Cigars And Sweets ( Death Note × Oc )

10 parte

Alice observó el auto alejarse olvidándose por completo del contacto que tenía con Light:

- Alice ¿ Debería malinterpretar tus acciones ? - preguntó riendo y levantando la mano que la chica tenía agarrada.

Cualquier otra en su lugar habría evitado el contacto y se habría sonrojado al instante, sin embargo, ella era Alice y no la conocían por ser una chica precisamente muy puritana:

- ¿ Te gustaría malinterpretarlo Light ? - preguntó de manera sugerente

Al instante, una expresión que la chica no supo como interpretar se posó en el rostro del contrario:

- Me gustaría invitarte a salir el sábado, hay una película que me gustaría ver contigo. - añadió sin soltar su mano

Alice sonrió de medio lado como si se esperara una propuesta así y miró al castaño tratando de adivinar las intenciones ocultas que tenía. Sonrió, todo estaba saliendo como quería:

- ¿ Me estás invitado a una cita Light ?

El castaño la sonrió de vuelta de manera algo maliciosa:

- Puede ser - agregó - te llamaré

Tras esto y después de que se despidiesen Alice tomó el camino  más largo hacia el hotel. Quería dar un paseo mientras escuchaba música. Cerca del lugar encontró un pequeño parque que no había visto antes y decidió sentarse un rato a aclarar sus ideas. Veía a diferentes parejas pasear felices. Sonrió inconscientemente. Le echaba de menos y cada vez que veía a L se parecía tanto a él que era una tortura. Suspiró y miró al cielo. Quería pensar que había conseguido liberarse de todo lo que le ataba a este mundo. Pasaron unos minutos más en los que simplemente se dedicó a pensar un poco en la situación y a observar las nubes mientras disfrutaba de las canciones que iban sonando. Amaba la música casi tanto como amaba el dinero y las drogas.

Decidida se puso en pie y retomó su camino. Pensó en Light brevemente y en la cita a la que había sido invitada. Quería molestarlo un poco ese día. El castaño parecía un chico muy cuadriculado y chapado a la antigua, de esas personas que destacan y parecen inalcanzables. Recto, con buen carácter y una sonrisa sacada de un anuncio sobre pasta dental.

Sin embargo, podía notar que aún que llamase la atención por motivos obvios, no le gustaba destacar. Sonrió para sí misma. Llevaría el vestido más escotado que encontrase en su armario, se preguntó si Light diría algo sobre ello. Pensó que si el castaño era capaz de fijarse en su vestimenta al menos un poco, ella podría entender si en verdad tenía interés en ella o simplemente quería utilizarla. Era una lógica un poco absurda para otros, pero ella había conocido a muchos hombres diferentes y los comentarios que hacían sobre su aspecto decía más de ellos mismos que de ella.

Al llegar al hotel, se encontró con L posado en su puerta, encorvado y con su mirada cansada sobre ella. Alice avanzó hasta la puerta ignorándolo pero este se colocó delante impidiendo su paso:

- ¿ Que planea ? No me gusta que actúe por tu cuenta. - dijo de manera sincera.

La fémina se cruzó de brazos y se apoyó sobre la pared. A decir verdad algo que poca gente notaba era que el mayor solía ser sincero con ella. A pesar de que jamás les contaba a los demás que pasaba por su cabeza y usualmente decía lo contrario a lo que quería decir, con Alice no era así, era sincero y sabía que no servía de nada mentirla. Llevaban estudiandose varios años el uno al otro y por suerte o por desgracia se conocían más de lo que a ambos les gustaba admitir:

- Estoy de tu parte, es eso lo único que te importa así que déjame en paz. Ni siquiera te importó arrebatarme a la persona que más quería - contestó dolida.

Alice era orgullosa y usaba muy bien las cartas de la seducción y el misterio, nunca dejaba que los demás viesen lo que pensaba y se ocultaba detrás de una máscara de soberbia que había creado, sin embargo, L hacia que está máscara se fuera y eso la enfurecía. Claro que su soberbia era parte de su astucia y su fortaleza más grande aún así cuando estaba con el moreno se sentía débil, pequeña y un manojo de emociones fuertes que jamás la ocurría con nadie.

L la miró de manera fría, sabía perfectamente que Alice lo odiaba y lo repudiaba con todas sus fuerzas y él tampoco pretendía hacer nada por cambiar eso, de hecho no podía hacerlo:

- Era un asesino Alice, deberías dejar eso atrás o no te dejará pensar con claridad. - agregó con su expresión neutral de siempre. Sin mostrar la mínima emoción, como si fuese un muñeco.

La rubia lo miró, lo hizo de una manera tan dañina y letal que obligó a L por primera vez a apartar la mirada. Parecía que iba a llorar de la rabia y la importancia que estaba sintiendo en ese momento:

- ¿ Oh de verdad ? No me jodas, nunca te han interesado ninguno de los criminales que llevaste entre rejas. - cogió aire - te da igual que sea un ladrón en un pequeño banco o un asesino de talla mundial solo quieres divertirte un rato. Como si fuera un puzle y te diese igual como completarlo. Tu moralidad no está por encima de la de ninguno de los que has llevado a la cárcel Ryuzaki.

El de camiseta blanca se mantuvo en silencio con las manos en los bolsillos, Alice sabía que no diría nada, nunca lo hacía. Simplemente se quedaba callado con esa expresión serena que ella tanto odiaba, como si tuviese todo bajo control y estuviese por encima de la situación:

- No me hables de dejar atrás nada cuando ni siquiera has sentido un mínimo cariño por nadie - gritó histérica - él era la única persona que me importaba en este jodido mundo y Kira y tú me la arrebatasteis y créeme vais a pagar el precio de jugar con la vida de tantas personas.

Dicho esto apartó a L empujándolo levemente y entró en su habitación para cerrar la puerta de un portazo.

Se dejó caer sobre sus rodillas y ocultó su rostro llena de frustración. Avanzó hasta una pequeña nevera que había en la habitación y sacó de ella una cerveza que abrió para comenzar a beberla a morro. Tras unos cuantos minutos de largos tragos acabó con la botella. Seguía llena de odio ni el alcohol funcionaba ese día, tiró la botella vacía contra la pared y comenzó a llorar mientras agarraba su cabeza.