Capítulo 44: Volver a empezar.

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Luego de varios segundos abrazándola Bruno se alejó un poco para verla, cuando Natasha elevó su mirada encontrándose con la de él, al ver sus lágrimas con sus dedos Bruno las quitó. 

—Respira hondo— le dijo manteniendo sus manos sobre el contorno de su cara. 

Obedeciendo Natasha respiró hondo varias veces, aquel abrazo había hecho que dejara de llorar pero le costaba hablar, simplemente lo miraba mientras respiraba hondo y con su mente enfocada en Bruno comenzó a calmarse poco a poco. 

—Ahora vayamos a mi casa, necesitas calmarte. 

Natasha asiente con la cabeza y sin decir más nada los dos comenzaron a caminar hacia el interior de la casa. 

Natasha estaba sentada en el living mirando la nada, cuando Bruno entró con una bandeja en sus manos ella lo miró en todo su recorrido; él dejó la bandeja sobre la mesita y se sentó en el sofá al lado de ella. 

—Es té de manzanilla— menciona lo de la bandeja —te calmará— asegura. 

Natasha toma una de las tazas y bebé un sorbo, enseguida cierra sus ojos al sentir la infusión en su lengua. 

—¿No te gusta?— se preocupa. 

—No es eso, está caliente— dice en voz baja. 

—Bébelo despacio— le aconseja y ella bebe otro sorbo —¿Estás mejor?— preguntó luego de un suspiro. 

—Sí— hace una pequeña sonrisa. 

—¿Quieres contarme lo que pasó?— estaba muy preocupado pero a la vez no quería presionarla. 

Luego de un suspiro Natasha dejó la taza sobre la mesita y bajó la mirada, aún se sentía conmocionada por la pelea que había tenido con su madre pero también necesitaba desahogarse. 

—Tuve otra pelea con mi madre— dijo por fin. 

—Sí, eso lo puedo notar— la mira y se acerca. 

—Pero esta vez fue una pelea fuerte— sus ojos comienzan a cristalizarse —simplemente no podíamos dejar de decir cosas hirientes— dijo con voz temblorosa. 

—No debí aconsejarte hablar con ella— baja la mirada. 

—No fue por eso— lo mira —desde el comienzo no tuve oportunidad de hablar tranquilamente con ella— explica. 

—¿Que fue lo que pasó?— la mira con el ceño fruncido. 

—Es que mi madre se enteró de que...— se calla enseguida. 

La pelea con su madre había comenzado porque ella se enteró de que Natasha no había ido al colegio aquel día, pero cuando fue a decir eso recordó que faltar al colegio había sido idea de Bruno y no quería que él se sintiera culpable. 

—Se enteró...— volvió a decir tratando de pensar en alguna otra cosa —se enteró de que había alguien en casa cuando ella llegó— al segundo de decirlo se dio cuenta de que aquello podía hacer que Bruno se culpara así que enseguida pensó en reformularlo —es decir, no sabe que estabas allí, pero vio dos vasos en la cocina y comenzó a sospechar. 

—Y luego...

—Y luego nos dijimos cosas horribles— baja la mirada —le recriminé el hecho de que me dejó por tres años, supuestamente tiene un motivo pero no puede decírmelo— se encoge de hombros demostrando que no le creía —y ella dijo que creía que no me importaban las cosas, que no sufría— dijo con un dolor inmenso en su corazón. 

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora