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Dedicado a: cookies_pop
. Te amo🌸

Se puede decir que todo fue bien los primeros días después de que, tanto Naruto como Hinata, finalmente dejaron de ser unos bobos más ciegos que Dora la exploradora buscando sus sentimientos, y aceptaron salir juntos para ser algo más que amigos. Sí. Todo bien.

Hasta que dos días después, se arruinó todo. De nuevo.

Hay que decir al menos, que antes de la tragedia, habían sido dos malditos días llenos de diversión, especialmente para Hinata. Ahora que tenía una semana entera de vacaciones después de los exámenes quimestrales, tenía mucho más tiempo libre que antes, y eso significaba una sola cosa: ya que se estaba enamorando, iba a gastar ese tiempo en el chico que le gustaba. Y eso hizo. Debía admitirlo, era raro, pero también lindo encontrarse con Naruto y saludarse con un beso, agarrarse de las manos, coquetear abiertamente.

Es que no podía, era una mentirosa si dijera que no fue a rodar por su cama como una loca luego de aquel día en el restaurante y le agradeció a la Virgen María porque por fin recibía su romance adolescente, porque ya se estaba resignándose a que se iba a tener que conformar con un pejelagarto cualquiera en sus veintes o le tocaría estar sola de por vida. Y siendo honesta consigo misma, ella realmente deseaba su historia de amor cursi al estilo de libros y películas, así que no podían culparla por comenzar a delirar y emocionarse más de la cuenta. Después de todo, habían sido dieciocho largos años sin nadie, todo mientras tuvo que conformarse con ver a todos sus conocidos y mejores amigos adentrarse y salir de relaciones desde que tenían trece años, y ella estaba más soltera que monja en convento. Hasta el día de hoy no sabe que hizo mal para nunca haber tenido pareja.

Pero Naruto. Dios. Él era ridículamente perfecto, hasta podía llegar a odiar lo tan hermoso y lindo que era, tanto física como interiormente.

Y hablando del chico, él estaba ciertamente más calmado que Hinata, pero no por eso menos feliz. Si alguien pudiese escuchar las voces de su cabeza cada vez que tenía a Hinata en frente, y ahora sí podía besarla cuando se le daba la gana, seguramente estarían sorprendidos de lo completamente insano que sonaba su emoción por dentro. Y es que estaba feliz, no podía negarlo. Apenas llevaba dos días con Hinata, pero no lo sentía así, porque aparte de los besos y sus caricias en las manos, que eran cosas nuevas y que se habían agregado con los términos de su nueva relación, Naruto sentía que ya habían comenzado a actuar como una pareja desde hace  mucho tiempo atrás. Y tal vez era así. Vamos, es que Naruto ya antes de todo esto le coqueteaba a Hinata , y Hinata pasaba horas con él, ya sea viendo juntos televisión, sentados muy cerca y lanzándose indirectas, y siempre salían solo los dos, a comer, al centro comercial o a lo que sea. Así lo sentía Naruto, y le gustaba poder decir que ahora salían oficialmente.

Pero ahí está la cosa.

Los dos primeros días estuvieron plagados de tanta emoción, que ninguno de los dos le había dicho a nadie todavía que estaban saliendo.

Naruto porque lo había olvidado y Hinata porque quería mantener en suspenso a sus amigos y luego decirlo como una gran sorpresa, aunque ya se imaginaba que sus tres mejores amigos ya debían intuir que algo bueno había surgido entre Naruto y ella, después de todo, ellos fueron quienes le ayudaron esa vez antes de ir al restaurante a hablar con Naruto. Y es que si nada bueno hubiese resultado de allí, ella enseguida hubiera aparecido desanimada para contarles con desahogo sus penas a Toneri, TenTen y Gaara, cosa que obviamente nunca pasó.

Y la cosa está, en que Gaara necesitaba respuestas, y las necesitaba ya. Él no era como TenTen y Toneri, que podían esperar pacientemente mil años si era posible. No. Él exigía respeto y chisme. Y fue por eso que jodió tanto, hasta que finalmente el jueves de esa misma semana, a las tres de la tarde, estuvo parado frente a la casa de los Hyuga, esperando a que Hinata saliera de su madriguera para ir a comer y que le escupiera toda la sopa de una buena vez.

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora