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Arsen Makri. 24 de diciembre del 2013, el Olimpo.

Las puertas del salón del trono del Olimpo se abrieron de par en par cuando Arsen llegó, su rostro varonil se mantenía serio por la interrupción. Se suponía que estaría con sus compañeros en esos momentos, en un restaurante celebrando que la navidad había llegado una vez más.

Estaba de mal humor, lo habían interrumpido por la misión de la que prácticamente no sabía nada.

—Llegaste rápido, Arsen —la voz de Zeus, aquel al que un día había llamado "tío", sonaba bastante desconocida para él después de tres años sin verlo más de dos veces.

—Ve al punto —gruñó impaciente.

—No deberías hablarme así, a tu dios —su voz fue serena pese a lo amenazante de la frase.

—Lamento decirlo, pero me gustaría mucho disfrutar mi único día libre del año, y estar aquí, contigo, no lo hace un gran momento —se cruzó de brazos y sus músculos se tensaron bajo la camisa blanca que llevaba puesta.

—Bueno, deben encontrar a la chica pronto... —Arsen lo interrumpió antes de poder finalizar.

—¿Sólo me llamaste para decirme eso? Por los dioses, di algo que no sepa. Quizás podrías decir quién es esa misteriosa persona que tanto buscamos —gruñó.

—No es momento, y tampoco es tu asunto —sentenció.

—Sí lo es, nosotros la estamos buscando, no...

—¡Que no es tu asunto! —se levantó de su asiento bruscamente, aporreando los brazos y con los ojos rebosantes de rayos.

Maldijo en voz baja, apretó los ojos para controlarse y se volvió a sentar.

Arsen negó con la cabeza, se dio media vuelta y cuando estaba por salir Zeus habló.

—Hace años... —suspiró, preparándose mentalmente para contarle todo—. Hace años apareció un oráculo. "Una persona nacerá, bendecida por los dioses estará, el destino del mundo en sus manos se mantendrá, y el trono del Olimpo ocupará" —relató masajeando el puente de su nariz—. Esa persona puede salvar al Olimpo de algo que se acerca más rápido de lo que quisiéramos, y si la... Sombra encuentra a esa persona antes que nosotros... podría ser el fin de todo lo que conocemos y todo por lo que tanto nos esforzamos. Maldición, se trata del fin del mundo.

Arsen se volteó nuevamente, pensando y repasando meticulosamente cada una de las palabras dichas.

—Nosotros buscamos a esa persona por más de dos mil años, y cuando ustedes nacieron, los semidioses que se podían perder entre los humanos, fueron la solución perfecta para nosotros. Lo único que necesitamos es que busquen a esa persona por dos años más, y si no la encuentran en ese lapso de tiempo, volverán aquí y empezarán a entrenar para la que podría ser la Guerra del Fin del Mundo —la seriedad de sus palabras puso ansioso a Arsen, sabiendo por instinto que todo era verdad.

—Dioses... —susurró.

—Lo que te iba a decir, es que necesitan encontrar a esa chica, algunos dioses fueron a buscar, no está en Asia, ya revisaron todo el continente así que no pierdas el tiempo ahí, tampoco en Europa y África. Por favor, apúrense. Te puedes ir.

Arsen lo meditó un segundo, pero pronto hizo una pequeña reverencia y salió del salón del trono.

Quitó el medallón de su collar y lo lanzó al aire, al instante giró más rápido y esa pequeña esfera se convirtió en algo parecido a una puerta. Parecía humo blanco y era algo similar, cruzó el portal y al instante apareció cruzando la puerta de un restaurante en Los Ángeles.

Bendecida Por Los Dioses (Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora