conservación

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Al día siguiente de acompañar a Niall, Zayn había tenido la tarde casi libre, después del descanso para comida tenía su primera cita con la terapeuta que se le había asignado, solo esperaba que no fuera la misma que Niall o que al menos no le hablara mucho de él.

La sala de espera era de un suave color azul que le hacía sentir cómodo pero le daba un aspecto frío a la habitación que llenaba los espacios vacíos con un par de plantas de interior de un verde intenso y lámparas de piso que emitían una suave luz dorada. Zayn intentaba no pensar mucho en cómo sería la sesión mientras movía los pies contra las baldosas con nerviosismo, cuando llamaron su nombre sintió que el estómago le daba un vuelco de terror puro.

La mujer que le esperaba dentro del consultorio parecía encajar perfectamente con su entorno, tenía el cabello de un marrón oscuro recogido en una coleta alta, sus ojos eran grandes y su sonrisa parecía condescendiente pero Zayn pensó para sí que quizá sólo era tímida.

—Hola— susurró tomando asiento, le incomodaba que el tema de conversación de la siguiente hora fuera su vida.

No era una persona que hablara demasiado y mucho menos de los aspectos más íntimos de su día a día. Sentía las piernas cosquillear y las manos sudando por el nerviosismo.

—Buenas tardes Zayn, soy la psicóloga Liz— estiró la mano a través del escritorio para saludarlo, lo estaba tratando como a un niño pequeño —voy a estar llevando tu caso durante algún tiempo, pero cuéntame ¿por qué estás aquí?

Su voz era amigable y no parecía analizar cada acción de Zayn por lo que se relajó un poco antes de contestar, era una respuesta que ella ya sabía pero aún así se esforzó por ser sincero sin tener que ahondar en detalles.

—Tuve una pelea con un compañero del trabajo, ambos hicimos comentarios y las cosas se nos salieron de las manos— balbuceaba inquieto sin saber cómo explicar la situación sin parecer un violento sin control.

La verdad era que se avergonzaba mucho de su comportamiento aunque se sintiera incapaz de admitirlo en voz alta.

—Sí, escuché algo de eso— asintió ella con una expresión neutra antes de escribir algo de manera apresurada en las hojas de una carpeta—. Antes de continuar con ese tema me gustaría saber un poco de ti, y recuerda que para que esto funcione debes ser totalmente honesto conmigo.

Zayn habló de su vida un poco más calmado, le habló de su infancia en Bradford cuando era un niño tímido que buscaba mantenerse cerca de sus hermanas, procuró mantener fuera las experiencias de discriminación que formaban parte de su día a día, en lugar de eso le habló de sus padres quienes siempre buscaron lo mejor para él trabajando largas jornadas y de sus hermanas a quienes describió como su mayor apoyo en todo momento. Durante todo el tiempo que habló Liz mantuvo la vista en el papel haciendo trazos rápidos y aparentemente incomprensibles. Se sintió más cómodo hablando con alguien que no se esforzaba en mantener el contacto visual.

—¿Por qué comenzaste a actuar?— la pregunta desconcertó un poco a Zayn tomando en cuenta que hasta el momento había sentido que él llevaba el control de las cosas que quería compartir y las que no, sintió su privacidad súbitamente invadida.

—No lo sé, me gustaba poder darle vida a otras personas y a otras historias a través de mí, era casi como un escape y conforme me hice mayor me sentía más cómodo actuando hasta que se volvió natural, actuaba todo el tiempo— estaba siendo totalmente sincero pese al fuerte instinto de mentir; cuando llegó a la adolescencia había comprendido que muchos factores estaban en su contra para pasar desapercibido así que había optado por actuar todo el tiempo frente a todos.

—¿Por qué actuabas todo el tiempo?— Zayn cambió de posición en la silla antes de volver a hablar.

—Era más fácil que explicar mi vida a todos, me sentía más cómodo siendo un poco distinto a mi realidad.

Zayn se sentía vulnerable hablando de eso, era un tema que no le gustaba tratar, solía pensar que había terminado actuando porque le agradaba la fama e interpretar a otras personas en lugar de admitir que se había acostumbrado demasiado como para hacer cualquier otra cosa. Le gustaba lo que hacía pero detestaba haber perdido la mayoría de su adolescencia pretendiendo que era alguien distinto.

Tras un par de preguntas más respecto a su familia Liz decidió hacer la pregunta que había estado agotando el aire en la habitación desde que Zayn entró.

—¿Por qué surgió el desacuerdo de la pelea?— su tono era calmado y parecía desinteresada en la respuesta pero Zayn sabía que simplemente estaba intentando hacerlo sentir un poco menos presionado a fin de no parecer tan intrusiva como estaba siendo.

Suspiró revolviendo su cabello antes de encontrar el valor de hablar en un susurro. Explicó la situación omitiendo las partes que supuso disgustarían a Liz.

—Bueno, debo admitir que es una versión muy distinta a la que me habían contado— le sonrió con la ternura de una madre que descubrió a su hijo en una mentira. Aunque había comenzado un poco insegura sobre tratar a Zayn y Naill rápidamente se dio cuenta de que al menos el primero no era tan mala persona en realidad.

El chico se sintió palidecer, las manos se le llenaron otra vez de una fina capa de sudor frío y se quedó sin respuesta.

—Está bien Zayn, fue una situación delicada para ambos pero te recuerdo que si de verdad queremos hacer un progreso aquí debes ser completamente honesto, por hoy es todo, nos vemos el jueves.

Zayn asintió avergonzado, no esperaba que su terapeuta supiera como habían sucedido los hechos pero tras pensarlo un momento se dio cuenta de que era obvio que ella lo sabía, debía tener un par de referencias para haber aceptado ese trabajo. Bufó molesto por no haberse dado cuenta antes y se apresuró a salir.

En cuanto levantó la vista se encontró con la mirada de Niall quien esperaba sentado en uno de los múltiples sillones marrones de la habitación. El estómago se le revolvió de sólo verlo pero no de la mala manera, seguía sintiendo bochorno por el incidente, no era que súbitamente creyera que todo estaba bien con Niall y que era inocente, pero se sentía mal consigo mismo por haberse dejado llevar de esa manera. Sin importar que el otro siempre hiciera comentarios hirientes respecto a su persona Zayn sabía que él no era igual, no debería haber dicho todo lo que dijo esa noche y mucho menos llegar a golpearlo.

Niall desvío la mirada rápidamente, aunque habían sido apenas un par de segundos se sintió incapaz de sostenerla un segundo más en el rostro de su compañero, no solía actuar de esa manera pero las circunstancias lo rebasaban. Inmediatamente acudió a su mente el recuerdo de la noche anterior, especialmente del último segundo por lo que agradeció cuando Liz salió del consultorio y llamó su nombre con una voz dulce.

Zayn salió rápidamente de la sala de espera antes de que Niall pudiera acercarse más, el edificio de repente le parecía demasiado pequeño y ni hablar del subterráneo que se sentía diminuto y asfixiante. Cuando caminaba por las últimas calles húmedas antes de su edificio se sintió abrumado rodeado de tanto concreto y desconocidos, en ese exacto momento se sentía aplastado por la ciudad, terriblemente pequeño y enterrado por la cantidad de cosas que habían pasado en los últimos días, estaba tan vulnerable y sobrecogido por la situación como cuando era niño, pero ninguna de sus hermanas estaba ahí para protegerlo del mundo exterior y la nostalgia por su infancia le pareció un problema más a la pila que cada vez se volvía más difícil de ignorar.

Una vez en su departamento se dio cuenta de la hora tan temprana, usualmente no tenía mucho tiempo libre por el trabajo pero tampoco era como que lo ansiara, prefería evitar pensar en las cosas que lo abrumaban y lo lograba trabajando. Zayn era más que nada una persona que disfrutaba de su soledad, o intentaba convencerse de eso porque en realidad se sentía bastante perdido, hacía su mejor esfuerzo por interactuar con sus amigos y salir con ellos pero estando fuera se sentía decaído y con ganas de estar en casa mientras que estando en casa sentía que salir lo alegraría un poco. Nada parecía funcionar para lo que le sucedía, solo estaba cansado de todo y la mayoría del tiempo le resultaba casi imposible dormir.

Se sentía viviendo a medias, incluso experimentando una emoción fuerte no era capaz de sentir las cosas por completo, era como estar anestesiado y desinteresado todo el tiempo, casi como estar tan alcoholizado que estaba a punto de perder la conciencia pero incapaz de dejarse ir del todo.

Pensó en llamar a Louis mientras preparaba un par de emparedados para cenar pero decidió no incomodarlo, seguramente su amigo estaría trabajando o con otros amigos. Tras considerar y descartar todas sus opciones Zayn terminó cenando sólo en casa y durmiendo frente a un televisor encendido que mostraba infomerciales de medianoche pero al menos interrumpía el silencio agobiante que inundaba el departamento.

Esa misma noche Niall se sentía totalmente eufórico, las cosas iban mal pero no tan mal como podrían ir y eso le daba una razón para ir de fiesta con los amigos que aún querían hablar con él tras lo que había hecho a Liam, así que eso hizo.

—Dios santo Niall, siempre escoges los peores lugares, ya empiezo a temer por mi billetera— habló Caroline apenas bajó del auto en la zona que el rubio le había indicado, no era el lugar más seguro o bonito de Nueva York pero tenía uno de los clubes nocturnos con el mejor ambiente.

Los edificios habían perdido toda pizca de sofisticación y casi podían ser dignos representantes del brutalismo pero no llegaban a ser tan estéticos, simplemente eran construcciones de concreto agrietado con la pintura desgastada o cayéndose a pedazos en el peor de los casos. La calle era solitaria y el alumbrado público fallaba más de lo habitual dando un aspecto aún más lúgubre al lugar.

—Va a ser divertido— la intentó tranquilizar Susy, era otra chica que Niall había conocido gracias a Liam pero ella había terminado desarrollando una mayor afinidad con él debido a su espíritu aventurero.

Comenzaron a caminar hacia lo que parecía ser un restaurante de comida mexicana, el deterioro del edificio parecía resaltar más que el de los demás, pero eso era lo que menos le importaba a Niall, esa sería su primera noche haciendo algo normal y divertido desde que Zayn le había dejado la cara de colores.

—Vamos chicas, nunca las he llevado a un mal lugar— sonrió buscando con la mirada a Jason, otro amigo que iba con ellos esa noche.

Todas eran personas que había conocido gracias a Liam, Caroline era la tatuadora de confianza de su amigo, Susy había tomado un par de clases con él antes de dejar la carrera de medicina para estudiar Derecho y Jason, la verdad es que Niall no tenía muy claro de dónde conocía a Jason pero siempre los acompañaba a una noche de fiesta y nunca parecía tener resaca.

—¿En martes Niall?— dijo a modo de saludo un chico con el cabello teñido de un azul pálido que se sentaba detrás de la caja registradora en el pequeño establecimiento con apenas un par de clientes.

El lugar era más cálido que el exterior y el olor a distintos condimentos lo inundaba todo.

—No te atrevas a mirarme así, han sido semanas difíciles— se rio apuntando con un dedo las marcas de su rostro.

—No tienes solución, pasa— el chico negó divertido y señaló detrás de él con su pulgar.

Los cuatro jóvenes avanzaron por un estrecho pasillo con papel tapiz de un paisaje desértico por lo que fueron apenas unos segundos antes de que Niall abriera con total confianza la puerta de la cocina, ahí saludó a un par de personas más y atravesó el lugar como un experto hasta llegar a una pequeña puerta metálica de color negro, el ruido que provenía del otro lado se escuchaba amortiguado pero era una realidad totalmente distinta dentro, las luces de colores que se movían y parpadeaban al ritmo de la música eran la única iluminación además de los letreros neón que indicaban el lugar de la barra y los baños. El olor a sudor era penetrante y combinado con todo el movimiento, calor y ruido resultaba en una experiencia totalmente disociativa de la realidad que parecía tan lejana.

—Maldito lugar de mala muerte— gritó Caroline para hacerse escuchar a través de la música, aunque en el fondo comenzara a pensar que no era tan malo no iba a admitirlo.

—No te enfades, traeré algo de beber, yo invito— Niall parecía especialmente animado esa noche y eso no cambió cuando ordenó en la barra, pidió un par de tragos que terminó en un segundo y una ronda para sus amigos, el precio del alcohol era más elevado que en otros establecimientos pero no estaba adulterado y eso le bastaba para considerarlo bueno.

Tras un par de tragos más Caroline y Jason se encontraban perdidos entre la multitud saltando al ritmo de cualquier canción de ritmo repetitivo y letra sin sentido.

—Ni— llamó su atención Susy mientras recorría suavemente el borde de su vaso con el índice, ambos estaban en la barra comprando una botella que les ahorraría más que seguir comprando tragos individuales.

Niall simplemente la miró dándole a entender que tenía su atención, tenía los ojos más abiertos de lo habitual y una sonrisa que no había desaparecido de su rostro en toda la noche.

—¿Tú… Has pensado en llamar a Liam?— no sabía en que territorio estaba caminando pero se sentía en la obligación de al menos preguntar. Últimamente Liam parecía incapaz de concentrarse por más de unos segundos, ni siquiera las veces que habían intentado animarlo parecían tener resultado.

La expresión de Niall cambió inmediatamente, súbitamente se sintió arrastrado de vuelta al piso y rodeado de la agotadora realidad, cada centímetro de su ser invadido por la culpabilidad de sus actos.

—No lo voy a hacer— se encogió de hombros fingiendo indiferencia antes de terminar el contenido de su vaso con un trago, pero ya no se sentía animado y el líquido quemó en su garganta más de lo habitual.

Estaba acostumbrado a beber pero ser tan consciente del momento le hizo maldecir el alcohol.

—Estás siendo injusto, tú siempre supiste lo que él sentía por ti y aun así…

—Es lo mejor para él— la interrumpió de forma abrupta y aunque intentaba mostrarse tranquilo su voz tenía un tono que no dejaba lugar a réplica.

Estaba exhausto de darle vueltas al asunto, sabía que había actuado mal y que Liam no merecía eso pero por esa vez había decidido que lo mejor sería no hacerle más daño y era fastidioso que siguieran cuestionando su decisión.

Cuando finalmente pudieron regresar a dónde sus amigos bailaban Niall decidió que no dejaría a algo así arruinar la primer buena noche en tantos días.

Sentía el calor del lugar y el movimiento casi arrullador de los cuerpos a su alrededor, la sensación bastó para distraerlo de todos los problemas que tenía fuera y por un par de horas más se dejó llevar por los movimientos rítmicos que guiaban su cuerpo sin pensar en lo que sucedería al día siguiente o en cuanto estaba tomando. Era tan tranquilizador volver a compartir una noche de fiesta con sus amigos sin tener que mantener una sonrisa para la gente que le pedía una foto o esa actitud defensiva que tenía alrededor de Zayn, estaba bien volver a ser simplemente Niall con sus amigos, justo como en los días de California porque aunque le encantaba la fama no siempre quería ser presentable y un ejemplo a seguir para los niños que lo veían.

Claro que la nube de tranquilidad que lo envolvía se desmoronó apenas el lugar comenzó a vaciarse y sintió escalofríos ante la ausencia del calor de las personas.

—Es tarde pero si alguien quiere seguir aquí no tengo problema— sonrió Caroline cuando en el lugar quedaban menos de cincuenta personas, pese a que intentaba ser amable las ojeras debajo de sus ojos no la dejaban mentir, había tenido suficiente.

Las palabras le llegaban a Niall a través de una bruma, tenía que concentrarse demasiado para poder entender lo que decían y sentía la garganta ardiendo dejándolo incapaz de pronunciar una palabra, definitivamente había tomado demasiado.

—Yo no tengo nada mañana— respondió Jason sin percatarse de las expresiones de sus amigas.

—No, vamos— las palabras supusieron un esfuerzo mayúsculo para Niall quién no pudo decirlas sin soltar una risita al final.

Comenzó a caminar lejos de la pared que le servía de apoyo pero rápidamente las manos amables de Susy lo sostuvieron antes de que se diera cuenta de que estaba cayendo. Pasó un brazo encima de los hombros de la chica y Jason se apresuró a ayudarla con el peso del castaño, de esa manera caminaron hasta la oscura calle.

El aire frío se sentía como pequeños cortes en las mejillas y en medio de esa calle casi totalmente silenciosa Caroline se atrevió a hablar mientras abría la puerta del conductor de su auto.

—Por cierto, vi tus fotos con ese chico del programa ¿nueva conquista?— la pregunta tenía la única intención de molestar un poco a Niall, todos sabían que él no saldría con alguien como Zayn por más malditamente atractivo que el otro actor fuera.

Susy le dirigió una mirada incómoda a su amiga mientras ayudaba a Jason a acomodar a Niall en el asiento trasero pese a que el castaño se empeñaba en repetir que él podía hacerlo solo. Consideraba que el tema de Liam seguía bastante fresco como para hacer una broma de ese tipo.

—Claro que no, es un imbécil— Niall frunció el ceño ante la suposición de la chica.

—Vamos, claro que le darías un beso, aunque sea uno pequeño, debes admitir que es endemoniadamente lindo— Caroline insistió mientras esperaba que Jason y Susy subieran al auto.

Los dedos le temblaban ligeramente mientras intentaba encender la calefacción del auto y la risa de Niall fue casi imperceptible antes de responder.

—Puede que uno pequeño— juntó los dedos índice y pulgar en dirección a Caroline quien lo observaba por el retrovisor —debe ser bueno besando.

Aunque esa no era la respuesta que su amiga esperaba sonrió divertida, Niall ebrio siempre era un espectáculo imperdible.

—Además a veces hace algo con los labios que…

En ese momento los chicos entraron al auto riendo de manera ruidosa, Caroline esperó que Niall terminara de decir lo que estaba pensando pero tras unos segundos se volvió evidente que no iba a hablar.

—¿Pasa algo?— preguntó Jason antes de colocar su cinturón de seguridad.

—Niall está en un viaje de autoconocimiento— se burló ella a la vez que ponía las llaves en el contacto.

Jason y Susy reflejaron la confusión en su rostro pero no preguntaron más. Niall tenía el rostro coloreado de un leve carmesí y sentía las mejillas ardientes, pero lo olvidó tras un par de minutos de camino, el movimiento era muy relajante para permanecer despierto.

Definitivamente Niall no recordaría mucho de esa noche.


Normal || ziallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora