3- Magnífico

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Eran casi las diez de la noche, Joaquín por fin se había decidido que ropa usaría para salir hoy. Quedaron que el rizado pasaría por él y de ahí se irían a el antro donde se encontrarian con su hermana y Diego.

Esta terminando los últimos detalles de su vestuario cuando escucha como tocan el timbre, termina baja las escaleras, abriendo la puerta, donde esta Emilio parado con una gran sonrisa.

Ninguno dice nada al parecer estan analizando la vestimenta del contrario.

El mayor lleva un pantalón negro acompañado de una camisa y una chamarra de piel. Por su parte Joaquín lleva un pantalón verde militar acompañado de un croptop negro.

— Hola, te vez muy bien precioso — saludo Emilio con una gran sonrisa.

— Hola gracias, también te vez bien — murmuró el menor sonriendo ampliamente.

— Nos vamos —propuso el rizado a lo que el contrario asintió.

Emilio le extiende la mano al castaño, quien la toma gustoso, ambos comienzan a caminar rumbo al auto tomados de la mano.

Cuando llegan el mayor abre la puerta del copiloto ayudando a subir a Joaquín quien le agradece, cerró la puerta, dandole la vuelta al auto subiéndose al lugar del piloto, comenzando el trayecto.

Durante el viaje no hablaron mucho, sin embargo no era un silencio incómodo. Una vez que llegaron Emilio se bajó del auto primero para  abrirle la puerta al menor.

Entraron a el lugar, había bastante gente, pero aún así encontraron una mesa vacía. El rizado recorrió la silla para que Joaquín se pudiera sentar, esté le agradeció con una gran sonrisa, correspondiendosela antes de sentarse junto a él.

— Me encanta como te vez con croptops —susurró Emilio tomando de la cintura al contrario, dándole un beso rápido.

— Gracias Emi  —dijo, justo en ese momento llegaron Renata y Diego, saludando a ambos antes de sentarse.

— ¿Quieres algo de tomar lindo? —preguntó el mayor.

— Solo una limonada, por favor —pidio Joaquín, sonriendo.

— ¿Enserio? ¿No quieres una margarita? ¿o whisky? no se algo más—intrigó el rizado.

— Mi hermano no toma nada de alcohol que no sea vino, champaña o sidra, le da asco el sabor —intervino Renata.

— ¿Enserio? —preguntó Emilio a lo que él menor asintió algo incómodo  — Bueno en ese caso yo voy a pedir un refresco.

— No, tu toma alcohol no tengo ningún problema —intervino el castaño.

— No quiero tomar, te tengo que regresar a tu casa sano y salvo, que tal si tomó alcohol y ya no me quieres besar, no me voy a arriesgar —se inclina para unir sus labios— Defenitivamente prefiero besarte.

— Oigan, separence vinimos a pasarla bien con todos, no a ver como se besan —replicó diego

Llamaron al mesero, cada quien pidió sus bebidas, minutos después llegaron, todos agradecieron y el mesero se retiro.

Comenzaron una platica muy amena, bueno al menos al principio ya que después de que Renata contó algo vergonzoso del castaño respecto aún berrinche que hizo en el supermercado. Inició una guerra pues Joaquín contó algo vergonzoso de Renata, creando una lucha de quien contaba cosas más vergonzosas.

Los acompañantes de los hermanos, no dejaban de reír respecto a aquellas ocurrentes historias que contaban. De un instante a otro sin darse cuenta ya se estaban peleándose más fuerte, justo en ese momento fue cuando desidieron que era momento de dejar las risas e intervenir, Diego se llevó a Renata para distraerla y calmarla.

Seré lo que necesites Donde viven las historias. Descúbrelo ahora