Capítulo 35: Ella es mi Sirio.

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Natasha estaba sentada en su cama, tenía el celular en sus manos en ella admiraba la foto que le había sacado una vez a Bruno mientras estaba de espaldas, su mirada demostraba lo triste que estaba por todo lo que había pasado.

-Perdón por decirte esas cosas- le habla con voz temblorosa a la foto -pero tengo que hacerlo- se convence y cae una lágrima.

Luego de un suspiro presiona la opción de eliminar la imagen, en la pantalla aparece un cartel que decía "¿Estas seguro de eliminar esta imagen?" Natasha se quedó varios segundos mirando aquel cartel, su corazón estaba indeciso, sabía que debía borrar cualquier rastro de Bruno pero le era difícil. Movió su dedo índice hacia la opción "Sí" y se quedó inmóvil allí, luego de unos segundos más de pensarlo rápidamente cambió la dirección de su dedo y presionó "No", llevó su celular hacia su pecho y cerró sus ojos mientras sus lágrimas seguían cayendo, aún no estaba lista para dejar a Bruno.

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La mañana había llegado, tanto Bruno cómo Natasha se habían quedado dormidos entre lágrimas, pero ninguno había enviado ningún mensaje hacia el otro ni se habían intentado llamar, por más que los pensamientos de ellos estaban llenos del otro.

Lentamente Bruno abre sus ojos al oler varios aromas en su habitación, café, naranja, sándwiches calientes, no entendía lo que pasaba así que comenzó a sentarse en su cama.

-Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti- cantan al unísono los padres de Bruno -feliz cumpleaños querido Bruno, feliz cumpleaños a... ti- terminan de cantar con una sonrisa.

Con todo lo que había pasado con Natasha Bruno había olvidado por completo su cumpleaños, al ver que sus padres estaban en su habitación con una bandeja de lo que sería su desayuno sonríe también.

-Gracias- dice sin quitar su sonrisa, los padres se acercan y dejan la bandeja sobre la cama de su hijo.

-Wow, es increíble que tenga un hijo de 18 años- dice Erik poniendo sus manos sobre sus caderas -me veo muy joven para que sea verdad- alardea en broma.

-Que dejas para mí, parezco de 26 años- sigue la broma Emma mientras toca su mejilla con su mano como si demostrara su juventud y los tres se ríen.

-No se preocupen, no voy a estar diciendo mi edad por ahí, así la gente no hará cálculos- bromea con proteger la edad de sus padres.

-Ese es nuestro hijo- dice orgulloso Erik.

-Nosotros hemos pedido este día libre en nuestros trabajos- informa Emma -tenemos planeado salir a comer afuera ahora en la tarde.

-¿Ahora en la tarde?- la interrumpe.

-Sí, hoy sonó tu alarma varias veces pero no despertaste, por eso la apagamos- dice Erik con sus brazos cruzados.

Rápidamente Bruno tomó su celular de la mesita de luz y la desbloqueó para ver la hora, eran las 15:15 p.m

-¡¿Cómo es que dormí tanto?!- dice llevándose su mano hacia su cabeza, estaba sorprendido de haberse despertado tan tarde.

-Eso nos preguntábamos nosotros- se encoge de hombros Emma -de todas formas ya habíamos decidido que hoy no ibas al colegio- sonríe.

Bruno sigue mirando la hora en el celular, volvía con su mirada desanimada, era su cumpleaños por lo que debería de estar alegre, pero en ese segundo había recordado todo lo que había pasado el día anterior, cómo Natasha lo había tratado y que todo era parte de un juego de ella, mientras que él por fin había reconocido y aceptado sus sentimientos por ella.

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora