Bitter [Uchiha Sasuke]

-032-

—Aproximadamente, y viendo tus heridas, tardarás un mes en recuperarte.

Casi se había acostumbrado a siempre oír esas palabras. ¿Cuántas veces había estado ya en el hospital? Demasiadas como para contarlas.

—Ofrezco una semana.

Comentó ella hacia la Hokage, que se encontraba revisándola.

—Esto no es una subasta, (T/N). Deberías tomarte con seriedad el recuperarte.

Pero pese a que la mujer lo decía de manera firme, sabía que era inútil. Por ello, antes de irse le dejó un papel, con la fecha y lugar donde ese mismo día se reuniría con su nuevo equipo.

—Por favor, no te sobreesfuerces. Tan sólo mirales. No intervengas.

Y pese a escuchar un "Sí" como respuesta, supo que era algo imposible de cumplir.

—Ah, Shikamaru.

Dijo ella, no esperandose que la primera persona en entrar tras Tsunade fuera él.

—¿Cómo estás?

Se sentó en la silla, apoyando sus codos en las rodillas, y mirándola con suavidad. Le tranquilizaba saber que pese a los cambios físicos por estar 3 años fuera, seguía siendo la misma chica. Se levantó con dificultad, y se encaminó hacia la puerta.

—Ayúdame, por favor.

Y de manera inevitable, obedeció, colocando su brazo derecho por la espalda de ella, ayudándola a andar. (T/N) le indicó el camino hacia las afueras de Konoha. Más concretamente, quería dirigirse a uno de los pequeños lagos, el que poseía una cascada. Su maestro y el Raikage siempre le decían que antes de entrenar su cuerpo, debía entrenar su mente. Se encontraba débil de ambas cosas, por lo que la mejor opción en el momento era meditar. Llegaron a la zona, y ella comenzó a desvestirse, quedando sólo en ropa interior.

No sintió pudor, ya que no le daba una connotación erótica a ello. Tan sólo iba a meditar. Una vez dentro del agua, andar resultó más sencillo. Shikamaru se mantuvo en todo rato fuera, observando sus acciones por si en cualquier momento caía o necesitaba de él. Pero no lo hizo. Se puso bajo la cascada, cerró los ojos, e hizo de su mente un río. Una hora fue el tiempo que pasó sin suceder nada.

—Shikamaru, no hace falta que te quedes, estoy bien. Cuando acabe estaré recuperada.

Y es que estar tanto rato sin hacer nada, tan sólo mirándola, debía resultar aburrido.

—Está bien.

Se levantó y se giró. No iba a llevarle la contraria. Al revés, era mejor así. Si en vez de apegarse a ella, se alejaba, sería mas sencillo aceptar el hecho de que sus sentimientos no están en sintonía. Se marchó.

Entonces, no sucedió nada. Se centró en la brisa del viento acariciando sus cabellos, y en los tenues sonidos que emitían los pájaros del lugar. Recordó la conversación que tuvo con Gai ese mismo día.

"—Hace mucho que no entrenamos, (T/N).

Y comenzó a decir la lista de exhaustivos ejercicios que cada día se proponia. Pero, ella tuvo que rechazarlo.

—No, no es eso.

No le provocaba vergüenza el decirlo, sino que no sabía cómo abordar el tema. Por ello, iría directa.

—Quiero que me enseñes a abrir las 8 puertas.

Era una petición difícil. Él le enseñó esa técnica a su alumno, Lee, porque sabía que era lo mejor para él. Pero eso no quitaba que fuera riesgoso. Abrir las puertas, básicamente, consistía en eliminar años de vida, en destrozar el cuerpo de la persona, sólo para otorgar una fuerza y chakra abismales de efecto inmediato.