Melissa.Habían transcurrido casi dos semanas desde la ultima vez que estuve en la casa de él.
La ultima vez que escuché su voz,
la ultima vez que estuve junto a él.
En la casa de Harry reinaba la soledad, me sentía sola, triste. Como si hubiera entrado en depresión.
Las ultimas noches había alcanzado a dormir, pero mis pesadillas aumentaban con los días.
Despertaba llorando y gritando a la vez, soñé varias veces que Santiago me había dejado.
Caí en la realidad de que eso sí era verdad.
Faltaban unas horas para que amaneciera, el día de hoy me aplicarían la quimioterapia.
Me alisto dándome una ducha y vistiéndome para ir al hospital. Pues si esta vez yo iría sola, estaría sola.
Como siempre lo he estado.
Por curiosidad encendí el televisor esperando encontrar algún programa de entretenimiento, vaya que lo encontré.
La noticia de que Santiago y Marina habían formalizado su relación tenía locos a los demás.
Quiero dejar de sentir algo por el, quiero dejar de amarlo, pero no puedo.
Él está clavado en mi corazón, y se negaba a irse.
[...]
Me muerdo los labios de miedo y nerviosismo. Las inyecciones que recibiré hoy son muy dolorosas, Carmen aprieta mi mano para consolarme. Me había llevado una gran sorpresa al verla llegar al hospital.
Estoy muy agradecida con ella, pero solo necesito a una persona junto a mi. Quería olvidar todo y pedirle que viniera a acompañarme, que estuviera al lado mio.
– ¿Está lista señora Gosling? – me dice el doctor.
– López, solo López.
– ¿Y su esposo?¿Pensé que el estaría acompañándola?
– Yo también lo pensé. – el médico no dice nada más.
El médico me guía hasta la habitación, me hace quitar la ropa que traigo y ponerme una bata azul. Me pide recostarme y esperar por el.
Cierro los ojos al sentir como las agujas perforan mi cuerpo, el dolor es insoportable es muy fuerte que me hace derramar algunas lagrimas. Siento las agujas entrar, una por una, deseo gritar de dolor pero la voz se me a ido.
« Ya debería de estar acostumbrada a esto »
La debilidad es evidente en mi cuerpo, las manos comienzan a pesarme. Carmen me sonríe por la ventana, intenta darme ánimos, incluso hasta logro ver algunas de sus lagrimas bajar.
Le sonrió para no preocuparla aunque por dentro me esté muriendo de dolor. Miro a la otra ventana esperando ver a mi esposo sonreírme.
Pero no hay nadie, el lugar está vacío, necesito las palabras de Santiago, pidiéndome que sea fuerte. Necesito su mano junto la mía, alentándome a soportar el dolor.
Lo necesito a él.
« Estarás bien Melissa » « Solo soporta un poco más »
Esta vez me toca decírmelo a mi misma.
Los minutos se vuelven horas para mi, solo escuchó al doctor pidiéndome tranquilizarme.
« ¿Donde estas amor? Te necesito »
No siento mis piernas, mis lagrimas siguen bajando, no hago ruido, no me muevo. Mis ojos me pesan y poco a poco voy quedando inconsciente.
Me quedó dormida con un montón de lagrimas acompañándome.
Me quedó dormida con la imagen de Santiago junto a mi.
[...]
Santiago.
– Escena 5, toma 18 - intentó realizar la escena pero no puedo. Me equivoco en los guiones logrando arruinarla.
– ¡Corte! – grita el productor – Santiago – me mira y me hace señas para que me acerque a él.
Me guía hasta el camerino y me pide que tome asiento al frente suyo.
– ¿Que te pasa Santiago, estas bien? – me interroga.
– Si solo me encuentro un poco indispuesto. – me limito a responder.
– ¿Y porque no me lo habías dicho antes, sabes cuantas veces has fracasado en filmar la escena que te toca hacer?
– Si lo lamentó, es sólo que estoy un poco cansado.
– Te daré el día libre para que te vayas y te relajes, quiero verte con muchos ánimos mañana para terminar de filmar ¿Esta claro? – me pregunta.
– Si señor, muchas gracias. – le respondo distraído y salgo de ahí.
Camino hacía mi camerino para tomar mis cosas y irme. Este día me sentía de la fregada, no podía pensar en otra cosa más que Melissa.
Son sonrisa estaba clavada en mi mente, a cada minuto deseaba escucharla.
Esta semana sin ella había sido un infierno, todos los días la imaginaba junto a mi, riendo y jugando con ella.
Pero tampoco podía olvidar la traición que me había hecho, eso me hacía odiarla y amarla al mismo tiempo.
« Tu la engañaste primero imbecil »
Mi conciencia se encargaba de recordármelo a diario, pero yo sabia que no fue así. Melissa me había sido infiel antes con aquel tipo de la foto. No tenía pruebas pero tampoco dudas.
Subo a mi auto ignorando los gritos de Marina, saco un cigarrillo y lo enciendo.
Me toma unos minutos llegar a casa, un auto fuera de la casa de Harry llama mi atención, ya que nunca lo había visto. Estacionó y mi curiosidad me hace mirar por el retrovisor.
Veo bajar a un hombre y abrir las puertas de atrás de su coche. Veo unos delgados brazos deslizarse por su cuello.
Aquel tipo la toma en brazos y la lleva hacia el interior de la casa, intento mirar sus rostros y me llevo una gran sorpresa con un poco de dolor.
El imbecil de la foto está con ella, con Melissa, la lleva en brazos hasta el interior de la casa.
No necesitaba más pruebas acerca la infidelidad de Melissa, ella era una maldita zorra.
Hasta ahora lo estaba comprobando, todo el amor que siento por ella se a transformado en odio.
Limpio las lagrimas que amenazan con bajar y salgo del auto llámando la atención de ellos.
Ya no más Melissa, desde ahora eres nadie para mi.
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PAIN & LOVE
RomanceUn amor, una enfermedad. La traicion es algo que no se puede perdonar y menos si viene de la persona que más amas. ¿Debería existir una segunda oportunidad? 05|21|2021