—¿Y cuándo hablarás con Johnatan?— pregunta Bruno, estaban los dos caminando en dirección a la casa de Natasha.
—No sé, ni siquiera sé cómo lo voy a decir— dice mirando el suelo, era algo difícil para ella pero debía hacerlo, luego de reflexionar entendió que no debía mentirse a sí misma.
—¿En serio quieres hacerlo?— pregunta tratando de confirmar que no lo hace por que él la haya presionado.
—Sí— dice luego de un suspiro —si sigo con él sin sentir nada creo que lo haré sufrir aún más— levanta la mirada —y no quiero eso— Bruno deja de mirarla y mira hacia el mismo lugar que ella —ya llegamos— dice un poco decepcionada, quería hablar más con él.
—Llegamos— repite
Los dos estaban parados entre la casa de Johnatan y de Natasha, ella se paró frente a él y el no se movía, solo mirándose.
Justo en ese momento Johnatan salía de su casa con una bolsa en la mano, iba a tirar la basura, pero fue el momento perfecto para encontrarlos a los dos, el momento perfecto para quitarse la venda. Ninguno de los dos escuchó la puerta de Johnatan, y éste prefirió quedarse allí mirando lo que pasaba desde lejos y en silencio.
—¿Qué haces, por qué no entras?— Bruno frunce el ceño.
—Quiero ver mientras te vas, las calles son inseguras al menos hasta donde deje de verte quiero estar segura de que estés bien— explica con una sonrisa, aunque desde dónde estaba Johnatan se escuchaba un poco bajo lo que decían, lo que importaba era que podía escucharlos y su corazón ya estaba comenzando a doler.
—Y yo quiero ver que entres— sonríe también
—No entraré hasta que no te vayas— se cruza de brazos mientras insiste.
—No me pasará nada, entra rápido que hace frío— acerca su mano hacia la cabeza de Natasha y en un delicado movimiento desordena un poco su cerquillo; el corazón de Natasha no dejaba de latir fuerte.
—En serio, no entraré hasta que no te vayas— sonríe, le encantaba que él se preocupara por ella, pero tampoco podía dejar de preocuparse por él.
—Está bien— dice luego de un suspiro —si no lo hago vas a morir congelada— frunce el ceño demostrando un poco de enojo por lo terca que era.
—No comiences una pelea— lo mira con sus ojos entre cerrados haciendo que Bruno riera.
—Nos vemos— sonríe y se da la vuelta para irse, en ese instante Johnatan entra un poco más hacia su casa para que no lo note pero sigue mirando, pero no duró ni cinco segundos que Bruno volvía a mirar a Natasha, —¿Te gustaría mañana ir al cine?— preguntó de repente.
La idea se le había venido a la mente en ese momento, ahora que estaba todo bien con ella quería seguir viéndola, al ser fin de semana la única forma era invitarla a algún lugar. Natasha había quedado sorprendida por la repentina propuesta, una sonrisa grande aparecía en su rostro.
—Sí— respondió mientras también asentía con la cabeza, estaba muy emocionada por aquella "cita".
—Entonces nos vemos mañana— sonríe de nuevo y da la media vuelta para irse.
—Hasta mañana— dice en voz baja.
Bruno ya estaba un poco lejos cuando volvió a dar la vuelta y comenzó a saludarla con la mano desde lejos, ella levanta también la mano y lo saluda, así estuvieron varios segundos mientras que Bruno caminaba hacia atrás para poder seguir avanzando pero sin dejar de verla, ninguno quería dejar de verse.
ESTÁS LEYENDO
Sirio y Canopus
RomanceDesde que Natasha y Bruno se conocieron comenzaron a experimentar sentimientos extraños, amor, tristeza, nostalgia, acompañado de sueños muy parecidos. Sus personalidades cambian completamente cuando están juntos, si bien ninguno lo pregunta en voz...