Capítulo 27: El secreto de las luciérnagas

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Ni bien Bruno entró a la casa Emma lo intercepta.

-¿De qué hablaron?- pregunta un poco nerviosa,

-Cosas de la escuela- dice sin mirarla, lo que le acababa de decir Johnatan lo había dejado pensando y con un sentimiento extraño.

Emma quedó pensando por unos segundos si realmente habían hablado de eso, pero antes de seguir interrogando prefirió creer en su hijo y en Johnatan.

Sin decirle más nada a su madre Bruno subió rápidamente hacia su cuarto, una vez en éste se puso a caminar en círculos mientras miraba su celular sobre la cama. ¿Por qué lo hizo? ¿No era que no sentía nada por él? Se pregunta.

De repente se detiene y va hacia su celular, lo toma y busca el número de Natasha, iba a llamarla, debía saber por qué le había dado de repente una oportunidad a Johnatan porque el sentimiento molesto que tenía no lo dejaba en paz. Suspiró antes de intentar presionar la opción de "llamar" pero ese intento quedó en fracaso, nuevamente suspiró pero decepcionado porque no podía llamarla, algo lo impedía. Sentía que iba a molestarla con preguntas que quizás ella no quería que le preguntaran, por algo no me dijo nada antes pensó sintiéndose que no era tan importante para ella.

-Mejor que me lo diga ella- tiró el celular a la cama, se sentó a su lado y bufó.

Pasaron pocos minutos en los que se mantuvo en la misma posición, con su ceño fruncido y sin dejar de bufar, por impulso volvió a tomar el celular para intentar llamarla pero nuevamente lo tiró sobre la cama.

-Agggh, no sé que hacer- dijo desordenándose el cabello tal y como su corazón estaba desordenado.

En verdad quería saber por qué le había dado la oportunidad pero a la vez quería que ella se lo dijera sin que tuviera que presionarla, sentía nuevamente que Natasha no confiaba en él.

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Natasha llegaba a su salón con un vaso con té con leche en la mano, Johnatan otra vez tuvo una reunión con el equipo de basketball por lo que probablemente no había desayunado bien para llegar a tiempo.

Cuando llegó al salón se encontró con que Johnatan tenía sus dos brazos juntos sobre la mesa y su cabeza descansando sobre estas, Natasha lo miró por unos segundos desde la puerta y sonrió, al llegar al asiento de él da dos golpes sobre la mesa con su mano.

-tok tok ¿está Johnatan ahí?- le llama la atención.

Inmediatamente que escuchó la voz de Natasha se incorporó enseguida, con sólo ver su rostro su día ya era feliz.

-Hola- sonríe.

-Te traje té con leche- se lo da, en ese momento se escucha una bufa cerca de ellos, cuando miran por detrás de Johnatan estaba una enojada Vanessa quién rápidamente se levantó y salió del salón.

-Creo que algunos no superan las cosas- comenta en voz baja, Natasha solo suspira al recordar lo que había pasado.

-Hablando de otra cosa- trata de cambiar el tema de conversación -¿Cómo te fue hoy en la reunión?- Johnatan comienza a tomar el té con leche

-Bien, todos estaban preocupados por mi- dice luego de tomar un sobro, lo que dijo había hecho sentir de nuevo a Natasha la culpa, no solo había hecho que Johnatan se golpeara sino que también había perjudicado el partido -de igual forma haremos el partido otro día- sonríe.

-aaah- Natasha baja la mirada.

Johnatan se da cuenta de que Natasha tenía una expresión triste, los pensamientos de culpa abundaban en la mente de ella, de repente Johnatan coloca su dedo índice debajo del mentón de Natasha y el pulgar estaba sobre la pera de ella, levanta la cabeza lentamente de Natasha para poder mirarla, cuando ésta lo vio se encontró con una gran sonrisa.

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora