuevo.
—Soy tu mamá, soy Gabriela, ¿me ubicas?, ¿te acuerdas de mi?
—¿Cómo sé que eres tú?
Me atreví a hablar aunque mi voz temblara. Tenía miedo y nervios a la vez, había hecho caso omiso al consejo que me había dado Shawn.
—Te fuiste con tu papá y hermanos cuando tenías diez años a Toronto, ¿eso lo comprueba?
—No.
—¿A cuantas personas les has dicho eso?
—No lo sé, a muy pocas, creo.
A las únicas personas que les conté son a los Mendes. Ellos serían incapaces de comprar a alguien para llamarme o algo por el estilo. Estaba casi segura de que era ella, y eso no estaba bien.
—Mack, créeme, soy yo—habló desesperada.
—¿Cómo conseguiste mi número?
Terminé creyéndole aunque me costaba admitirlo.
—Alguien me lo dio, pero yo...
—¿Quién te lo dió?
Volví a preguntar en un semblante serio. Estaba enojada, confundida y extrañada. Me sentía mal.
—Una chica que va en tu escuela es amiga de...de mi hija y...—eso me dolió—decidí llamarte para algo importante.
Tanta presión y desesperación también me hacían respirar rápidamente y de manera agitada.
—¿Qué es eso tan importante?
—Quiere verte, a ti y a tus hermanos. Quiero saber cómo están, cómo son, solo quiero verlos.
Yo no sabía que hacer, me sentía en peligro y realmente mal en salud. Todo esto estaba llegando a un límite que no me gustaba rebasar.
No otra vez.
—No lo sé. Nadie está preparado para eso, tampoco creo que sea buena idea.
—Mack, yo sé que me odian, tal vez su papá les dijo cosas horribles de mi—eso no era cierto—o quizás piensan que soy mala, pero quiero hablar con ustedes, quiero explicarles, quiero unos minutos juntos.
