Capítulo 41: Lluvia de estrellas.

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La ira comenzaba a consumir a Bruno, sus pensamientos estaban desordenados y no sabía cómo reaccionar lo único que podía hacer era apretar su puño. 

—B-bruno y-yo— dice nerviosa Natasha —esto es un malentendido— trata de justificarse.

Luego de apretar unos segundos más su puño comenzó a caminar hacia los dos, al comienzo su mirada estaba fija en los ojos de Brandon pero cuando ya estaba cerca de los dos giró su cabeza hacia Natasha, acercó su mano hacia la de ella y la tomó de su mano, Natasha bajo la mirada sin entender la reacción de Bruno y luego de unos segundos Bruno comenzó a caminar hacia el pasillo haciendo que Natasha lo siguiera.

Los dos caminaban de la mano por le pasillo pero no de la misma forma que antes, Bruno era quien dirigía el paso acelerado porque iba adelante mientras que Natasha estaba nerviosa atrás. Todo el camino saliendo del ala A fue en silencio mientras Bruno trataba de calmar su respiración. 

Al llegar a las escaleras Bruno bajó el primer escalón y luego de un gran suspiro se sentó en él sin soltar la mano de Natasha, ella se quedó unos segundos parada a su lado y luego se sentó con él. Bruno miraba hacia abajo sin decir nada y ese silencio la ponía ansiosa. 

—Bruno— trata de llamarle la atención pero éste no deja de mirar hacia abajo —yo no estaba haciendo nada— trata de confirmar primero —es un malentendido, Brandon tenía el sobre y estaba tratando de sacárselo— comienza a hablar de manera rápida y nerviosa —entonces él...— hace una pausa —no hice nada con él, estoy diciendo la verdad— sigue preocupándose por la interpretación que haya hecho Bruno de la situación, en ese momento Bruno la mira y ella deja de hablar. 

—Lo sé— dice un poco más calmado y los ojos de Natasha se cristalizan —sé que no hiciste nada con él— coloca su otra mano en el contorno de la cara de ella y lentamente lo desliza hacia atrás acariciando así su cabello —sé que no harías nada para lastimarme— sonríe —y menos con Brandon— quita su mano y la coloca sobre la rodilla de ella. 

—Aún así— dice sintiendo un pequeño dolor en su pecho —no me gusta el hecho de que hayas visto eso— le tiembla un poco su voz —tu expresión cuando nos viste, pensé que lo habías malentendido y me puse nerviosa— vuelve a hablar rápido. 

—Tengo plena confianza en ti— sonríe nuevamente mientras acaricia la rodilla de ella —sé quién eres— la mira fijamente a los ojos —y sé que no harías algo así— indirectamente se refiere a ser infiel —pero en ese momento no pude controlar la ira— baja la mirada —no por ti sino por Brandon— quita sus manos y las junta entrelazándolas. 

 —Brandon...— baja la mirada —otra vez tuviste que sentirte así por mi culpa— junta sus piernas con sus rodillas hacia arriba y las rodea con sus brazos —al final yo terminé siendo la molestia— enseguida Bruno la mira. 

—Soy yo quien no puede controlarse no es tu culpa— otra vez la culpa era el tema de conversación. 

—¿De quienes son las voces que estoy oyendo?— se escucha de repente desde abajo. 

—¡Bárbara!— dicen los dos al unísono. 

Rápidamente se levantaron de escalón y comenzaron a bajar a gran velocidad, lo que menos querían era un sermón por parte de la adscrita. 

—Perdón es que me había olvidado traer los permisos— dice Natasha al llegar a la adscripción. 

—Ah, pensé que se habían quedado merodeando cuando las clases ya terminaron— dice seria desde la puerta de la adscripción y extiende su mano. 

—¡Ah, sí!— se acerca a  ella y le entrega el sobre. 

—¿Tú ya le diste el sobre a Sara?— le pregunta a Bruno. 

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora