Sirio y Canopus

Capítulo 42: "Te amo".

"Te amo, te amo, te amo" escuchaba una y otra vez en su mente Natasha "te amo" volvió a escuchar y de repente abrió sus ojos. 

—¿Te amo?— dijo sentándose rápidamente en la cama provocando que le diera un ligero dolor de cabeza.

¿Realmente me dijo eso? se preguntó mentalmente, giró su cabeza hacia el otro lado de la cama en busca de Bruno pero éste ya no estaba allí. 

—¿Y Bruno?— dijo preocupada. 

Rápidamente se levantó de la cama y en pijamas salió de la habitación, sabía perfectamente que Bruno sí había dormido con ella pero aquella última frase que él le había dicho aún no podía creer que la había oído, había algo en ella que no le dejaba creer que realmente Bruno le había dicho te amo. 

Lentamente comenzó a bajar la escalera, no había casi ruido pero sí podía sentir claramente el olor de unas tostadas como si recién fueran hechas. Eso le indicaba que Bruno estaba en la cocina y allí era a donde se dirigía. Con un poco de nervios y dudas Natasha se detuvo en la puerta de la cocina mientras miraba a Bruno de espaldas haciendo algo en la cocina, por extraño que parezca el "te amo" de Bruno había generado en Natasha cierto miedo haciendo que ella no supiera como reaccionar. 

Antes de que pudiera decidir si en ese momento estaba lista para afrontarlo Bruno ya se había dado vuelta, deteniéndose para verla. 

—Oh, despertaste— dice Bruno con una sonrisa y deja dos tazas sobre la mesa de allí. 

—S-sí— dice nerviosa mientras se acerca a la mesa —¿Hace cuanto te levantaste?— se sienta en una de las sillas.

—Hace un par de horas— sonríe y se sienta también —como sé que te gusta dormir hasta tarde los fines de semana no te desperté pero ya no aguanté y tuve que preparar el desayuno— ríe. 

—Entonces ¿Qué hora es?— frunce el ceño. 

—Van a ser las 14:30 p.m— toma un sorbo del café con leche que se había hecho. 

—¡¿Tan tarde es?!— se sorprende —¿Y tu madre? Deberías haberte ido a tu casa— se preocupa. 

—No te preocupes ya hablé con ella— trata de calmarla —además no iba a dejarte sola— sonríe. 

—Aún así...— baja la mirada y se queda mirando su taza. 

—¿Dormiste bien?— en realidad quería saber si los truenos habían dejado de molestarla pero no quería preguntarlo directamente. 

—Sí, dormí bien— dice sin quitar su mirada de la taza. 

—Eso es genial— bebé otro sorbo —yo en unos minutos me tengo que ir— mira la hora en su celular. 

—Ok— toma la taza y bebe un sorbo del café con leche —termina tu desayuno yo iré a cambiarme— dice sin mirarlo y se retira de la cocina. 

Bruno se quedó mirando como ella se iba y por más que ya no estaba allí se quedó varios segundos mirando la puerta por donde había salido. Notaba que Natasha estaba rara y tenía la sospecha de que era por el te amo que él le había dicho, aún así no quería molestarla haciéndole preguntas. 

Cuando Natasha llegó a su habitación se acercó a su cama y se sentó en ella, por varios segundos se quedó mirando el suelo, no sabía por qué reaccionaba así, trataba de entender sus sentimientos pero en el proceso se confundía más. 

Sabía que estaba enamorada de Bruno, eso era lo más claro que tenía pero cada vez que recordaba a Bruno diciéndole "te amo" su garganta se hacía un nudo y su pecho se oprimía y por más que lo intentaba no podía controlarlo.