45

1K 120 26
                                    

Hasta ahora nada había sido fácil, y eso era un hecho. Porque, Naruto, no podía estar más de acuerdo con eso.

Así que fue muy extraño, y a la vez cómodo, el sorprendente ambiente de calma y paz que reinó entre él y Hinata las dos primeras semanas después de haberse asentado como, oficialmente, novios. Claro, eso sin contar la semana en la que se pelearon por el incidente en McDonald's. Pero eso era mejor no contarlo, había mucho drama de por sí.

Naruto estaba realmente impresionado. Si no tuviera miedo a que Sasuke lo molestase y lo llamase ridículo, diría que se sentía como en un campo de flores. Tanta paz luego de tanto tiempo era como una especie de milagro para él, y hablaba en serio. Como alguien que había crecido tan traumado y tanto con problemas familiares como psicológicos, era firme en creer que las pequeñas partes de su vida donde existía la tranquilidad, eran algo anti-climáticos incluso. Pero en fin, no podría decir que no lo disfrutaba después de todo.

Naruto era un idiota, y uno muy grande. Porque ahí estaba él, babeando mentalmente por Hinata, y ni siquiera llevaban un mes juntos. Algo en él le decía, muy en el fondo, que tantas flores lo iban a terminar ahogando si seguía así. Y es que, aunque todo iba de maravilla, ya debía estar enterado de que, con su novia, bueno, eso era algo difícil de mantener. Ella por suerte no sabía lo muy liado que estaba él por ella, o sino que dios se apiade de él, porque Hinata sería capaz de controlarlo peor de lo que ya lo hacía sin tener ese conocimiento de por medio.

Definitivamente se dejó llevar por la atmósfera tan pacifica que se había creado. No podían culparlo. Naruto hasta ahora no había obtenido nada más que unos sencillos y gratificantes momentos con Hinata, y no podía estar más feliz con ello. Almorzaban juntos cuando podían, salían tomados de la mano a pasear a Kurama, tenían sesiones de besos que obviamente no le desagradaban, conversaban hasta la madrugada los fines de semana y demás. Simplemente era perfecto, todo, desde el inicio hasta el mismísimo final. Hinata era genial. Naruto ahora podía darse cuenta de que tal vez le gustaba Hinata desde hace muchísimo antes de lo que él creía. Tal vez por eso se empeñó tanto en hablarle y ser amigos desde que la notó por primera vez, esa tarde que ella recogió la pelota de Kurama y también terminó babeada sobre la acera de la calle.

Y es tal vez por eso, que bajó la guardia un poco... bueno, tal vez demasiado.

Como ya había aclarado, es que nada era fácil en verdad, y mucho menos con Hinata.

Lo recordó el día que llegó a su casa y encontró a la chica sentada en las escaleras de su porche, con los brazos cruzados y la mirada de querer degollarlo para luego tirar sus restos a un acantilado. Naruto, sin ninguna idea de que podría haber hecho para hacerla enojar, trató de caminar hacia su posible funeral con la tranquilidad más determinada que su rostro podía ofrecer. Estaba seguro que no había hecho nada malo, así que no debería temer a nada, ¿o sí? Por suerte Hinata esperó a que estuvieran a salvo dentro de la reconfortante casa del chico para despotricar lo que sea que fuera.

— Hola — Naruto dijo, sonriendo. Hinata arrugó la frente.

Estaba jodido.

— ¿Sabes cuánto llevamos de novios? — Hinata preguntó sin más.

Naruto respondió lo que sabía, y eso aparentemente solo hizo enojar más a su novia.

— Exacto, ¿Y sabes qué pasa? — dijo — Llevo esperando días para que tú me invites a una cita.

¿Ah? Eso no sonaba tan malo como para que le mirara con ganas asesinas.

— ¿Cita?

— Haber Naruto, ¿Tú y yo fuimos a una cita antes? — iba a hablar, pero ella lo calló de inmediato — Y no, no cuenta las salidas que tuvimos antes de que aclaráramos las cosas en el restaurante, porque éramos solo amigos. Tampoco lo de estos días, porque literalmente solo pasamos en tu casa o la mía, lo máximo que hacemos es salir a dar una vuelta a la manzana y ya, porque siempre ordenamos la comida a domicilio también.

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora