Mentor y Seattle

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Unos brazos me rodearon por la cintura mientras un cuerpo se apoya en mi espalda, me tense un poco porque sentí que me debía alejar de ella, como si Chelsea no debería tocarme de esta manera.

- "Se ven tan bien juntas"- dijo Heidi con una sonrisa

- "¿Tú crees?"- pregunte incrédula y un poco incomoda

La mano de Chelsea se apoya en mi barbilla antes de bajar mi rostro, debido a que ella era de pequeña estatura, que me hacía recordar a un duendecillo.... que por alguna razón me suena familiar.

- "Si, nos vemos muy bien juntas Alessia"- dijo Chelsea mirándome a los ojos atentamente

Una sonrisa se formó en mi rostro cuanto más la miraba a los ojos y asentí con la cabeza - "Si, tienes razón"-

Ella me sonríe antes de robarme un beso y guiñarle un ojo a Heidi, quien sonríe antes de irse para conseguir comida y ella regresara dentro de unos dos días.

- "Alessia"- dijo el maestro Caius

Ambas nos giramos antes de dar una respetuosa reverencia hacia él, Caius asiente con la cabeza antes de hacerme una seña para que lo siguiera.

Le di un beso en la frente a mi novia antes de seguir al maestro Caius, a mitad de camino por los pasillos, él se gira y me mira, debido a que caminaba detrás.

- "Camina a mi lado"- dijo el maestro Caius con su voz sin humor

Obedecí y me puse a su lado mientras caminábamos por pasillos que no había visto, mire a mi alrededor con curiosidad, hasta que nos detenemos en unas puertas de gran tamaño.

El maestro abrió las puertas y me invito a entrar, sin pensarlo obedezco y me quedo mirando la habitación con curiosidad ¿Una sala de pintura?

- "Maestro Caus ¿Qué este lugar?"- pregunte respetuosamente

- "Mi sala de pintura"- respondió antes de caminar hacia un lienzo

Me quede junto a la puerta cerrada, sin saber que hacer. Él se sentó frente al lienzo y me hizo una seña para que me sentara en el sofá frente a donde se encontraba.

Me senté en el sofá y un silencio se generó, solo se podía escuchar los pinceles deslizándose. ¿Me estaba pintando?

Después de lo que supuse que fueron unas horas, el maestro Caius sonrió antes de hacerme unas señas para que me acercara.

Cuando lo hice, mis ojos se abrieron por la sorpresa de verme en el lienzo pintada por acuarelas. Mi boca se abrió levemente por lo que estaba viendo, lo que genero una risa por parte del maestro Caius.

- "Me alegro que te guste"- dijo arrogantemente el maestro

- "Me encanta, pero ¿Puedo preguntar por qué todo esto?"- dije con respeto

- "Me caes bien y eres una guardia excepcional, a excepción de tu pequeña falla en aquella misión"- dijo Caius mirándome atentamente con el ceño levemente fruncido

Hice una mueca, no recuerdo bien lo que paso en aquella misión, pero sé que no debe volver a repetirse. Me puse firme antes de hacer una reverencia hacia él "Pido disculpas nuevamente, maestro Caius. No volverá a pasar"

- "Eso espero"- dijo él, antes de levantarse

- "A partir de ahora, te entrenare personalmente" -

- "Sera un honor, maestro Caius"- dije con una sonrisa

Él me miro por unos segundos, antes de asentir con la cabeza y hacerme unas señas con la mano para que nos fuéramos del la habitación.

- "Empecemos, ahora"- dijo con una leve sonrisa

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Habían pasado unos dos meses desde que empecé a entrenar con el maestro Caius, era exigente y brutal, lo que me hizo tener varios brazos arrancados y piernas, pero valió la pena. Con su enseñanzas aprendí a combatir mejor junto a mi don, haciendo que aparezca en mi otro brazo e incluso llegue a que la parte filosa apareciera en mis pie, al momento de lanzar una patada.

Me encontraba en la sala donde normalmente se quedaban los guardias, estaba mirando la televisión con Chelsea en mi regazo. Ella me sonrió antes de robarme un beso y sonreí ante su gesto.

Me acurruque contra el cuerpo de mi novia mientras cerraba mis ojos, sé que no podía dormir, pero era relajante de cierta forma. Pero no pude disfrutar demasiado debido a que las puertas de la habitación de abrieron de golpe.

- "Nos vamos, Alessia"- dijo Demetri en la puerta

Asentí con la cabeza antes de darle un beso corto a Chelsea y me levanté para seguir al rastreador hacia donde estaban Jane, Alec y Félix.

Salimos del castillo con nuestra velocidad, me contaron la situación. Hay un montón de neófitos creando estragos en Seattle, al parecer un ejercito y estaban llamando mucho la atención.

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Llegamos a Seattle al anochecer del siguiente día, nos quedamos parados sobre un edificio mirando el desastre y los gritos de los humanos al ser drenados, además de algunas peleas entre los mismos neófitos por su comida.

- "¡¿Qué nos les dije que debían ser discretos?!"- grito un hombre

El hombre separo violentamente a tres neófitos de un humano casi moribundo, luego agarro la puerta de un auto y lo estrello contra el suelo, llamando la atención del resto.

- "Algo se aproxima, algo más grande que cada uno de nosotros y si no intentan controlarse más.... Todos vamos a morir, lo hecho, hecho esta, solo.... Limpien todo cuando acaben"- comento el mismo hombre

Nos quedamos mirando como los neófitos volvían a alimentarse de forma escandalosa y los gritos de los humanos volvieron a sonar.

- "Ya han llamado demasiado la atención"- dijo Demetri

- "Igual que nuestra inacción, temo que pueda cuestionarse la efectividad de los Vulturis"- comento Félix

- "Déjalos"- dijo rápidamente Jane

Note como Félix no estaba contento con esa respuesta, él se dio la vuelta mientras empezó a caminar –"Deberíamos consultar con Aro"- comento el hombre algo enojado

Jane se dio la vuelta para mirarlo e hice una mueca al saber lo que vendría, di un paso hacia atrás antes de mirar como Félix cayo de rodillas mientras se retorcía de dolor por el don de Jane.

- "Sus decisiones han sido vistas"- dijo Jane

Félix es liberado por el dolor y cae al suelo. Caminé hacia él y extendí mi mano para ayudarlo a levantarse, él me dedico una leve sonrisa antes de aceptar mi ayuda y levantarse.

- "Yo voy a decidir"- comento Jane con el mismo rostro frió de siempre

- "Decide entonces, ya es hora"- Dijo Alec mientras ponía una mano en el hombro de Jane

Ella se da la vuelta y mira el desastre que los neófitos estaban causando - "Podemos dejar que hagan lo que se supone que harían o los acabamos"- comento ella

El hombre que parecía estar a cargo, se dio la vuelta en nuestra dirección, pero fuimos más rápidos y no llego a vernos.

¿Qué decidirá Jane? 

La compañera de Carlisle y EsmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora