Capítulo VI

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– ¡Muévete imbécil!

El chico, tan alto como una muralla, miró sorprendido a su espalda. Frunció el ceño al no encontrar a nadie hasta que...

– ¿Puedes dejar de ver como está el clima ahí arriba y mover tu trasero, idiota? –gruñó Sarah.

Virginia suspiró para sus adentros cuando el chico bajó la mirada y se encontró con las dos chicas que no le llegaban ni a la altura de su codo.

Parecía sorprendido y Virginia no lo culpó. No todos los días alguien más pequeño que tú te insultaba.

El chico se hizo a un lado con un poco de torpeza y Sarah resopló por su nariz y avanzó, digna como una reina, y tiró de la mano de Virginia para que su amiga se diera prisa.

Virginia ofreció una rápida disculpa al muchacho y se apresuró a seguir a Sarah, quien seguía maldiciendo y abriéndose paso a empujones para llegar.

Pero todo el instituto estaba en la cancha de fútbol ese día y todos querían ver el legendario partido entre Inazuma Eleven y la Royal Academy.

Incluida Sarah, para desgracia de Virginia.

– ¿Puedes repetirme porque te tengo que acompañar? –dijo Virginia, alzando su voz para que su amiga pudiera escucharla por sobre todo el ruido de la cancha.

– ¡Será divertido! –replicó Sarah, dándole un codazo a una chica de primer año para que se hiciera a un lado.

Virginia no estaba muy de acuerdo.

¿Acaso no era suficiente con ver a esos chicos en sus clases, en las tutorías y ahora otra vez aquí?

Estaba segura de que ya habia tenido suficiente de jugadores de fútbol para esta vida y la otra, y sin embargo...

– ¿Es Nelly Raimon que te esta haciendo señas? –preguntó Sarah, poniendo su mano a modo de visera y mirando a las bancas del equipo de Inazuma Eleven.

–Si. –murmuró Virginia. –Es ella.

Sarah la miró de costado y arqueó una ceja rubia.

–Siempre me ha parecido una perra. –comentó como si nada y Virginia casi se atragantó. – ¡Es una buena razón para que me la presentes! ¡Vamos!

– ¡Espera! ¡No...!

Pero Sarah otra vez se hundió en el mar de gente y se hizo un camino hacia las bancas del equipo de fútbol. No, probablemente no quería conocer a Nelly, se dio cuenta Virginia. Sarah solo quería buenos asientos para ver el partido.

Con una sonrisa angelical y una determinación solo comparada con la del mismo diablo, Sarah Levieva se plantó frente a las cuatro gerentes de Inazuma Eleven.

– ¡Soy Sarah! –dijo, extendiendo su mano alegremente a Nelly Raimon. – ¡Y algo me dice que podemos llegar a ser muy buenas amigas!

Virginia no podia creer lo interesada que podia ser su amiga.

Nelly sonrió con igual entusiasmo y estrechó su mano.

– ¡Soy Nelly! –gritó, para hacerse oir sobre el bullicio. – ¡¿Qué hacen aquí, chicas?!

– ¡El partido! –gritó Sarah, señalando a su espalda a los chicos que estaban calentando en la cancha. – ¡No queremos perdernos el partido!

Virginia maldijo internamente cuando se dio cuenta que Axel Blaze las estaba observando.

El arbitró sopló el silbato para pedir orden al público y el ruido bajó lo suficiente como para dejar de hablar a gritos.

–Quédense aquí –ofreció Nelly, señalando las bancas. –Podrán ver todo.

Entre nosotros. [Inazuma Eleven-Axel Blaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora