Capítulo XIII

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Curiosamente, Virginia logró adaptarse a toda esa situación.

Durante el entrenamiento existían varias estaciones. La última era cuando finalmente entraban los muchachos a la cancha en un partido simulado.

Las primeras estaciones eran ejercicios de resistencia y en aquellas Virginia podía seguir recitando el contenido teórico, lanzando preguntas engañosas y escuchando las respuestas con atención para felicitarlos o corregirlos.

También les hacía practicar cálculos mentales relativamente fáciles, pero era cuidadosa con aquello. Los chicos no estaban demasiado acostumbrados a estudiar y hacer ejercicios al mismo tiempo. Por eso más de alguno se equivocó tanto en la respuesta que le pedía Virginia como en el entrenamiento. En el mejor de los casos, eran regañados por el entrenador y en el peor tropezaban sobre sus pies para terminar en el suelo.

Pero por lejos, el que mejor pudo manejar los desafíos fue Axel Blaze. Y lo peor, que destacaba incluso cargando con ella a su espalda.

Aunque ella no estaba para nada contenta con que la hubiera obligado a saltar sobre su espalda, no podía dejar de felicitarlo y alegrarse cuando debía. Sobre todo, porque a él le dirigía las preguntas más engañosas y difíciles, pero Axel Blaze las lograba sortear a la perfección.

Y como tutora, Virginia solo quería saltar sobre sus dos pies y bailar de felicidad. ¡Finalmente estaba cosechando los frutos de su arduo esfuerzo! Casi podía ver la entrada de la universidad abierta para ella, esperándola para que ella decidiera poner un pie dentro.

Sin embargo, no dejaba trasver tan fácilmente su entusiasmo. A regañadientes dejaba salir una felicitación cuando realmente era merecida pero no siempre.

Quizás el mejor momento llegó cuando los muchachos tuvieron que comenzar el entrenamiento del partido. Solo entonces pudo finalmente volver a tocar el suelo con sus propios pies.

Axel se quedó mirando a Virginia un par de segundos esperando algo. Ella mordió el interior de su mejilla, pensando seriamente en no decir nada.

-Gracias. -dijo finalmente. -No me dejaste caer.

Y eso era algo que valoraba. Porque pudo ver cómo incluso alguno de los chicos tropezaba de vez en cuando.

Pero Axel mantuvo el ritmo de sus compañeros, e incluso los adelantaba, y al mismo tiempo se había preocupado de que ella estuviera bien y le advertía cuando debía sostenerse con más fuerza con algún ejercicio en específico.

También le fue preguntando cada cierto tiempo si se encontraba bien, si estaba mareada o si deseaba bajarse. Cada vez que Virginia lo pedía, él se detenía y esperaba el tiempo necesario hasta que ella le indicaba que estaba bien y podían continuar.

-Podrías hacerlo mejor. -opinó Axel, cruzando sus brazos sobre su pecho.

Virginia lo miró con ferocidad.

-No abuses.

Una sonrisa enorme cruzó el rostro de Axel. La personalidad testaruda de la chica le agradaba.

-Esta bien, acepto tu agradecimiento, Virgie.

Comenzó a darse vuelta, para unirse al resto de sus compañeros en la cancha, cuando Virginia lo llamó.

-Axel, espera.

Él se volteó, levantando una ceja intrigado.

Ella se acercó nuevamente a él con una inusual seriedad.

"Me va a golpear" pensó Axel.

Los ojos violetas de Virginia no lo miraron, pero sus manos arreglaron la remera desordenada del jugador. Procuró que el cuello estuviera derecho y sacudió su ropa de cualquier arruga.

Entre nosotros. [Inazuma Eleven-Axel Blaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora