4 parte

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La nombrada tensó su cuerpo al instante. Light pudo notarlo, por otro lado veía a Alice muy relajada y cómoda, como si estuviese acostumbrada a ese tipo de situaciones:

- Me alegro de volver a verla Alice - añadió el chico sonriendo inocentemente - ¿ Trabaja con mi padre ?

La rubia miró al chico de manera indiferente, solo quería irse de allí a buscar algún buen lugar donde divertirse y beber:

- Así que el viejo de ahí arriba era tu padre... - después recordó la mirada autoritaria que Soichiro llevaba, parecía un hombre honesto y justo de esos que quieren ayudar a hacer del mundo un lugar mejor - no os parecéis en nada ¿ Verdad ? - sonrió de vuelta.

El castaño la miró tratando de entender exactamente a qué se refería, aún así la respuesta que se dió a si mismo no le gustó. No tenía nada que responder por lo que no lo hizo. La manera de andar, de mirar, de hablar... Todo en aquella mujer parecía peligroso y a su vez cautivador, era tan bella y letal que ni siquiera parecía humana.

Alice avanzó despacio hasta Naomi y se quedó a su lado para susurrarla tan bajo como le fue posible:

- Dos horas...

Después le dedicó una sonrisa a Light que la miraba de una manera amigable. Ella sabía que esa sonrisa era parte de la máscara que él mantenía por lo que sonrió de la misma manera para pagar con la misma moneda y se marchó.

Nada más posar un pie fuera de ese lugar, tuvo que estirar su espalda. La tensión del lugar era palpable. Levantó la mano parando un taxi y se marchó después de llamar a Watari pidiéndole que le reservase una habitación en el hotel y dejase sus cosas en ella.

Fue al centro de la ciudad. Quería divertirse un poco y olvidarse de la mala experiencia de ese día. Entró en un bar con buen ambiente y se acercó a la barra para pedir whisky mientras pensaba como conseguir droga en un país tan estricto. Tomó un sorbo de su bebida y comenzó a inspeccionar el lugar. Era un sitio bastante más aburrido si lo comparaba con los clubs nocturnos que frecuentaba en otros países. Aun así, no tardaron en acercarse varios chicos a tratar de seducirla. Obviamente Alice era bastante más difícil de lo que aparentaba a simple vista su único propósito era el dinero y esto se ocultaba bien detrás de su cara joyería de plata y su mueca carismática. No le interesaba que tan guapo o amable fuese el hombre que la intentase camelar. Solo quería ver un buen fajo de billetes.

Al de una hora comenzó a pensar en irse, no era tan tarde pero comenzaba a aburrirse y no parecía haber ningún hombre dispuesto a darla lo que buscaba. Hasta que por fin pudo ver cómo entraba en el lugar un sujeto con buenos zapatos y un reloj caro, eso en su vocabulario significaba dinero por lo que no tardó en lanzarse a por él. Era un hombre de mediana edad casado y quién tenía un buen puesto en una empresa cercana. Lo suficiente como para darla una buena suma por sus servicios. No era un hombre especialmente atractivo, pero tampoco totalmente feo, su aspecto era bastante común, sin nada destacable o especial.

Salieron del lugar juntos rumbo hacia algún hotel, cuando Alice recibió una llamada de algún número oculto:

- ¡¿ Qué narices quieres Ryuzaki ?! - respondió algo ebria pero no tanto como su acompañante.

Estaba acostumbrada a que la llamase de esa manera de vez en cuando desde que aquel accidente ocurrió hace algunos años, como si tuviese la absurda necesidad de asegurarse de que estaba bien.

- Vuelve rápido no tienes permitido continuar de esa manera - dijo de manera tranquila mientras removía su café con una mano y con la otra sujetaba el teléfono.

Alice luchaba para quitarse al hombre de encima, su humor había empeorado y sus ganas de pasar la noche con aquel sujeto se habían esfumado:

- Vete a la mierda haré lo que me parezca y deja de mandar agentes a espiar todo lo que hago Ryuzaki, se que lo hiciste aquella vez y lo sigues haciendo ... ¿ Estas celoso ? Hombre no me jodas, lunático. - contestó enfadada, sabía que él no contestaría a sus provocaciones. Pero no le daría el gusto de joder su noche, por lo que miró el teléfono con total intención de colgarlo cuando escucho la voz de L hablar por última vez antes de hacerlo.

- Si no vienes se acabó el trato y no recibirás tu parte del dinero Alice. - recalcó con voz neutra.

Alice colgó el teléfono desesperada y pateó con fuerza una pared basura cercana, seguía sin entender la importancia de mantenarla a su lado de aquella manera. Lo odiaba... Le recordaba tanto a él.

Cigars And Sweets ( Death Note × Oc )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora