No fue difícil encontrar a Axel Blaze. La gente se apartaba del camino del jugador debido al miedo o admiración en partes iguales que despertaba a la multitud.
Pero el chico iba caminando a zancadas largas, y Virginia tuvo que poner todo su esfuerzo en correr para lograr alcanzarlo.
Cuando la mano de ella se cerró a la altura del codo de Axel, él giró de inmediato hacia ella.
Virginia tiró de su brazo.
—Sígueme. –ordenó secamente.
Ella se negaba a tener aquella conversación en el corredor a sabiendas que era muy fácil que alguien los escuchara.
Así que obligó a Axel que la siguiera, hasta que encontró una sala con la puerta abierta. Se metió dentro y empujó a Axel, mirando con recelo atrás de su espalda por si alguien los estaba mirando.
Pero todos estaban metidos en sus propios asuntos. Estaban corriendo, riendo y charlando alegremente. Algunos guardaban sus libros y otros simplemente caminaban con lentitud hacia otro lugar.
Era otro día en el instituto para cualquiera, excepto para ella.
Cerró la puerta y se dio vuelta para enfrentar a Axel.
Cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró, directamente a aquellos oscuros ojos. Respiró al menos dos veces antes de armarse del suficiente valor para hablar.
—Dime que ocurre contigo. –dijo con lentitud.
El alzó su barbilla y entornó sus ojos, el fuego ardiendo en su iris marrón.
—Nos abandonaste. –masculló. —¿Por qué?
Virginia sintió la acusación en los huesos.
—Es una semana. –replicó, tratando de conservar la calma. –No he renunciado.
El ladeó su cabeza, en ningún momento dejándola de mirar directamente. Virginia se dio cuenta que jamás, nadie la había observado con tal intensidad. Como si deseara quemar sus huesos o como si pudiera leer las palabras que componían su corazón.
—Es por lo que ocurrió. –determinó Axel. –Yo tengo la culpa.
Virginia quería que dejara de mirarla. No soportaba el peso del juicio tras esos ojos. Ella respiró hondo una vez más.
—No. –admitió. –Tu no...
—Me gustas. –la interrumpió de golpe, casi desafiándola a contradecirlo. –Me gustas y no tienen sentido negarlo.
La garganta de la muchacha tembló. Su boca se secó y de pronto, tuvo otra vez la necesidad urgente de dar media vuelta y salir corriendo de ahí.
Otra vez estaba sucediendo, otra vez...
—Y sé lo siguiente. –continuó Axel, casi gruñendo cada palabra. –Sé que el imbécil de tu amigo no te gusta en lo absoluto y que él es lo suficientemente tonto para no notarlo.
—No hables así de Adam. –advirtió severamente Virginia.
Pero Axel Blaze parecía furioso y no pareció oírla.
—Y no sé si yo te gusto. –continuó molesto. –Quiero saberlo. Ahora.
Las cejas oscuras de Virginia se reunieron en un gesto absolutamente desconcertado.
— ¿Es una pregunta o una orden? –preguntó, con un filo peligroso en la voz.
Axel frotó su frente con su dedo índice y pulgar, como si sintiera un terrible dolor de cabeza.
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Entre nosotros. [Inazuma Eleven-Axel Blaze]
FanfictionVirginia Sanna debe cumplir una misión a todas luces imposible. Debe lograr que los jugadores de fútbol del instituto aprueben matemáticas para pasar de grado, de lo contrario el equipo de fútbol dejara de existir como tal. Las esperanzas de todo e...