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Naruto se sintió extremadamente feliz  la tarde del 27. ¿La razón? Sencilla. Sus padres finalmente habían decidido pasar el año nuevo en otro lado y no en Konoha. Y eso bastó para hacerlo un hombre feliz. Naruto era un chico sencillo después de todo, placeres como ese eran más que suficientes. Si la vida fuese justa, haberle dado padres funcionales en la niñez hubiese bastado.

Ahí parado en los pasillos gigantes del aeropuerto, trataba inútilmente de ocultar sus ganas de sonreír mientras su madre chequeaba irritadamente los boletos y su equipaje una y otra vez; su padre admiraba el tiempo en su reloj de mano con suma tranquilidad como siempre, y él no podía esperar a estar de vuelta en casa con una rica hamburguesa doble, sentado en su sofá junto a Kurama y bebiendo Coca cola original. La vida perfecta de un joven chico sin obligaciones ni padres exasperantes alrededor, sin duda.

— Naruto — llamó Kushina —Ya nos vamos. Recuerda comer sano, no te quedes hasta tarde y concéntrate en los estudios. Ya es hora...

Y así se fue de largo unos diez minutos más, dándole un sermón pasivo-agresivo, al que Naruto realmente no prestó atención en absoluto. Su mente estaba enfocada en la libertad y lo cerca que estaba de obtenerla; y definitivamente no quería cagarla abriendo la boca. Solo asintió bobamente a lo que sea que le estaban diciendo.

— Hijo, fue lindo verte. Sin duda fue entretenido. Cuídate y ya sabes  — su padre hizo una pausa y se acercó a su oído — aprovecha a esa chica que tienes. Nos ha caído muy bien a mí y a tu madre.

Naruto volvió brevemente a la realidad con eso. Y no pudo negarlo, se sintió levemente conmovido con las palabras de Minato. No sólo eso, sino la expresión cálida de su padre y el que él haya dicho específicamente las palabras: "a mí y a tu madre."; habían sido como el abrazo de una nube suave. Sonrió internamente, miró a su madre que en ese momento estaba ocupada revisando su bolso, y por primera vez en mucho tiempo, sintió unas ganas sinceras de abrazarla. A veces se olvidaba cuánto la estimaba en el fondo.

Cuando estuvieron en la puerta de abordaje Naruto los llamó con un rostro suave y un tono extrañamente neutro, ambos se acercaron y sin poder verlo venir, fueron estrujados fuertemente entre los grandes y poderosos brazos de su hijo, en un gran abrazo. Tanto Minato como Kushina no supieron que decir en ese momento, se mantuvieron atónitos y estáticos, sin saber que hacer o aspirar, hasta que escucharon a la fuente de ese deseo hablar por sí misma: —Los quiero mucho, vuelvan pronto. — Y entonces, esos dos adultos conmocionados abrazaron a su hijo con ganas y cariño. Podía ser que siempre sería difícil entenderse, que probablemente seguirían teniendo tantas peleas y pesares que deseaban mantenerse alejados de vez en cuando. Pero nunca podrían dejar de amar a Naruto.

¿Cómo podrían? Ese niño era un rayo de sol a pesar de todo el daño. Era lo mejor que habían hecho como pareja. Naruto los despidió y volvió a casa feliz. Los llamaría en año nuevo y les enviaría una foto.

A medida que se acercaba la finalización del año, Hinata comenzaba a tener una fuerte ola de deseos inesperados. Era imposible. Estaba cayendo en la fiebre positiva que brindaba la idea de un año nuevo y las oportunidades que este traía. Ya saben, cosas tontas que la gente decía que iba a proponerse como meta y luego terminaban olvidando para el tercer día de Enero como si nada. Hinata ya había hecho una lista en su cabeza, como: bajar de peso, ser más ordenada, aprender a maquillarse, etc, etc. Por un segundo había puesto: "tener novio" en esa lista, cuando la imagen de cierto rubio saltó en su cabeza y tuvo que reírse por lo torpe que había sido. No estaba acostumbrada después de todo. Tenía un novio ahora, y era alguien a quien quería mucho y era casi perfecto. Sentía que había ganado la lotería del romance, quién sabe como pero lo había hecho. Y no quería cuestionarse. Pero eso lo hacía aún más increíble, ¿No? Ciertamente ahora que podía gozar de decir que tenía pareja, cosa que nunca pudo decir en años anteriores, las cosas en su lista podían ser cosas que podía hacer con Naruto. Como cierto tipo de citas, visitar lugares, actividades juntos. Tal vez incluso...

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora