Capítulo 39: Cuán importante eres para mí.

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—¿Sabes si Bruno llegará para la cena?— pregunta Caroline, estaba al lado de Emma quién cortaba verduras mientras que ella lavaba las verduras que Emma iba a cortar. 

—No lo sé, ni siquiera sé a dónde fue— dice sin problemas, el momento a solas era perfecto. 

—¿No estás preocupada?— frunce el ceño y la mira. 

—Bruno ya es mayor, sabe lo que hace— dice poniendo la verdura dentro de una olla —hasta las 20:00 ahí es cuando llamo para saber dónde está— ríe y Caroline también ríe. 

Nuevamente vuelven al silencio, desde que Bruno se había ido ellas habían comenzado a preparar la cena, pero a Caroline extrañamente le costaba crear un tema de conversación con Emma porque ésta había estado contestando de manera que las conversaciones terminen rápido, a propósito quería crear tensión en Caroline para que cuando comenzara su plan pudiera ver las reacciones genuinas de ella. 

Pasado los minutos Caroline estaba comenzando a sentir que Emma estaba rara, la invitación que al comienzo no le había visto nada sospechoso ahora con el comportamiento de la madre de Bruno, Caroline comenzaba a ponerse un poco nerviosa, consiguiendo así lo que quería Emma. 

—Ahora que el festival terminó estás más tranquila ¿Verdad?— comienza Emma. 

—Sí, puedo ocuparme de las pruebas que vendrán sin problemas— dice luego de un suspiro. 

—Eso es bueno— sonríe mientras sigue cocinando —oí que la cafetería de Bruno y Natasha fue la que más recaudó— ahora debía llevar la conversación al punto que quería. 

—Sí, las adscrita nos lo dijeron— finge una sonrisa. 

—Realmente hicieron un gran trabajo. 

—¿Fuiste a verlo?— pregunta con el ceño fruncido. 

—Obvio que fui— se ríe —aunque no me quedé mucho como para saludar a Natasha— hace una mueca de tristeza. 

—Aaah— termina de lavar la última verdura. 

—Conoces a Natasha ¿Verdad?— dice concentrada en cortar la última verdura. 

—Sí, la conozco— dice un poco extrañada por la pregunta —¿Te paso la sal?— trata de desviar el tema. 

—Ah, sí— sonríe dándose cuenta de que Caroline no quería hablar de Natasha y eso le había llamado la atención. 

—Aquí tienes— le entrega. 

—Gracias— lo toma con una sonrisa —¿Y qué te parece ella?— pregunta, ya no le interesaba disfrazar su conversación, es más, si era cierto que Caroline tenía su memoria era mejor para Emma que se diera cuenta de que estaba indagando sobre eso. 

—Creo que es una buena chica— hace silencio, la conversación comenzaba a ponerla más nerviosa —aunque es muy seria y fría— termina. 

—¿Cómo que seria y fría?— la mira —para mí es una chica muy amable y dulce— sonríe —supongo que también era así de niña ¿No crees?— tira el anzuelo, al decir eso Caroline abrió más sus ojos de la sorpresa. 

—Ah... sí, supongo— baja la mirada y Emma vuelve a concentrarse en la comida. 

Los segundos en silencio se le hacían eternos, sus nervios ahora pasaban a un ligero sentimiento de miedo, se había dado cuenta de que Emma sabía sobre su memoria, se había dado cuenta de que había caído en la trampa de la madre de Bruno y debía de buscar la forma de salir ilesa. 

Sirio y CanopusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora