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— Okey, yo no suelo ser curioso, preciosa —

— Deja de llamarme así. — Hinata lo interrumpió.

Gaara se encogió de hombros y la ignoró, como siempre.

— No lo haré, sé que en el fondo te gusta — Él dijo, a la vez que seguía ocupado dándole los últimos detalles al supuesto castillo de cartón que estaba haciendo —. Pero volviendo a lo anterior, tu teléfono ha estado sonando como loco desde que llegaste. ¿Es por tu vecino?

— ¿Cómo demonios tú sabes eso?

Hinata volteó a ver a su amigo tan rápido, que casi se parte el cuello en la acción. Estaba sorprendida. Primero, era porque aún no le había contado de la existencia de Naruto al pelirrojo, y segundo, porque este había acertado completamente a su deducción. Sí, ella estaba teniendo una conversación con su vecino, y que debía aceptar, que la estaba entreteniendo muchísimo. ¿Cómo lo supo Gaara? Algo no olía bien, podía darse cuenta. Su amigo, en cambio, ni se inmutó, parecía muy tranquilo, como si ya esperase aquella reacción de su parte. Le sonrió, sin embargo.

— ¿Quién te dijo sobre mi vecino? — inmediatamente preguntó Hinata, deduciendo que no lo había sacado de la nada. Dos traidores, en específico, debían estar involucrados.

Gaara río, señalando a esos dos mismo zoquetes, que en ese momento estaban conversando uy amenamente atrás de ellos, y que curiosamente, habían comenzado a sentir la señal de peligro en sus espaldas, por alguna razón de repente. Si Hinata fuera una animación, podrían dibujarla con todos los cabellos parados, para demostrar la rabia que estaba sintiendo en esos instantes.

— TenTen y Toneri me lo contaron el otro día — explicó al fin el pelirrojo, haciendo que Hinata, oficialmente anotara en su lista mental de hacer más tarde: "Matar a tus dos mejores amigos".

— Esos idiotas — murmuró, se resignó a rodar los ojos por el momento.

— Lo son, algo — concordó Gaara — El otro día casi manchan la escenografía sin querer.

— Supongo que esas torres tuvieron suerte — Hinata comentó con burl.

— Muchísima en verdad.

Toneri sonrió mostrando una hilera de dientes, y Hinata se alegró por él. Últimamente su amigo hacía eso más seguido. Desde que eran "novios", y ya llevaba un tiempo ayudando en el club de teatro. Las peleas incitadas por el grupo de idiotas que le molestaban, habían disminuido, y al parecer gran parte de los chicos del club finalmente aceptaban que Gaara era inofensivo, así que ya no lo miraban mal o murmuraban cosas de él. Incluso, hace unos minutos, un par de chicos se habían acercado a pedirle ayuda y le agradecieron amablemente. Hinata opinaba que Gaara se merecía más, pero al menos era una mejora, y estaba en proceso de seguir mejorando. Además, oficialmente, Gaara ya era parte del grupo. A Toneri le gustaba charlar con él, y desde que TenTen lo había invitado a almorzar aquella vez con ellos, ya se había vuelto recurrente.

Ahora que se habían vuelto más cercanos, Hinata podía saber más sobre la vida de Gaara. Si su situación escolar había sido deplorable, la que tenía en casa no era mucho mejor. Al parecer su padre no tomó mejor que sus compañeros la noticia de que uno de sus hijos era homosexual, así que ignoraba a Gaara. Su madre sí le hablaba pero no quería topar el tema de su sexualidad, y bueno, los hermanos de Gaara eran mayores e iban a universidades en otra ciudad, no había forma de que su opinión afectase la situación de todas formas.

Cómo si no tuviese suficiente ya, que hasta su propia familia le daba la espalda. Hinata quería irse encima de todos esos idiotas con ideas del siglo pasado, en verdad. En casi un mes y algo, Gaara ya se había vuelto uno de los amigos más especiales que tenía, y odiaba saber lo que le pasaba. Suspiraba para calmar su cerebro enojado cada vez que pensaba en ello.

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora