PAIN & LOVE

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Melissa.

El olor delicioso a pancakes inunda mis fosas nasales, con mucho cuidado me impulso con los brazos para levantarme. Froto mis ojos para acostumbrarme a la luz que entra por la ventana.

Me levanto para ver quien es la persona que está haciendo el desayuno. No creo que sea Harry, el ya debió de haberse ido al trabajo.

Mientras mas me acerco a la cocina la voz se escucha más alto. Que la reconozco al instante.

– ¡¡Crawlin' back to you, Ever thought of callin' when. You've had a few? Cause I always do!!

– No es por ser mala pero, cuantas horrible Harry. – el salta asustado y se toca el pecho.

– ¡¿Quieres que muera de un susto?! – me dice dramático, mientras que yo muero de la risa.

– Nunca de había visto bailar de esta forma, desconocía esa fase de ti. – me siento en la banca frente a la barra. – ¿Ahora ya sabes cocinar? – enarcó una ceja.

– No por nada me llaman Harry el mil usos. – me guiña el ojo.

– ¿No fuiste a trabajar?

– No, pedí el día libre.

– ¿Porque?

– Para estar contigo, por que más.

– No debiste hacerlo, yo estoy bien. –

– Dime otra mentira. – me dice dejando mi plato de desayuno frente a mi.

– No estoy mintiendo. – me ignora y toma asiento frente mío. Me mira a los ojos incitándome a decir algo. Pero lo único que logra es ponerme nerviosa por lo que bajo la mirada.

– No me veas así.

– Así ¿Como? – me sonríe.

– ¡No hagas eso, me ves como un pervertido! – le regaño al ver que sigue haciéndome sus miraditas.

– ¿Pero si no estoy haciendo nada? –

– ¡Si, tu estás haciendo eso con tus ojos! Tengo una pregunta- digo cambiando el tema– ¿Porque no has vuelto a tener novia? – el timbre suena interrumpiendo nuestra charla. El hombre frente a mi se levanta arrastrando la silla haciéndola chillar.

– ¿Porque hiciste eso? – niego riendo.

El se aleja a abrir la puerta, escuchó varias voces y me curiosidad aumenta.

« ¿Quien será? »

Empiezo a comer mi desayuno, pero las ideas del porque Harry no a vuelto a tener novia después de Vanessa están por mi cabeza.

Mi alarma suena, informándome que es hora de mi medicamento.

– ¿Melissa? - dice una voz que reconozco al instante. Volteo y corro hacia Carmen.

– ¿Como estas Carmen? – le pregunto.

– Muy bien y ¿tú? Harry me comentó algo de que no te sentías bien.

– Sabes que Harry es un exagerado.

– Tu sabes que no es así. – se sienta en uno de las bancos de al lado mío – Te contaré una historia. – asiento y volteo a mirarla.

– Había una vez una chica que conoció a un chico, está al mirarlo cayó rendida al instante. El chico por igual, se conocieron, salían cada que podían. Siempre querían estar juntos, su relación duro alrededor de medio mes, para que después el chico se animara a pedirle matrimonio a la chica. La ilusa joven le dijo que si, ella pensó que todo sería bonito y de color rosa. Pues el chico le prometió cosas muy lindas.– se toma un respiro para seguir.

– Los padres de la chica no estaban de acuerdo, pues los jóvenes solo contaban con 16 años, no sabían a lo que se enfrentaban. Pero aún así se casaron, se tenían un inmenso amor que lo hicieron. A los primeros años todo fue lindo, fue exacto como él decía, se la pasaban de fiesta en fiesta, convivían, hacían cosas juntos, viajaban.– se detiene y su mirada cae un el vaso frente de nosotros, como si intentara récordar, como si ella lo hubiera vivido.

– Después de 4 años la joven tuvo su primer retoño, ellos estaban muy felices al saber que tendrían el fruto de su amor. Cuando el pequeño nació, toda la familia se reunió para ver al nuevo integrante de esta. Los padres de ambos, tíos, primos, sobrinos y amigos estuvieron presentes. Todos estaban felices y orgullos pues no habían creído que los dos ilusos adolescentes llegarían hasta ese punto.
En los siguientes meses la pareja peleaba constantemente, pues la joven no rendía necesitaba ayuda en la casa. El chico como pudo logro contratarle una sirvienta. Quien fue la manzana de la discordia.
Después de un año, la joven había salido a dar un paseo con el niño, pues su esposo se encontraba en el trabajo. El niño se sintió mal y decidieron regresar a casa, la chica escuchó sonidos raros así que subio al lugar donde se escuchaban. Pero ella deseo no haberlo hecho, pues su marido estaba con la sirvienta, tenían sexo como locos.
La joven lloró y le gritó infinidad de cosas al chico. Pero aún así de su traición decidió perdonarlo. Pasaron los años, su pequeño hijo ya tenía ocho años de edad, la pareja tenía casi 30 años, ya nada era igual. El joven ya no cortejaba a su esposa, llegaba tarde a casa, y la ilusa joven sabía que su marido le ponía el cuerno pero no quiso reconocerlo.
Un día volvió a encontrar a su esposo con otra mujer en su propia casa. La joven no dijo nada y tomo a su hijo en brazos y salió corriendo del lugar. Se divorciaron y él ex esposo reclamó la patria potestad del niño.
La joven no contaba con los recursos suficientes como para contratar un abogado, ocupó uno de oficio, pero no sirvió de nada. Su ex esposo se quedó con el pequeño, la joven tenía días exclusivos para ver a su hijo. Pero a medida del tiempo, el hijo comienzo a cambiar con la madre, el niño culpaba a la joven por la separación de ellos. Llego un día donde el papa logro amaestrar bien a su hijo, que el niño decidió no ver más a su madre. La madre insistía en verlo pero el niño no quería, incluso hasta consiguió un acta de restricción en contra de ella.
La joven muy triste decidió resignarse y seguir adelante, su vida ya no era la misma, pues sin su hijo ella no valía nada, se sentía vacía. Pero por causas del destino un hombre llegó a su vida, la enamoró, la ilusionó al igual que su antigua pareja, pero dada la casualidad que aquel hombre estaba casado con una familia. La joven mujer triste se resignó a vivir sola, para toda su vida. – veo las lagrimas bajar por la cara de Carmen, dándome a entender que ella era aquella chica de la historia.

- Carmen, ¿Eres tu la chica de la historia? – le pregunté con lagrimas en los ojos. Ella levantó el rostro y me miro.

– Si, soy yo aquella ilusa chica.