Capítulo 26: Volviendo a ser yo

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Cuando Natasha abrió la puerta del polivalente se encontró enseguida con la mirada de Danna que ya la esperaba sentada en el público, un asiento al lado de ella estaba reservado para Natasha. Estaba más preocupada por subir los escalones para llegar a su asiento por lo que no miró hacia la cancha, fue cuando ya estaba subiendo el segundo escalón que escuchó un golpe detrás de ella, las personas del público tenían sus ojos y bocas abiertas por la sorpresa, Danna se paró inmediatamente de su asiento, el miedo en el rostro de ella hizo preocupar a Natasha. 

—¡Johnatan!— grita Danna mirando hacia la cancha.

Rápidamente Natasha gira su cabeza en esa dirección, su mirada se encontró con Johnatan tirado en el suelo de la cancha y varios compañeros acercándose hacia él, al ver aquello su respiración se vio paralizada. Parecía que todo fuera en cámara lenta, no sabía que estaba pasando pero un gran terror comenzó a dominar su cuerpo, sus piernas y brazos  temblaban, hacía mucho tiempo que no sentía ese gran miedo. 

Luego de unos segundos reaccionó, si bien el público estaba sorprendido no se movían de sus lugares pues  los compañeros y el entrenador rodeaban a Johnatan.

—¡Johnatan!— corrió a gran velocidad hacia donde estaba —¡Johnatan!— repite mientras trata de pasar entre las personas, cuando por fin llegó a verlo aquel miedo se intensificó, verlo con sus ojos cerrados sin responder a su llamado comenzaba a darle pánico. 

—¡Llamen a una ambulancia!— le dice el entrenador a uno de los encargados del polivalente, estaba agachado tocando la cara de Johnatan luego mira a Natasha cuando ve que ésta también se agacha y se acerca al rostro de su amigo —¿tú quién eres?— pregunta el entrenador, él sólo era encargado del grupo de basketball por lo que no conocía a los demás alumnos del ala A. 

—Johnatan por favor despierta— a pesar de que tenía un gran nudo en su garganta no dejaba de llamarlo, lo único que quería era que despertara, en segundos las lágrimas de Natasha no dejaban de caer.

—Hey— chasquea sus dedos frente a los ojos de Natasha para llamarle la atención lográndolo —¿Quién eres?— pregunta una vez que tenía su atención.

—Soy Natasha— dice tratando de calmarse pero no dejaba de llorar y su voz era temblorosa —soy amiga y vecina de Johnatan— el entrenador abre sus ojos. 

—Perfecto— dice al saber que alguien cercano a él estaba allí —¿conoces a su madre?— Natasha asiente con la cabeza. 

—En cinco minutos llegará la ambulancia— le avisa el encargado del polivalente al entrenador —me dijeron que no pueden moverlo, déjenlo en la posición en la que está hasta que ellos lleguen— informa. 

—Sí, lo sé— ya tenía experiencia en eso, nuevamente mira a Natasha —tienes que llamar a la madre de él, cuando llegue la ambulancia yo iré con él al hospital pero su madre tiene que estar allí también— le da indicaciones, por más que estaba en medio de un caos emocional Natasha trataba de escuchar bien para que nada salga mal —dile que vaya al hospital Jurin lo antes posible— era el  hospital afiliado con el colegio. 

Natasha asiente con la cabeza y comienza a buscar su celular en su mochila,  por más que Natasha se llevaba mal con Verónica Johnatan de todos modos le dio el número de su madre por si acaso y ese "por si acaso" había llegado. Luego de marcar se levanto lentamente para alejarse un poco, en ese momento se dio cuenta de que el público comenzaba a irse porque el partido se había suspendido. 

—¿Hola?— responde Verónica, si bien Natasha tenía su número Verónica no tenía el de ella —en este momento estoy trabajando ¿podemos hablar luego?

—¡Espera!— la detiene, del otro lado Verónica frunce el ceño al reconocer aquella voz

—¿Natasha?— nada la sorprendía más que el hecho de que Natasha la estuviera llamando.

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora