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Tras poco más de dos semanas fue capaz de salir del hospital. Sakura se disculpó por su actitud con ella, y por poner todo el peso en (T/N). También, tanto su hermano, como su equipo, como Asuma y Shikamaru, se encargaron de cuidarla en exceso. Temían que entrase en estado de crisis por lo sucedido, o de estrés post traumático por la herida. Así que se aseguraron de no dejarla sola ni un solo momento, de comprarle comida y consentirla. Al principio resultó extremadamente molesto, ya que creía que como había fallado, no merecía ningún tipo de cuidado. Pero, conforme avanzaba el tiempo, los sentimientos de cariño por parte de sus seres queridos la alcanzaron, llenandola de felicidad.

En este momento se encontraba con Naruto, pasando la tarde tranquilamente en una tienda de dangos. No sólo se hacían compañía, sino que debían de hablar de algo importante.

—Akatsuki me busca, me ire con Jiraiya 3 años para entrenar.

Dijo él muy rápidamente, cerrando los ojos a la espera de un golpe o un grito. Pero en respuesta tan solo recibió una pequeña risa. Naruto creyó que la chica podía llegar a sentirse abandonada, pues tras lo de Sasuke ahora él se iba a ir también. Lo que le alivió mucho, al ver que ella no se sintió dolida.

—En realidad, yo también quería hablar sobre eso.

Comentó dejándolo en suspense. Se acercó un poco más a ella, a la espera de sus palabras. (T/N) suspiró, antes de hablar con suavidad. Aún no había vuelto a recuperar su tono de voz escandaloso.

—Me iré a la aldea de las nubes, a entrenar con el Raikage.

Comentó como si no fuera la gran cosa. Él cayó de bruces contra la mesa, y la abordó con un sinfín de preguntas tipo "¿Cuándo?" "¿Cómo?" "¿El Raikage?", y ella procedió a explicarle sobre la carta que recibió tras la muerte del tercer Hokage, y cómo la aldea de las nubes quería entrenarla para así mantener el kekkei genkai, y luchar contra Akatsuki, ya que dicha organización criminal suponía un peligro para todos los países.

Él suspiró cuando toda la información le fue asimilada. De alguna manera se encontraba aliviado, ya que sabía que ahí no solo estaría segura, sino que se haría más fuerte. Además, alejarse de Konoha era algo bueno para ambos. Prácticamente cada esquina les recordaba a su amigo. Y, en un ambiente completamente diferente y alejado, más la distracción de entrenar, mantendría a la chica tranquila, y no triste como las últimas semanas.

—Está bien, pero tengo una condición. En 3 años volverás, y recuperaremos tu protector de la hoja, ¿sí?

Y es que el suyo se encontraba aún más lejos, con Sasuke. Lo guardó en uno de los cajones, bien escondido entre la ropa. Era la única pertenencia de la que no podía deshacerse. Mientras que la chica, en todo el tiempo desde que salió del hospital, no fue capaz de pedir un protector nuevo. También guardó en un cajón entre la ropa el símbolo de Konoha rasgado por el Uchiha, más que como un tesoro, como un recordatorio del objetivo que se había propuesto.

—Está bien.

Le tendió la mano, pero él al tomarla la empujo hacia sí mismo y la abrazó. La acompañó hacia su casa, ya que había oscurecido y aún no la dejaban caminar sola, la dejó en la puerta y se marchó. Apenas dio unos pasos cuando escuchó el grito de ella, y corrió de vuelta para entrar. La imagen que vio no sería capaz de olvidarla en la vida.

(T/N) estaba rodeada de sangre, y en sus brazos sujetaba el cuerpo de Ren, con los ojos cerrados.

—¡Naruto! ¡Llama a alguien! ¡Ren no responde!

E intentó moverlo, zarandearlo, hacerlo reaccionar. Intentó coger con sus manos la sangre del suelo para devolversela a su hermano, logrando así tan sólo mancharse más. Naruto comenzó a temblar, y dijo lo único que se le ocurrió.

Bitter [Uchiha Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora