29 parte

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Alice salió del lugar a paso rápido, pasó por su habitación para recoger todo el dinero que le quedaba y algunas cosas de vital importancia.

Al llegar a la calle pidió un taxi y comenzó a contar el dinero que le quedaba. No tenía mucho, tendría que buscar un hotel barato o encontrar a alguien que le diese una buena cantidad de dinero por una noche.

Tras pensarlo unos minutos le preguntó al taxista por alguna buena zona donde ir a divertirse y beber. El conductor le dejó en una calle llena de locales y un ambiente bullicioso.

Al bajarse, Alice recogió sus cosas y comenzó recorrer los diferentes locales buscando alguna buena presa. Después de algunas horas comenzaba a desesperarse, casi todos eran chicos normales sin mucho que ofrecerla.

Cansada, entró al último club del lugar y pidió un Martini blanco. Varios hombres hacían comentarios sobre su físico y la miraban con deseo, sin embargo, ninguno de ellos era un pez gordo. Pegó un trago y vió entrar en el local a un sujeto de unos treinta y pico años, tenía el cabello color castaño oscuro y los ojos del mismo color, su cara tenía varias arrugas que lo hacían verse más viejo de lo que era y su mirada era completamente altiva. Sin embargo, no fue su apariencia lo que llamó la atención de Alice, a sus espaldas pudo ver a Rem.

Aquel sujeto de traje caro iba acompañado de otros dos hombres, uno de ellos miró a la rubia de arriba abajo y le comentó algo al oído.

Alice sonrió de manera seductora al ver como el primer sujeto se acercaba a ella y se sentaba al lado:

- Buenas noches señorita... - hizo una pausa con intención de que la contraria dijese su nombre

- Alice - contestó ella

El contrario sonrió y pidió dos copas mientras paseaba su mirada por todo el cuerpo de Alice, no sería descabellado decir que sin duda era la mujer más atractiva que había visto en toda su vida:

- Mi nombre es Higuchi, soy el jefe de desarrollo de la tecnología en la corporación del grupo Yotsuba - añadió recalcando su oficio

Alice sonrió de lado y miró a Rem, el Shinigami los había estado observando durante todo ese tiempo.

La chica apoyó su mano en la del contrario inclinándose hacia delante:

- Higuchi ... Resulta que estaba algo aburrida - apartó su mano y la pasó por su cuello - quizá podríamos ir a hablar a algún sitio más privado

El mayor sonrió, no podía creerse que aquella chica en verdad hubiese tomado el primer paso, era su día de suerte, pasaría una buena noche. Tomó lo que quedaba de su bebida de un trago y pasó su brazo alrededor de los hombros de la chica, estaba comenzando a excitarse. El apretado vestido de la contraria no dejaba nada a la imaginación.

Ambos salieron del local y Higuchi le pidió a Alice esperarlo allí, había dejado su coche aparcado algunas calles más allá.

La rubia asintió, se apoyó contra una pared mientras prendía un cigarrillo y esperó a que el contrario viniese. Algunos minutos pasaron y un coche se detuvo en frente de ella, tenía los cristales de atrás tintados y unos acabados elegantes. Con un poco de suerte podría robarle la cartera y la Death note al acabar la ronda que les esperaba a aquel estúpido corporativo, sin embargo, al acercarse pensando que era Higuchi la ventanilla trasera se bajó dejando ver la cara de L en la parte de atrás:

- Sube, nos vamos - exigió

Alice frunció en ceño y pisó su cigarrillo con la punta de su tacón de aguja mientras cruzaba los brazos:

- Púdrete - contestó

L la miraba callado, parecía estar buscando la manera de decir algo:

- Nos vamos - volvió a decir

La rubia miraba la carretera impaciente por ver qué Higuchi llegase:

- ¿Esperas a alguien? - preguntó L al ver su mirada impaciente

- ¿Y a ti que te importa? Ya no soy parte de la investigación, puedo hacer lo que quiera- contestó de manera fría

L salió del auto y se posicionó frente a ella, a pesar de su postura encorbarda y los tacones de Alice el de pelo negro era más alto que ella.

El detective sacó de su bolsillo un par de bombones de chocolate de la misma marca suiza que ya le había dado en otras ocasiones y se los ofreció

Alice levantó una ceja a modo de duda sin saber muy bien sus intenciones:

- Watari me dijo que está sería una buena manera de disculparme

Por un momento la rubia pensó que su sangre se había congelado ¿Disculparse? ¿Acaso había escuchado mal? No podía creerselo

L agarró su mano y posicionó los dulces en su palma. Este gesto hizo que Alice se derritiese por completo:

- Ahora que los has aceptado volverás a la investigación

La rubia no tuvo tiempo de responder ya que el detective la empujó dentro del coche y cerró la puerta detrás de él.

El camino fue en su mayoría silencioso hasta que Alice decidió preguntar algo que no le hizo mucha gracia al contrario:

- Pensé que te habías encadenado a Light ¿Dónde esta él?

L mantenía su mirada fija en las calles llenas de luces de la ciudad:

- Lo encadene en el baño - contestó

Alice tuvo que morderse la lengua para no soltar una carcajada, la imagen del castaño quejándose en el baño y L marchándose le hizo especial gracia:

- No quise decir eso antes - añadió aún sin mirarla refiriéndose a la discusión de horas antes - eres importante

Un extraño calor invadió el pecho de la chica, era tan agradable y cálido que quería mantener ese momento para siempre:

- Lo se - respondió

Al de unos pocos minutos llegaron al hotel, L volvió a su habitación para seguir con la investigación y Alice volvió a la suya, su corazón latía rápidamente. Sacó de su bolsillo los dos bombones que el detective le había dado a modo de disculpa y se metió uno a la boca... Era una sensación cálida y dulce.

Cigars And Sweets ( Death Note × Oc )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora