Capítulo 38: La razón por la que me gustas.

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—No, no puede ser— dice alterada Emma —ella... siempre estuvo calmada, nunca actuó como si supiera algo— no podía entender cómo no se dio cuenta. 

—Tienes que creerme— se acerca —sé que puede ser difícil pero debes alejarla de Bruno— le advierte. 

—¿Crees que ella...?— lo mira con el ceño fruncido. 

—Al igual que mi madre ella está obsesionada con que Natasha tuvo la culpa— las noticias cada vez eran peores. 

—¿Tu madre sigue con eso?— se sorprende.

—Sí, pero eso no es lo importante ahora, creo que Caroline es capaz de- 

En ese preciso momento se escucha como alguien mueve el pomo de la puerta y la abre, Bruno había llegado a la casa sin darle tiempo a Johnatan de terminar de hablar ni a Emma de cambiar su expresión. 

—¿Johnatan?— frunce el ceño —¿Qué haces aquí?— termina de entrar y cierra la puerta. 

—Ah, dijo que vino a buscarte— da una excusa y en ese momento Bruno se da cuenta de la expresión que tenía su madre. 

—¿Pasó algo ma?— se preocupa. 

—No, nada— trata de sonreír, aún así Bruno sentía que el ambiente estaba extraño. 

—Vine a hablar contigo— le llama la atención Johnatan. 

—Ok ¿Quieres ir a mi habitación?

—No, prefiero hablar afuera— sonríe.

—Como quieras— le dice y se quita la mochila dejándola en el perchero al lado de la puerta —ya vuelvo ma— le dice mirando a Emma mientras que Johnatan salía por la puerta. 

—Sí— sonríe.

Cuando Bruno sale y cierra la puerta aquella sonrisa se borra automáticamente, el impacto de la noticia aún no se había acabado, necesitaba pensar con claridad pero no lo lograba, no sabía si creer en el recién aparecido Johnatan, o creerle a Caroline con la que mantuvo contacto por diez años. 

—¿Qué tienes para decirme que viniste hasta mi casa?— inicia Bruno, los dos estaban recostados sobre el pequeño muro seguido de las rejas que separa la casa de Bruno con la vereda. 

—Quería decirte que no debes preocuparte por mí— Bruno lo mira enseguida —hace tiempo que empecé a controlar mis sentimientos, y no voy a hacer nada para interponerme— aclara. 

—Lo sé— sonríe, confiaba plenamente en Natasha y ahora confiaba en él. 

—Genial— sonríe también —también espero que no la hagas sufrir— dice serio. 

—Es lo que más quiero— se miran fijamente a los ojos, y en ese momento a Johnatan se le cruza una idea. 

—Oye... ¿Te gustaría empezar de cero?

—¿Empezar de cero?— pregunta con el ceño fruncido. 

—Sí— extiende su mano —¿Quisieras ser mi amigo?— propone, Bruno se sorprende y se queda mirando la mano de Johnatan que esperaba una respuesta. 

—Sí— sonríe y estrecha su mano con la de él. 

Ahora que todo estaba bien y que hablaba con Bruno sin que sus sentimientos lo controlaran, Johnatan deseaba volver a ser su amigo, por más que Bruno no recordara su amistad en la infancia. Además este acercamiento con él le ayudaría a poder controlar a Caroline. 

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora