Normal || ziall

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El aeropuerto repleto de gente le daba a Niall una constante sensación de inseguridad, o a eso atribuía sus nervios. Era demasiado orgulloso para admitir que las náuseas en su estómago y las cosquillas en sus piernas se debían al temor de comenzar un proyecto nuevo.

Caminaba de manera apresurada por los largos corredores de tiendas que había en cada aeropuerto a la vez que revisaba cada pocos segundos su reloj de muñeca. Estaba seguro de que eran las siete con dieciséis de la mañana de un día domingo, completamente seguro pero no tener nada a lo que mirar le hacía sentir extremadamente incómodo.

Llegó a la salida con tiempo de sobra, le habían avisado que mandarían un auto por él a las ocho de la mañana y el clima era demasiado frío como para darse el lujo de esperar afuera. Volvió a entrar sintiéndose torpe y se dirigió a una de las salas de espera que había por todo el lugar. Sería más cómodo esperar sentado que congelado en el exterior.

En menos de un minuto se había instalado de la manera más cómoda posible en una de las bancas metálicas y sin otra distracción su mente rogaba por echar un vistazo a su móvil. No sabía que esperar pero cuando descubrió que no había nada nuevo se sintió ligeramente decepcionado, sabía que no tenía millones de amigos pero al menos un mensaje de Caroline o Susy llegaba de vez en cuando, por lo general invitaciones a algún lugar en el que estaría Liam o preguntas sobre su relación con Zayn...

Zayn.

A esa hora debía estar comenzando a grabar e imaginarlo con la expresión cansada y ausente de cada mañana lo hizo sonreír sin notarlo. Extrañaría sus mañanas en el set, extrañaría a todos ahí, sabía que aunque estaría volviendo con regularidad las cosas serían distintas.

Intentó dormir unos cuantos minutos antes de tener que salir al frío de nuevo pero aunque no lo logró el tiempo pareció transcurrir demasiado rápido, un aeropuerto era un lugar con muchas cosas interesantes que presenciar. Para el momento en el que subió al auto se sentía entusiasmado por estar ahí y saludó con energía al chófer quien le explicó que lo llevaría al complejo de departamentos donde estaría quedándose los días que tuviera llamado.

A Niall la ciudad no le había parecido tan bonita la última vez que había estado ahí y sonrió imaginando lo que sería descubrir todos esos nuevos lugares interesantes en sus ratos libres.

—Alguien pasará por ti en la tarde, tendrán una especie de cena para celebrar y quieren que todos estén ahí, por ahora puedes instalarte —dijo el conductor con tono amable una vez que se estacionó frente al discreto edificio grisáceo.

—Claro, gracias —sonrió antes de bajar del auto.

El edificio era una historia completamente distinta por dentro, acogedor y sencillo estaba en buen estado sin llegar a ser ostentoso. Tras un par de minutos intentando entender la disposición de los apartamentos fue capaz de reconocer la puerta con el número 306. El departamento era pequeño a comparación del que habitaba en Nueva York pero era lindo, limpio y acogedor así que Niall sonrió con satisfacción, en la mesita de la sala estaba una caja de caramelos con una tarjeta.

Esperamos que trabajar con nosotros resulte una experiencia satisfactoria. xx

La letra era bonita y Niall la leyó divertido, en Normal casi le habían hecho agradecer de rodillas la oportunidad de trabajo y aquí le regalaban caramelos, era algo a lo que podría llegar a acostumbrarse. Se dirigió a explorar más del lugar con la caja de dulces en la mano, no tardó mucho en descubrir todas las habitaciones. Contaba sólo con lo básico pero definitivamente era lindo.

Tras la breve exploración del lugar Niall se dirigió de inmediato a su dormitorio, había dormido poco la noche anterior y sabía que cuando comenzaran las grabaciones apenas tendría tiempo de descansar, sería mejor aprovecharlo mientras pudiera. La cama tenía un suave cobertor naranja que ni siquiera se molestó en apartar, simplemente se hizo un pequeño espacio entre los cojines y cuando abrió los ojos el sol ya se estaba poniendo, o eso supuso cuando vio la hora.