Habían pasado varios segundos desde que se habían confesado sus sentimientos y seguían mirándose con una sonrisa, nuevamente Natasha no sabía qué decir o cómo reaccionar al ver que Bruno tampoco decía nada.
De pronto Bruno puso sus dos manos cubriendo su cara, sus piernas estaban temblando por los nervios desde hace rato y en ese momento no pudo mantenerse en pie, sin decir nada de repente se agachó. Natasha abrió sus ojos de la sorpresa por lo que había hecho Bruno, rápidamente se agachó también, pensaba que le estaba pasando algo y eso la preocupaba.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?— le pregunta Natasha con preocupación mientras pone una de sus mano sobre el brazo de él.
—¿No es un sueño verdad?— dice sin quitarse las manos de la cara.
—¿Que?— frunce el ceño y lo queda mirando —no, no es un sueño— le responde para tranquilizarlo.
—Entonces...— se quita las manos y la mira, los dos estaban muy cerca —¿En serio me dijiste que sí?— trata de confirmar una vez más, con todo lo que había pasado esos días y por su inseguridad Bruno aún no podía creer que realmente Natasha le había correspondido —¿En serio estas enamorada de mí?— pregunta emocionado.
—Sí— le responde con una sonrisa a la misma vez que asiente con la cabeza —en serio en serio estoy enamorada de ti— recalca, ya no quería malentendidos, esta vez quería que sus sentimientos quedaran claros.
Al escuchar sus palabras Bruno volvió a sonreír, se acercó aún más, puso sus dos brazos rodeando el cuello de Natasha y posó su cabeza sobre el hombro de ella, por su parte Natasha puso sus brazos rodeando la espalda de Bruno y así se completó el abrazo aún estando agachados.
—No sabes el miedo que tenía— dice Bruno con su voz temblorosa —con todo lo que había pasado estos días estaba seguro de que me ibas a decir que no— al escuchar eso Natasha borra su sonrisa de su rostro, otra vez sentía culpa —estaba muy asustado— repite, deja de abrazarla y se aleja un poco, cuando la mira pone sus dos manos sobre el contorno de su cara y se acerca —pero ahora soy feliz— pone su frente con la frente de ella y cierra sus ojos, su sonrisa era de oreja a oreja y la felicidad no iba a poder quitársela nadie —muy feliz— Natasha también cierra sus ojos y sonríe, dejando nuevamente de lado por ese momento la culpa, para dejarse llevar por la felicidad que sentía en ese momento.
De repente el celular de Bruno comienza a sonar, los dos miran hacia abajo que es de donde provenía el sonido, se separan un poco y Bruno quita el celular de su bolsillo, su madre lo estaba llamando.
—¡¿Se puede saber dónde estás?!— pregunta gritando Emma, Bruno aleja el celular de su oído por le grito y comienza a levantarse lentamente —¡Te fuiste hace rato sin decir a dónde y no has vuelto!— sigue gritando en voz alta, por más que no estaba en altavoz Natasha podía escuchar perfectamente lo que decía.
—Hola mamá— dice casi con miedo Bruno.
Natasha se sorprende por lo que decía Emma, con señas le preguntó a Bruno de si su madre sabía que estaba con ella y Bruno niega con la cabeza.
—Tienes que volver ahora— dice Emma un poco más calmada.
Bruno mira a Natasha como si le dijera que no quería irse por más que debía hacerlo, Natasha entiende su mirada y asiente con su cabeza con una sonrisa, por más que querían seguir pasando tiempo juntos ya era tarde y Emma tenía razón.
—Sí ma, ya estoy yendo a casa— dice para tranquilizarla.
—Ven rápido— dice y corta la llamada, Bruno guarda su celular y mira a Natasha.
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Sirio y Canopus
RomanceDesde que Natasha y Bruno se conocieron comenzaron a experimentar sentimientos extraños, amor, tristeza, nostalgia, acompañado de sueños muy parecidos. Sus personalidades cambian completamente cuando están juntos, si bien ninguno lo pregunta en voz...