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Habían momentos donde Naruto, en serio, pero bastante que enserio, se preguntaba por qué el y Sasuke eran mejores amigos. Es decir, su relación se basaba en 50% molestarte, 15% Sasuke haciéndolo enojar a él, otro 15% de Naruto jodiendo a Sasuke, 10% de coincidir en actividades favoritas, un 5% de odiar sus propias vidas, y por último, otro 5% de quererse aunque nunca se lo dijesen en voz alta. Pero bueno, ya deberían de saberlo en realidad. El problema es que, eran tantas las veces que se vendían el uno al otro, que a veces olvidaban que se querían y también que eran capaces de aguantar con las metidas de pata que hacía el otro.

Esa noche, Sasuke literalmente, había arrastrado a Naruto de vuelta a casa. Y eso le recordaba al chico por qué eran mejores amigos, incluso si estaba en el estado máximo de su ebriedad. Benditos sean los dioses sobre Sasuke, aunque este lo hallase insultado de mil maneras en el camino de vuelta. Debía de admitir, alguna frases habían sido ingeniosas. Cuando tuviera más cabeza le pediría que los escribiese para él añadirlo a su lista de insultos también.

Pero lamentablemente, en ese momento estaba hecho trizas. Era sorprendente que Naruto aún pudiera caminar, luego de la cantidad exuberante de alcohol que había bebido en la noche. Sin duda era un milagro, aunque apenas y podía pronunciar bien su nombre. Tal vez, sí se había pasado de la mano un poco. Pero es que, no podían culparlo, hace mucho tiempo que no salía a beber con sus amigos, y había tenido los meses más tensos de su vida. Económica, estudiosa y amorosamente hablando. Además de que no había sido el único al que sacaron de la discoteca casi a rastras y apenas consciente. Que Sasuke fuera un aburrido, demasiado responsable con el alcohol no era su problema.

Pero de nuevo, su yo de la mañana siguiente tal vez se sentiría muy agradecido con el chico, por haberlo sacado de ahí y haberlo traído a casa. Solo que, ahora, su yo borracho y, técnicamente, a un paso de estar en la mierda, era quien estaba a cargo.

— Pesas más que un hipopótamo, maldito saco de esteroides con diarrea. — murmuró Sasuke, con fastidio, al intentar bajar a Naruto del propio auto de este. Pero es que él ya tenía sueño y no se quería parar. Además, ¿Le había dicho gordo o musculoso? Sea cual sea no era ningún de las dos. Naruto siempre había sido de complexión algo delgada, y con el último tiempo que estuvo tan ocupado, había perdido bastante masa muscular, que por cierto, habia luchado por tener en primer lugar, y ahora se había ido. Así, fácil. Genial, ahora se sentía fastidiado consigo mismo — Te dije que no bebieras con Lee. — reprochó Sasuke, como una madre gallina, cuando finalmente bajó de la camioneta y comenzaron a caminar hacia la casa, aunque Naruto iba algo de lado por la falta de orientación y sobriedad — Bueno, al menos a ti nadie tuvo que bajarte de la barra o llevarte en brazos como bebé hasta el auto.

Eso es cierto, ahora Naruto se sentía un poco mas orgulloso de si mismo. Sonrió como idiota, ganándose una mueca por parte de Sasuke, que lo había tenido que sostener un poco por detrás, para subir las escaleras del porche.

— Eres tan gruñón — susurró Naruto —, pero bueno, así te ...¿Quiero? — había sonado mas a pregunta que a oración.

Sasuke no sabía si sentirse ofendido, raro porque Naruto jamás se lo había dicho, u apreciado porque sí se lo había dicho. Tal vez Sasuke sí era bipolar. Como sea, no le respondió a Naruto, ya que, las probabilidades de que no se sienta avergonzado con este recuerdo al día siguiente, una vez sobrio, serían bajas. En cambio, tuvo que meter sus manos en la chaqueta del chico para averiguar donde tenía las llaves de la casa, así como había hecho treinta minutos atrás para hallar las del auto. Una vez que lo hizo, los metió a ambos enseguida dentro de la casa y tiró a Naruto sobre el primer sofá que vio.

— De ninguna manera subiré las escaleras contigo. — fue lo último que Naruto escuchó a Sasuke decir, antes de ir cerrando los ojos, poco a poco, y caer dormido en su propia sala.

Hey, vecino [Naruhina] En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora