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"Rompe mi corazón, rómpelo mil veces si quieres. De todos modos, solo era tuyo."





Melissa.

(Escuchar canción en multimedia)

Mi cuerpo no responde, no hago mas que llorar. Mi esposo cínicamente deposita un beso en el hombro de Marina para después mirarme con una leve sonrisa.

« ¿Enserio Santiago?  »

Marina le acaricia la mejilla y se baja de encima suyo para después cubrirse con las sábanas.

Intento buscar arrepentimiento en la mirada de Santiago, busco algo que me haga entender lo que está pasando.

« Tal vez este ebrio o algo parecido  »

Intento convencerme de varias formas que esto no es real. Llevo una mano a mi cabeza al sentír pequeñas pero fuertes punzadas en la parte izquierda de mi cabeza. 

No me quedó a observar su pequeña escena de sexo y salgo corriendo de la habitación. A tropezónes logro llegar a la puerta  principal pero una mano logra tomar mi brazo y apretarlo bruscamente. Logra voltearme de un giron quedando a centímetros de él.

Lo miro a la cara con lagrimas en los ojos, mis manos tocan su rostro para ver si no estoy soñando o algo parecido.

El toma mis manos y las retira con fuerza.

– ¿Por-que Santia-go? – es lo único que logro articular. No tengo las fuerzas suficientes para hablar.

El ríe – No seas cínica y hazme el favor de terminar con tu patética escena. – lo miro sin poder creer lo que dice – Sabes, creo que deberías de ser actriz ya que actúas demasiado bien. Si quieres puedo recomendarte con algunos productores...– le doy una bofetada sin dejarlo terminar.

– ¿Que-te pa-sa? – le digo en medio de sollozos.

– ¡¿Que me pasa?! Eres tan ridícula y mentirosa. Tienes la maldita cara para venir a reprocharme.– se toma el cabello frustrado. – Fui un idiota al confiar en ti – me mira a los ojos – Mi madre tenía razón al decir que eras una zorra, que las mujeres como tú no tenían clase alguna. Yo ingenuo creí que eras diferente.

– ¡¿Que dices, este no eres tú, nos amamos, juntos hasta el final recuerdas?!–mi voz apenas es audible.

–Que ingenua eres al creer ciegamente en las personas, ahora entiendo porque tus padres te abandonaron en un orfanato de pequeña. – se ríe de mi.– ¡¿Creíste que no me enteraría de tu aventura?! – me mira – eres una maldita puta Melissa, y yo soy un jodido imbecil por confiar en ti.

Siento dolor por todo el cuerpo, me sostengo de la pared para tranquilizarme aunque eso es lo que menos importa.

– ¿Pe-ro de que es-tas ha-blan-do? – le pregunto confundida.

– Eres una maldita hipócrita – me lanza en móvil al pecho lastimándome un poco. Reprimo el gemido y tomo el móvil para ver su contenido.

Hay fotos de mi y de Mikhail con Matthew en brazos, en dos de estas salimos sonriendo pero en la última salimos besándonos.

« ¡Esto tiene que ser un error!  »

– Estas fotos no son verdaderas mi amor, esto es un mal entendido Matthew..– no me deja terminar.

– ¡¿Con que el imbecil se llama Matthew?!– me toma del brazo con fuerza y me saca de él penthouse. – No quiero volver a verte Melissa, no me hagas decir cosas de mas así que vete.

– Mi amor por favor tienes que escucharme – lo abrazo y me aferro a él como si mi vida dependiera de ello. – Esas fotos no son..– no me deja terminar porque de un movimiento me aparta de él.

– ¡No me toques Melissa, tu tacto me repugna! – me mira con asco. – En tu miserable vida vuelvas a buscarme, lárgate y no vuelvas maldita zorra.

Sus palabras me duelen hasta el alma, la persona frente a mi no es Santiago si no alguien diferente. El odio en su mirada es evidente.

« Me odia  »

– Por favor Santiago tienes que escucharme– pierdo toda la dignidad que me quedaba al rogarle. Intento besarlo pero el me esquiva.

– Suéltame Melissa – me empuja – no quiero a una prostituta como mi esposa. Olvídate de mi, te odio Melissa. Aborrezco tu tacto, no quiero volver a verte. Te quiero fuera de mi casa mañana mismo. El divorcio te llegará mañana por la mañana, no quiero estar casado con alguien como tú.

– Pe-ro– intento hablar pero Marina aparece en mi panorama.

– ¿Estas bien mi amor? – le dice está abrazándolo.

– Si cariño, solo estaba despidiéndome de Melissa. – le dice para después besarla en frente mío.

Con mi dignidad por los suelos y con mi corazón roto en mil pedazos, miro por última vez a la persona que más amo en esta vida, a la única persona que me quedaba.

Limpio mis ojos, para ver cómo Santiago le acaricia la mejilla a Marina. Ya todo está dicho para mi, volteo y camino hacia el elevador.

« Adiós mi amor  »

Digo en mis pensamientos, ya que no pude decírselo a él.

– Adiós Melissa – me grita Marina.

Entro al elevador y miro por última vez la escena frente a mi. Marina está dándome la espalda mientras que Santiago esta mirándome.

Le miro con dolor y tristeza, limpio las lagrimas para poder verlo por última vez.

El elevador comienza a cerrarse muerdo mi labio y le doy una leve sonrisa.

PAIN & LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora