Capítulo 18: Una triste historia

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Hacía horas que Bruno había terminado de limpiar la casa, estaba sentado en el  sillón mirando televisión aunque en realidad cambiaba y cambiaba de canal buscando algún programa o película que lo entretuviera sin éxito. Cada 10 minutos miraba el reloj colgado de la pared del living justamente arriba de donde estaba la TV, quería que ya llegara la hora de la salida del colegio.. estaba tan orgulloso de su limpieza y de haber ayudado a Natasha con eso que estaba ansioso de mostrárselo y quizás recibir algún elogio, pero además había otra cuestión que no podía esperar... 

-lo acepto, estoy aburrido- dijo luego de un suspiro y apagó la televisión 

Salió del living y comenzó a ver la casa, nunca había tenido tiempo de mirarla bien y ahora que estaba aburrido y enfermo lo único que podía hacer era buscar algún tipo de diversión en la casa. De repente queda parado en la entrada de la casa, aquella parte central donde del lado izquierdo se encuentra la cocina y el comedor, el derecho él living que era de donde salía, lo que sería el sur estaba la puerta y el norte las escaleras, dio un giro completo y se puso a pensar ¿por qué no hay ninguna  foto familiar?  Comenzó a examinar los rincones de la casa tratando de buscar alguna foto de Natasha de niña, si bien sabía que estaba siendo un entrometido la curiosidad le ganaba, al no encontrar nada en el primer piso decidió buscar en el segundo piso. Luego de haber registrado no muy a fondo por su habitación y por la de Natasha iba a registrar la sala de estudio pero cuando llegaba allí vio hacia el fondo del pasillo aquella habitación cerrada, su intuición le decía que podía encontrar algo allí, ignoró la sala de estudio y se abrió paso hacia esa habitación. 

Cuando abrió la puerta se encontró con un panorama que nunca hubiera creído que existiría en la casa de Natasha, a simple vista se veía el polvo acumulado encima de los muebles, la cama estaba tan bien tendida que podías adivinar que hacía mucho tiempo nadie dormía en ella,  comenzó a caminar por el lugar haciendo que el polvo en el suelo se esparciera por el aire, podías oler la soledad en ese cuarto. A pesar del polvo Bruno comenzó a abrir cajón por cajón de los muebles que estaban allí, todos estaban vacíos aún así siguió buscando, y en el penúltimo mueble en su penúltimo cajón encontró algo, un portaretrato dorado con adorno de mariposas, el vidrio estaba lleno de polvo por lo que no se veía la foto, puso el vidrio cerca del buzo que tenía puesto y lo limpió, cuando miró la foto un sentimiento de tristeza se adueñó de su cuerpo. En la foto habían tres personas detrás de una mesa en la que tenía encima un pastel con una vela del número 6, había una mujer de cabello rubio, bastante alta, su rostro era hermoso tenía una sonrisa perfecta para la foto, al lado de ella había un hombre de cabello oscuro con una gran sonrisa, estaba cargando en sus hombros a una niña, una niña de cabello oscuro como él, pero su sonrisa era mucho más grande que la de él, como si se estuvieran riendo de algún chiste cuando la foto fue tomada, era Natasha, enseguida Bruno sintió un dolor en el pecho y su garganta tenía un nudo, nunca había visto una sonrisa así en Natasha, mucho menos a sus padres en la casa, o que la hayan visitado, en ese momento comenzó a recordar a Natasha llorando frente a él al lado de la escalera, luego del incidente con Brandon, alegando su temor al abandono, luego la recordó pidiéndole que se quede hasta que ella duerma, alegando que nadie se había quedado con ella, luego la recordó gritando por los truenos, tratando de ocultar su temor, nunca nadie había estado a su lado en tormentas pasadas, con solo pensar en la historia que no conoce de Natasha hizo que una lágrima cayera 

-¿qué fue lo que les pasó?- se dijo en voz baja sin quitarle la vista a la foto, su celular vibró en el bolsillo de su pantalón haciendo que vuelva a la realidad 

Natasha- ya salí de clases- 15:08 p.m.

Enseguida que leyó el mensaje fue al mueble y guardó el portaretrato en el cajón donde lo había encontrado, salió de la habitación cerrando lentamente la puerta, aquella foto lo había dejado pensando, pero también sentía que no tenía derecho a preguntar, además de que no sabía como iba a reaccionar Natasha. 

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora