Nuevo año

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El ocho de diciembre, y como dicta la tradición armaron el árbol de navidad, decoraron la casa y pusieron una corona en la puerta de entrada al departamento y al costado de esta un reno luminoso.

Facundo terminó la escuela y Atenea asistió el viernes once de diciembre al acto de colación. Al finalizar la ceremonia, el joven se acercó junto con su abuela a donde se encontraba ella y la presentó como una amiga. La mujer nunca había sido de meterse mucho en la vida de su nieto, por lo que saludó cordialmente a la rubia, a pesar de saber que no era simplemente una "amiga" para su nieto.

Lo que restó del mes de diciembre no fue muy emocionante, al haberse desocupado de la jornada educativa, se intensificaron los horarios de entrenamiento para el joven deportista. Se veían a la siesta y algunas noches en donde prácticamente Facundo comía y se iba a dormir, extenuado de tanto entrenamiento.

Navidad, llegó con un clima espectacular, no hacía ni frio ni calor. Después de doce se encontraron en una fiesta que se había organizado en una de las playas Santafesinas. Atenea compartió con los amigos de Facundo mientras permanecieron en el lugar, ya que alrededor de las cuatro de la mañana decidieron continuar la fiesta en el departamento de ella.

Ambos se encontraban frente al ventanal del living, mientras él la abrazaba por la espalda y le besaba el cuello ella contemplaba los últimos fuegos artificiales que se veían en el horizonte. Bastaron pocos minutos para que la temperatura de ambos aumente, y no hubo necesidad de ir hasta la habitación, lo hicieron ahí mismo. Atenea empañaba el vidrio con su respiración y él la embestía por detrás, Facundo llegó primero al orgasmo, por lo que decidió recostarla en el sofá y continuar con sexo oral hasta que ella llegue al clímax.

Mientras se preparaban para acostarse, Facundo sacó del bolsillo de su mochila una cajita de terciopelo azul, y se la extendió a la mujer. Por el tamaño Atenea dedujo que se trataba de una pulsera, por lo que cuando la abrió no la sorprendió ver una pieza circular dorada, lo que si le sorprendió fue ver el diseño que esta tenía.

_ Es el nudo de Hércules. Mencionó Facundo al ver que Atenea no emitía sonido.

_ O nudo del amor. Completó la abogada, aun con la mirada fija en el regalo. _ Supuestamente Hércules se lo regaló a su amada para jurarle amor eterno por ser un nudo difícil de soltar... Mi mamá solía contarnos esta historia cuando éramos chicas. Finalmente levantó la mirada y con ojos emocionados le agradeció por el regalo.

_ No es nada, me gustó la historia cuando me la contó el joyero, además es acorde a tu nombre. Dijo esto último riendo para descontracturar el momento.

_ yo también tengo un regalo para vos, pero no es tan emocionante como el tuyo.

_ Es tuyo por lo tanto va a ser emocionante. Dijo el joven mientras la besaba.

Buscó dentro del ropero un paquete y se lo entregó, Luego de romper el envoltorio, Facundo encontró la bolsa de un conocido local de ropa, la cual en su interior tenía una chomba color azul marino con dos rayas gruesas, una blanca y otra roja. Pero lo más importante estaba bajo la bolsa de la camisa, era un paquete de papel madera, con una tarjetita que decía: "Ojalá siempre nos miremos como en esta foto", al deshacerse del envoltorio, el atleta descubrió un portarretrato con una de las fotos que le habían tomado en la fiesta a la que ella había asistido invitada por él meses atrás. En la foto se los veía a los dos agarrados de las manos mirándose a los ojos y riéndose. Era una foto espontanea, que dejaba al descubierto los sentimientos que se dedicaban a través de las miradas. Facundo la abrazó fuerte y mirándola a los ojos le dijo que él estaba seguro de que iba a ser asi.

Una vez acostados, la rubia recordó poner el despertador, pero fue en ese momento en el que se percató que no había visto su celular desde que estaban en la playa. Fue hasta el perchero del comedor en donde estaba la cartera y revisando enérgicamente constató que no tenía el celular. Debía haberlo perdido en la playa durante los festejos. Prefirió no darle demasiada importancia, a fin de cuentas, ese teléfono ya tenía unos años y lo había comprado en compañía de Pablo, asi que le pareció bueno comprar uno que nada tenga que ver con su vieja vida. Y asi fue que el sábado 26 se acercó a su compañía de celular para adquirí un nuevo aparato.

El marte 29 de diciembre partieron a primera hora rumbo a Punta del Este. Atenea le había comunicado al padre que pasaría año nuevo con un amigo en el país vecino y que utilizaría el departamento familiar, el cual desde la muerte de la madre de Atenea había sido usado en escasa ocasiones y pasaba la mayor parte del tiempo alquilado para turistas por lo que la joven tuvo que cerciorarse previamente que la inmobiliaria que se encargaba del alquiler esté al tanto para no ocuparlo durante esos dias.

El viaje fue ameno, tomaron mate, escucharon musica y hablaron sobre diferentes temas. Luego de 10 horas y unas cuantas paradas llegaron a la ciudad uruguaya

El departamento tenía una maravillosa vista al atlántico. Si bien no era de grandes dimensiones, era cómodo y estaba bien decorado. Aprovechando la buena condición climática, terminaron de acomodar las pocas pertenencias que habían llevado y se fueron a la playa.

Desde un primer momento, todo fue diferente en Uruguay, ahí no tenían necesidad de cuidarse si alguien los veía, no les importaba la diferencia de edad y actuaban como cualquier pareja enamorada que se demuestra cariño. Caminaban de la mano, se abrazaban y besaban mientras miraban vidrieras, se ponían protector solar una al otro, se sacaban fotos y sonreían tontamente por todo.

No había restricciones al momento de hacer el amor, lo hacían a la noche, al amanecer, por la siesta, en la ducha. Cualquier momento era bueno, incluso llegaron tarde a la cena de año nuevo por este motivo y casi pierden la reserva. Pero a los enamorados nada los perturbaba, incluso a pesar de que ninguno lo expresaba, estaban ansiosos de volver al departamento para continuar lo que habían comenzado horas antes.

Estuvieron hasta el domingo 10 de enero. Ambos estaban por demás de felices, la convivencia había sido perfecta, sin embargo, los dos sabían que el resto del año sería más lo que iban a estar separados que juntos. Él debía estar en Buenos Aires el primero de febrero para comenzar el entrenamiento intensivo de cara a los juegos olímpicos de Rio de Janeiro. Pero nada les arruinaría la felicidad que sentían en ese momento, el tiempo diría cuanto les iba a afectar la distancia en la pareja.

No hay edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora