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Naruto conoció a Sasuke en el preescolar.

¿No es eso loco?

Ya habían pasado dieciocho años desde entonces, e incluso por aquella época, no dejaban de ser unos idiotas que se la pasaban molestando el uno al otro, cada que la oportunidad se presentaba.

Naruto apostaba a que el primer pensamiento de Sasuke, si es que un niño de tres años los tiene, cuando se encontraron por primera vez durante el receso, fue: "Le voy a jalar las mejillas", porque eso fue exactamente lo que este hizo, sin siquiera haberle dicho una sola palabra antes. Y Naruto, siendo el ser capaz e inteligente que era por ese entonces, se puso a llorar, no sin antes brindarle un manoton en el rostro a Sasuke, que también lo mandó a llorar como fuente dañada. Y aún así, a los dos segundos se convirtieron en amigos. Eso es lo bueno de los niños, supone, la mayoría son buenos en olvidar rencores hacia algo u agarrarlos para siempre. Pero no fueron mejores amigos, no hasta que Naruto comprendió lo importante que era dentro de la vida de Sasuke. Cuando este se cambió de escuela, a una para nada prestigiosa y cara como a las que gente de su clase podía ir, porque no soportaba la idea de ir al segundo grado sin Naruto a su lado.

Se la pasaban discutiendo la mitad del tiempo, la otra se burlaban de sí mismos. Pero se entendían y conocían tan bien, que a estas alturas no imaginaban no tener al otro en sus vidas. Y sabían que no existía ni podría haber nada para impedirles aquello. No incluso, la existencia de una chica.

Ni siquiera si esa chica era Sakura, la mejor amiga y ex de Naruto.

— ¿Tú y Sakura han peleado de nuevo? —

Naruto miraba en esos momentos a sus dos mejores amigos, y aunque Sakura estaba varios metros lejos de ellos, charlando trivialmente con alguna de sus amigas de carrera, eso no evitaba que sus ojos saltaran de ella a Sasuke, a quien tenía a lado, más callado de lo normal y chequeando algo en su cámara fotográfica. No era como si Sasuke fuera un maestro de las palabras, porque no lo era, pero usualmente tenía algo que decir entre dientes, o que maldecir al menos. Era obvio que algo le pasaba, algo que lo desanimaba. Y Naruto sabía muy bien que solo había algo en esta vida que podría poner realmente abajo ese muro de frialdad, mal humor y bastante ego que era su mejor amigo.

Sakura era ese algo. Sin duda.

— Está molesta conmigo. — Sasuke afirmó corto, sin verle a los ojos. Pero sabía que aún tenía la mirada de Naruto puesta encima, y que este no iba a dejar de verle hasta que le dijera la información completa. Suspirando, y dando maldiciones internas, continuó explicando entonces: — Se enojó por algo que dije.

Eso a Naruto no le sorprendía. Cada vez que Sakura y Sasuke discutían, la mayoría de las veces era por culpa de Sasuke. Y además, eso explicaba porque la chica no se había acercado en absoluto a ellos, en todo el día.

— A veces eres bastante idiota con ella. — Naruto le dijo, y se ganó una mirada asesina, que no logró espantar ni un centímetro de él. Simplemente, se encogió de hombros.

— Claro que no. — Sasuke de inmediato se puso a la defensiva, como siempre. Tenía la naturaleza de un gato después de todo. Arisco, egocéntrico, fino y de vez en cuando, muy pocos en verdad, con arranques de ternura — Solo soy crudo y ya. — contestó este, medio berrinchudo.

— Bueno, señor crudo — Naruto lo llamó, con sorna, pero la verdad es que estaba hablando muy en serio —, sigue así y tus oportunidades con ella van a seguir siendo cero.

Las mejillas habitualmente pálidas y blancas de Sasuke se volvieron rojas al instante, sus ojos negros y grandes se apartaron evidentemente avergonzados de los de Naruto, y soltó un bufido similar a los que hacía Kurama cuando le ignoraba cruelmente, cosa que ahora Sasuke también estaba haciendo. Naruto apenas y le dio importancia, estaba tan familiarizado con la gente arisca, y especialmente el comportamiento de Sasuke, que por eso prefería reírse o encogerse de hombros más que otra cosa. Y sin embargo, debía de admitir que en el fondo, si estaba levemente intrigado, así como preocupado. Pero Sasuke ya no le diría nada, porque él nunca sacaba estos temas, especialmente con Naruto, a pesar de ser mejores amigos. Y, aunque la mayoría del tiempo, gracias a la experiencia que se gana con los años, Naruto no necesitaba que Sasuke dijera sus pensamientos en voz alta para saber lo que le ocurría; sabía que era mejor si al menos intentaba sacar todo lo que tenía guardado dentro de sí, aunque sea una vez cada cierto tiempo. Pero era difícil para Sasuke, especialmente si era con Naruto. Lamentablemente, él era a el único al que le podía confiar sus cosas.

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora