La última semana de Julio, Facundo junto con otros deportistas, entrenadores y ayudantes llegaron a la ciudad cede de los juegos olímpicos. Específicamente se alojaban en el parque olímpico ubicado en la localidad de Barra de Tijuca. Los juegos se desarrollarían desde el cinco al veintiuno de agosto, sin embargo, el joven nadador tenía su competencia inicial el día seis, en el que nadaría en una de las siete series en donde se dividían los 50 nadadores que participarían de los cuatrocientos metros libre.
Facundo durante esos días previos había decidido tener poca comunicación con personas ajenas a su entrenamiento, intentaba estar lo mas concentrado posible. Con Atenea mantenía dos contactos seguros por día, y ella intentaba no escribirle si no era algo de relevancia lo que tenía que comentarle.
Una noche luego de preguntarle como había estado, le consultó si ya había elegido nombre, a lo que ella respondió que lo esperaría a él para decidir eso. Pero al joven se le ocurrió un método distinto para proponerle, esto consistía en que, si él lograba conseguir alguno de los primeros puestos, elegiría él, y si no ganaba lo elegía ella. A la mujer le pareció algo divertido y una buena forma de que Facundo participe de la elección.
A pesar de que Facundo los primeros días ya podría desocuparse, desde mucho antes de enterarse de su paternidad le había prometido a la China que se quedaría a ver los partidos del seleccionado de hockey, lo que eso significaba que, si avanzaban, él se quedaría hasta casi el final de los Juegos Olímpicos. Sentía un poco de culpa por esto, pero ya tenía todo reservado y además había hecho una promesa. Lo peor de todo es que no había encontrado ni el momento ni la forma para comunicárselo a Atenea. Él la conocía, sabía que ella no se enojaría, pero no dejaba de sentirse mal al respecto. Era algo que debía solucionarlo antes de que lo siga carcomiendo la preocupación y lo afecte emocionalmente, y no era un buen momento para que eso pasara.
Los siete meses de embarazo que Atenea tenía para la última semana de Julio no la ponían tan nerviosa como pensar en la competencia de Facundo. Trataba de ocupar su tiempo haciendo yoga, leyendo, preparando el ajuar y las cosas necesarias para el nacimiento del niño, pero nada lograba tranquilizarla. Ingrid se mostraba muy preocupada por como eso podría afectarla a ella o al embarazo en sí.
Ese día, la futura mamá había notado raros los mensajes del joven nadador, le había preguntado lo mismo de siempre, ¿Cómo estaba? ¿Cómo había dormido? ¿Qué había comido? Pero también, se había mostrado muy interesado en las actividades de las semanas siguientes. Ella suponía que era porque una vez que termine su competencia el regresaría, pero, así y todo, había algo que no terminaba de dejarla convencida que ese era el motivo.
El sábado treinta de julio, faltaba una semana exactamente para que Facundo nade la fase en donde intentaría conseguir un puesto en la final. Luego de haber entrenado todo el día para ello, se refugiaba en la habitación a leer en su Tablet. Pero esta vez no leía noticias o cosas relacionadas a los juegos olímpicos, sino que buscaba hasta que meses era seguro viajar en avión durante el embarazo. Los resultados le indicaban que Atenea estaba al límite, justo entraba en la semana treinta y dos lo que significaba que a partir de ese momento necesitaría un certificado médico para que las aerolíneas le permitan viajar. Sin embargo mientras el joven planificaba un posible reencuentro en tierra carioca, aun faltaba tomar valor y proponérselo a la abogada.
Facundo Arriola
21:02
Hola, ¿cómo estás? Yo se que tal vez esto que te diga te suene un poco raro, y no sepas que decirme y está bien si no me querés responder ahora... Pero después que termine mi competencia, yo tenía pensado quedarme unos días mas para ver algunas otras competencias, todo esto lo planifiqué antes de enterarme que estabas embarazada. Pero ahora no puedo dejar de pensar en el bebé y en vos, a pesar de que nunca dejé de hacerlo, ahora es diferente... vos me entendés... Por eso quería consultarte si ¿querés venir a pasar unos días a Rio cuando yo termine de competir? Se que es raro, tengo reservado un departamento para los días posteriores, hay un somier y un sofá cama así que eso no sería un problema... lo único es que tendrías que conseguir un permiso del médico para el vuelo. Si me das el ok yo me encargo de los pasajes.
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No hay edad
RomanceAtenea, una abogada de 32 años debe comenzar de nuevo su vida luego de un terrible divorcio, lo que no imaginaba es que sea de la mano de un joven de 18 años. Pero... ¿Hasta que punto uno debe guiarse por la pasión? ¿Es posible una relación con esta...