Capítulo XXX

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Virginia levantó su botella de agua y bebió un trago generoso mientras observaba como llegaban sus estudiantes a la clase. El calor se estaba adueñando con más frecuencia de los días y como cada año, el uniforme comenzaba a ser una prisión de calor por las tardes.

Se había anudado el cabello en lo alto de la cabeza con un lápiz, como siempre, pero sentía como las pequeñas gotas de sudor caían por su nuca.

Su único consuelo era que el próximo año no debería seguir usando ese uniforme.

Fue contando a los jugadores y los saludo mientras ellos se ubicaban en sus pupitres habituales.

Se asomó por la puerta para vigilar quienes eran los últimos rezagados.

— ¡No olviden que el último en llegar tendrá tarea extra! —gritó Virginia al corredor, regodeándose al ver a los últimos jugadores echar una carrera.

Se estaba abanicando con una hoja vieja y contó a sus estudiantes.

Faltaba uno.

Levantó una ceja y volvió a mirar hacia la puerta, tratando de oír si los pasos de Axel Blaze podían oírse o si realmente iba a llegar muy tarde otra vez.

Si era la segunda opción, Virginia ya tenía unas hojas extras preparadas solo para él. ¿Dónde estaba de todas formas? No lo había visto en clases ni en los corredores.

No se había dado cuenta de lo importante que se estaba volviendo Axel hasta que se encontró extrañándolo durante todo el día.

—Shawn, por favor. —rogó Nathan Swift. —No estas tan cansado.

—No es correcto ocupar mi poder fuera de una cancha. —respondió Shawn.

—Lo dices solo porque no sientes esta calor infernal.

—Hay un ventilador ahí, Nathan.

Virginia reprimió una sonrisa. Estaba segura de que no era la primera vez que le pedían eso a Shawn. Aunque siendo sincera, a ella tampoco le molestaría un poquito de nieve en la sala.

—Jude. —saludó Virginia sorprendida al ver al estratega cruzar la puerta. — ¿A que...?

Jude lanzó un balón de futbol con su mano a Mark.

—Se le quedo su balón favorito. —explicó Jude.

— ¡Gracias! —exclamó Mark. — ¡Es el balón de la suerte! Cada vez que lo olvido, siempre vuelve a mí.

Virginia dudaba que tuviera tanto que ver con el balón como con la habilidad de Jude de no olvidar ningún detalle.

—Axel no vendrá hoy. —agregó Jude, como si nada. — ¿Qué materia verán hoy?

—Transformaciones isométricas. —respondió Virginia, recogiendo la mitad de las hojas y entregándoselas a Jude. — ¿Me ayudas a repartir?

Jude asintió y aceptó la mitad de las hojas. Virginia mordió el interior de su mejilla, pensando como preguntaría más sobre la ausencia de Axel. No podía parecer demasiado interesada, ¿O no?

—Está enfermo. —agregó Jude, tomando a Virginia por sorpresa. —Se ha lesionado un pie, pero es leve. Solo tendrá que descansar unos días. No he podido ir a visitarlo, su departamento queda muy lejos de mi casa. ¿Ubicas ese edificio nuevo que está detrás del hospital? Es ahí, en el último departamento. El penthouse, de hecho.

Virginia lo miró de lado, con precaución, pero Jude seguía enfocado en su tarea de repartir las hojas a sus compañeros.

Ciertamente, ella deseaba saber cuántos detalles habían captado esos ojos de estratega. Qué difícil era codearse con personas tan listas como ella.

Entre nosotros. [Inazuma Eleven-Axel Blaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora