32- Plan

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Joaquín abrió los ojos lentamente, parpadeando múltiples veces, para así  evitar que la luz le lastime mucho, se removió en la cama; al encontrarse aún adormilado, estiró su brazo buscando como era costumbre el cuerpo del rizado, al no sentir nada fue que reaccionó. Se levantó mirando su teléfono en el buro, lo tomó, ahí recordó que estaba hablando con Emilio antes de dormirse, inevitablemente se sintió mal; desbloqueo su celular, encontrándose con un mensaje de Emilio.

"Mi amor, se que no leerás esto hasta mañana; te conozco y se que te sentirás mal, no te preocupes, me encantó cantarte hasta que te quedaras dormido. Espero y tengas   un gran día, no olvides que te amo, hablamos en la noche."

Sonrió ampliamente, al leer aquel mensaje, contestó rápidamente, antes de entrar al baño, para darse una ducha.

Luego de terminar su baño y cambiarse, bajo a la cocina, donde preparó algo para desayunar; antes de subirse al auto y conducir a la juguetería más cercana, ahí compró unas cuantas muñecas, antes de dirigirse al orfanato. Cuando lo dejaron entrar lo llevaron al patio el cual estaba completamente vacío, se sentó en una de las bancas que había, en unos segundos miró como, la pequeña corría rápidamente hacia él, extendiendo los brazos; sin pensarlo extendió los propios recibiendo a la pequeña en un gran abrazo, mientras la cargaba. Luego del gran abrazo Natalia se sentó en las piernas de Joaquín mientras esté la abrazaba.

— Ti vinites —comentó muy emocionada.

— Claro que sí, recuerda que te lo prometí, al igual que esto —dijo extendiendo la bolsa donde había tres diferentes muñecas; la niña gritó de emoción mientras intentaba abrazar a sus nuevos juguetes al igual que al castaño— Me alegro que te gustaran.

— Gacias —susurró acurrucados en Joaquín— ¿Y tú novo? —preguntó mientras peinaba el pelo de una de sus muñecas.

— El está de viaje por el trabajo, pero hablamos todos las noches —contestó y ante la mirada curiosa de la pequeña decidió seguir contándole— En realidad él ya es mi prometido, digamos que antes de irse me dio, el anillo y me dijo que si lo usaba la respuesta sería que me iba a casar con él y si no, se dejaría el tema —hizo un pausa para mirar aquella joya en su dedo— Ahora estoy planeando ir a verlo, pero aún no se como decirle que acepto.

— ¿Po qué no hades lo mismo? —dijo  tocando el anillo del castaño.

— ¿Proponerle matrimonio? —Natalia asintió; Joaquín estaba por hablar, cuando el sonido de su celular lo interrumpió, de inmediato lo sacó de su pantalón y contestó— ¿Bueno?

— Joaquín ¿a que hora vas a llegar? Necesito que veas lo de los proveedores de telas —grito Renata del otro lado de la línea.

— Oh lo lamento, te juro que se me olvidó por completo, pero no te preocupes, ya salgo para allá. —colgó la llamada.

— ¿Te vas? —preguntó la pequeña mirándolo con tristeza.

— Tengo que hacerlo cariño, debo ir a trabajar —susurró, la niña asintió lentamente— Prometo venir a verte después ¿de acuerdo? —la pequeña asintió.

Joaquín le dio un corto abrazo antes de que la niña se fuera, antes de irse, decidió ir a hablar con, la encargada del orfanato, luego de hablar varios temas, salió del lugar yendo directo a la empresa, para tratar los asuntos que tenía pendientes.

Seré lo que necesites Donde viven las historias. Descúbrelo ahora