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Melissa.

– No. – me hago un lado para dejarla pasar. Ella toma asiento en el primer sofá.

– No quiero quitarte mucho tiempo, solo venía a entregarte esto. – extiende sus brazos para hacerme entrega de la invitación que trae en manos.

Mis dedos temblorosos toman la invitacion.

« Que no sea lo que estoy pensando    »

– ¿Que es esto? – le digo un poco aterrorizada. Mi corazón late frenéticamente del miedo a su respuesta.

– Veelo por ti misma – su sonrisa es exageradamente macabra. Me muestra todos sus dientes dándome un poco de miedo.

Lentamente desató el cordón que tiene la invitación, que por cierto es muy bonita. El sobre es de color negro, pero lo que en realidad  resalta es la hoja que viene dentro de ella. Es transparente pero brilla con la luz. Nunca había visto alguna así.

– ¿Están muy bonitas verdad? – me interroga pero la ignoro.

(Escuchar canción el multimedia)

Porque iré a donde tú vayas, y viviré donde tú vives. Yo seré tuyo y tu serás mía para siempre. Con amor Santiago & Marina.

– ¿Se-casarán? – pregunto tartamudeando.

Pero solo llevan dos meses...

– Si, ¡No es increíble! – me mira a los ojos – lamentó que lo de ustedes no haya funcionado. Créeme que yo si lo amaré como se merece, es el hombre de mis sueños...

Ella sigue hablando pero no logro prestarle atención, mi mente aún no puede aceptar que él volverá a casarse.

« Yo pensé que aún no podríamos intentar, pensé que él volvería conmigo  »

– ¿Cuando?– le pregunto.

– Dentro de un mes, lo dice la invitación. ¡Queremos que estes presente, sería un gran honor para nosotros que fueras!

Mis ojos están cristalizados en este momento, siento un inmenso dolor en el pecho, de esos de los cuales duran para siempre. No puedo permitirle a Marina verme devastada, no puedo. Eso es lo que ella quiere, por eso vino personalmente a entregarme la invitación.

– Es-ta-re fue-ra del país en esa fecha - es el único pretexto que se me ocurre. – No- creó que pueda ir.

– No finjas querida, lamentó que esto te duela pero deberías pasar pagina. Santiago y yo nos amamos, algo que tú no lograste.

« No llores, no le des el gusto »

Te diré algo – da unos pasos para acercarse a mi – él y yo estábamos juntos desde antes, desde que él estaba casado contigo. Es un gran hombre en todos los sentidos.

– ¡¿Que!?

– ¿Pensaste que él te era fiel? – me sonríe – No querida, tenemos aproximadamente medio año saliendo a escondidas tuya. – se levanta y camina hacia la puerta para salir.

La abre y voltea a mirarme.

– De corazón esperamos que vayas, será la boda del año. – sale y azota la puerta.

Mi mente aún no puede procesar todo lo que Marina me a dicho.

« ¿Es cierto eso Santiago? »

Me arrodillo y me abrazo las rodillas.

« No otra vez »

El oxígeno me falta, rasgo el suelo con las pocas uñas que tengo. Siento mi corazón latir frenéticamente, ya no me encuentro en la casa de Harry. Ahora estoy con Santiago, el está abrazándome y haciéndome cosquillas.

Sabes que te amo verdad – me dice el.

– Yo también te amo cariño. – me acerco a besarlo.

– Juntos para siempre.

– Juntos para siempre.

Mis sollozos se convierten en gritos de dolor, mis lagrimas bajan sin frenesí. El escenario que proyecta mi mente cambia y ahora me encuentro en un parque.

Quédate aquí cariño, ahora regresamos. – la imagen de la señora frente a mi es borrosa.

– No te muevas de aquí niña. – me dice el hombre detrás de ella.

– ¿Porque no puedo ir con ustedes mami?

– No hagas preguntas estupidas niña y quédate aquí. ¿O quieres entender a golpes?

La pequeña niña niega. Y aquella pareja se aleja.

« Esa niña ¿Soy yo? »

La niña sigue sentada en la pequeña banca del parque, trae consigo una pequeña muñeca de trapo. Su ropita está toda sucia y maltratada, tiene algunos hematomas en los brazos. Cambia de posición a cada rato, ella sigue esperando a sus padres.

Anochece y no hay rastros de sus padres. La niña abraza con fuerza su pequeña muñeca debido al frío que siente, sus delgadas piernas tiemblan, tiene mucha hambre.

–¿Donde estas mami?

– ¡¿Melissa cariño, regresa conmigo?! –

« Esa voz, es Harry. »

– Cariño tranquila, estas bien, nadie te hará daño. Respira tienes que tranquilizarte.

– ¡Ha-rry!– logro decir.

– Estas bien cariño.

– ¡El-el se-va-a-ca-sar! – no puedo decir palabras completas.

– No pienses en eso cariño.

– El ya no me quiere más Harry.

– Tranquila.

– ¡Yo lo amo!

– Lo se pequeña, lo se. – besa mi frente, y comienza a cantar mi canción favorita.

La melodía logra tranquilizarme y poco a poco mis ojos se van cerrando. Me duermo imaginado que Santiago esta junto a mi, conmigo.

PAIN & LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora