Aturdido

609 38 5
                                    


Facundo salió de la habitación con el boxer ya puesto y el celular pegado a la oreja, hizo falta que llame tres veces a Dante para que este respondiera con voz de dormido y sin entender mucho lo que ocurría.

­­_ Dante, soy yo, ¿me escucha? ¿Qué pasó? ¿Por qué tanta urgencia?

_ ¿Facu? ¿Qué hora es? ¿Por qué no atendías el teléfono?

_ Son las ocho de la mañana, pero decime que pasa me estoy preocupando...

_ No creo que te guste lo que tengo que contarte... Pero corresponde que lo sepas...

Las palabras de Dante parecían salir en cámara lenta, y Facundo comenzaba a impacientarse. Hubo un silencio luego de la última oración y luego de un suspiro finalmente volvió a hablar.

_ Atenea está embarazada... la vi ayer, le pasó algo y la tuvieron que internar, yo justo estaba buscando a mi viejo en el sanatorio cuando a ella la bajaban de la ambulancia. Nuevamente el silencio.

_ El obstetra es mi papá... me dijo que está de cinco meses, por lo que supongo que el hijo puede ser tuyo ¿no?

El joven atleta no respondía, sentía como si le hubiese caído encima un baldazo de agua helada se sentó en la primera silla que encontró y se sostuvo la cabeza con la mano libre. Le costaba respirar, tenia los ojos arrebatados de lagrimas y le sudaban las manos.

_ ¿Facu, estás ahí? Preguntó el amigo con preocupación.

_ Si, sigo acá... ¿en que sanatorio está? Alcanzó a pronunciar con la vos entrecortada

_ En el central, pero posiblemente hoy le den el alta... voy a intentar averiguar algo mas y te voy contando.

_ No, no te preocupes. Voy para Santa Fe.

No perdió mas tiempo, sabia que a las doce del mediodía salía un vuelo a Santa Fe, reservó el pasaje desde su celular, se dirigió a la habitación, se despidió de la China sin darle muchos detalles, sólo le dijo que debía viajar a Santa Fe por una urgencia.

No tenía mucho tiempo, por lo que pasó por su departamento, se duchó rápidamente, puso unas cuantas prendas adentro del bolso de mano y salió a buscar un taxi. A las diez y media de la mañana ya estaba en el aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires, había hecho todo en tiempo récord, pero afortunadamente no departamento no estaba lejos del de la China y el aeropuerto tampoco lo estaba para lo que son las distancias en la capital argentina.

Luego de gestionar su pasaje, aun le sobraba tiempo por lo que decidió caminar un poco, no lograba poder quedarse quieto. No sabia como tomarse la noticia, tenía muchos sentimientos encontrados. No entendía por que Atenea le había ocultado algo así, necesitaba explicaciones, pero a la vez estaba preocupado por la reacción de ella cuando lo vea y como podía afectar al embarazo. No quería causarle un malestar en este momento. A decir verdad, no sabia si estaba enojado, triste o contento por la noticia. Lo enojaba el echo de no haberse enterado antes, estaba triste por cómo se habían dado las cosas y sentir la falta de confianza de la abogada, pero no podía negar que una partecita bien profunda de su ser estaba feliz por la noticia.

Para completar su estado de caos mental, comenzaron a llegarle todo tipo de imágenes a su whatsapp, aparentemente los habían fotografiado mientras comían la noche anterior con la China, y había fotos en donde estaban tomados de la mano e incluso una en la que el le besaba la mano. Las revistas de chimentos no se habían hecho esperar y ya habían largado titulares como "Romance confirmado" "La China festejó su cumpleaños con amor" "No lo ocultan más". Los mensajes no se hicieron esperar, su agente publicitario lo felicitaba y le informaba que ya había varias marcas dispuestas a pagar por fotos de ellos juntos. Incluso algunos programas ofrecían grandes montos de dinero por entrevistas exclusivas para confirmar el noviazgo.

No hay edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora