Bitter [Uchiha Sasuke]

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Se había equivocado. Aprendió a controlar bien su velocidad del rayo, por lo que sabía bien cuánto tiempo le restaba, y a cuánto se reducía su duración según la cantidad de chakra que usase en otras técnicas. Pero no había practicado lo suficiente la otra parte de su habilidad, por lo que el tiempo se acabó mucho antes de lo esperado. No, mejor dicho, se le acabó el tiempo en el peor momento posible.

Sasuke sacó la mano de su abdomen con cuidado, incapaz de creerse lo que había sucedido. La sujetó con cuidado cuando cayó de rodillas al suelo, e inevitablemente comenzó a llorar. No era esto lo que quería. Si (T/N) tan sólo se hubiese dado la vuelta, no habría sucedido aquello. La abrazó con cuidado, con una expresión de dolor y sufrimiento. La apretó contra sí, y apoyó su frente contra la de la chica. Verla con los ojos cerrados, con el rostro relajado y tranquilo, con una expresión de paz, le rompió por dentro.

Se mordió el labio inferior antes de levantarla con sumo cuidado y cariño. Andó despacio, no queriendo soltarla, y sin dejar de contemplar su rostro dormido. La soltó con delicadeza recostándola en un árbol, y desató el protector con el símbolo de Konoha en su frente. Apretó con fuerza su mano, y vio como las lágrimas cayeron encima de la hoja.

—Gané, (T/N).

Sacó su propio protector, con el símbolo tachado, y lo posicionó con mucho cuidado en la mano de la chica.

—Lo siento.

Susurró antes de levantarse y dejarla atrás, para marchar hacia la guarida de Orochimaru. Era demasiado tarde como para arrepentirse. Desde el momento en que la hirió, y no sólo físicamente, había cruzado una línea, desde la que nunca jamás podría volver.

Tras varios minutos, Naruto llegó hacia donde se encontraba la chica, y aumentó su velocidad.

—¡(T/N)!

Comenzó a zarandearla, para que se despertara. Entonces vio sus manos, llenas de sangre. Había un enorme charco alrededor suyo, provocado por la herida del abdomen. El chico se desesperó, y colocó su oído en el pecho de ella. Sufría arritmia, es decir, sus latidos eran irregulares y cada vez más lentos. Respiraba con dificultad, pero aún seguía viva. La cargó como pudo en su espalda, y volvió todo el camino de vuelta. Pero ella en ningún momento soltó el agarre de su mano, donde contenía el protector rayado de Sasuke. De manera inconsciente, se aferraba a ello, igual que se aferraba a la vida.

Llegó donde Gaara y Lee, y para alivio del rubio, habían un par de ninjas médicos que llegaron como soporte.

—¡Por favor, ella está herida!

La dejó con cuidado en el suelo, y ambos médicos abrieron sus ropajes, para dejar al descubierto la herida. Era demasiado grave como para tratarla ahí. Además, se encontraban demasiado lejos del hospital. Simplemente, resultaba imposible.

—Chico, no hay nada que podamos hacer.

Pero Naruto enfureció. Estaba ahí, delante de ellos, muriéndose, y no la ayudaban. Se acercó al ninja que habló, y lo agarró del cuello de la camisa.

—¿¡No eres un ninja médico!? ¡Ayúdala! ¡Ella no morirá con sólo esto!

Y logró traer a la realidad a aquél hombre. Canalizó chakra en sus manos, y comenzó a detener el sangrado, solo de manera provisional. Debían llevarla rápidamente a la aldea, ya que poco a poco se ponía más pálida.

(T/N) se despertó, y lo primero que vio fue una alta pared blanca, pero que era cegada por una gran luz. Al lado suyo, una mujer tapada con una bata, gorro y mascarilla verde. Y al lado suyo, aún más personas con la misma vestimenta.