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Omnisciente.

Un año después

Harry llevaba en manos un pequeño pastel adornado con unas velas con los números dos y seis, creando así el número de años que cumplía Melissa. Con mucho cuidado lo dejo en la mesilla frente al portátil para que Melissa observara la sorpresa que Harry le había preparado.

– Te dije que no quería nada Harry – comenzó a decir Melissa al otro lado del portátil.

– Deja de hablar y apaga las velas. – y como si de una niña pequeña se tratara, Melissa apagó la vela no sin antes pedir un deseo. El cual era nada más y nada menos que arreglar las cosas con Santiago, ella no quería su relación de vuelta, solo quería quedar en buenos términos con el, sabía por demás que ya había pasado mucho tiempo como para que regresaran.

En este tiempo los dos hicieron cosas de provecho, la joven se mudó a Italia, y canta en restaurantes.

Decidió aprovechar sus últimos días de vida al máximo, y que mejor que en Italia.

Por otra parte, Santiago había estado trabajando en su nueva película, pues la polémica de su divorcio le hizo conseguir más trabajo. Él y Marina seguían su vida como un feliz matrimonio, salían a todas partes juntos, iban a ferias, discotecas, hacían todo lo que Marina decía. Ella era completamente feliz con el, pero Santiago no.

Él pensó que con el tiempo su amor por Melissa disminuiría, pero no fue así. Santiago ponía todo su esfuerzo por corresponder a su esposa, él la quería, pero no había amor para ella.

Se encontraban de camino a casa de los padres de Santiago, Blanca había preparado un pequeño convivio en familia, su hijo y nuera preferida no podían faltar. Quince minutos después llegaron al lugar, Marina se encargó de tomar la mano de Santiago para ingresar a la casa.

– ¡Mis pequeños han llegado! – grito emocionada Blanca.

– Hola mamá. – habla Santiago.

– Blanca, es un placer verte. – dice Marina dándole un abrazo el cual la susodicha correspondió con alegría. Pues ellas eran tal para cual, se entendían a la perfección.

– Pasen, la comida está lista. – todos siguen a Blanca hacia el comedor y toman asiento.

– Papá, que gusto verte. – dice emocionado Santiago, dándole un abrazo.

– Señor Abraham. – se limita a decir Marina, pues ella sabía perfectamente que no era de el agrado de su querido suegro.

La comida transcurrió tranquila, Blanca y Marina se la pasaron platicando como amigas. Pero de pronto Abraham se pone de pie llamando la atención de todos los presentes.

– ¿A donde vas papá? – pregunta Santiago.

– A dar una vuelta. – Blanca roda los ojos y cambia su expresión.

– ¿Y tu no irás madre? –

– No. – se limita a responder Blanca.

– ¿Exactamente a donde vas papa? – pregunta Santiago. – y el no dudo en responder.

– Es el cumpleaños de Melissa. - con esas palabras todos se quedaron callados, Marina y Blanca cambiaron su expresión a una molesta. «Como es que esa maldita huérfana sigue entrometiéndose » pensaron Marina y Blanca al mismo tiempo. Mientras que Santiago se quedó en silencio. La voz se le había ido, el hizo hasta lo imposible para no recodar que hoy era el cumpleaños de su ex esposa, trayéndole de nuevo aquel vacío que siempre había sentido.

Desde miles de Kilómetros Melissa acababa de soplará sus velas pidiendo su deseo.

Que toda la verdad se supiera.

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Deseo cumplido.

PAIN & LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora