Facundo Arriola

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Los días le resultaban interminables al joven deportista sin tener noticias de su exnovia, daban vueltas en su cabeza las palabras de Atenea, pero no tenían sentido para él. Había hablado por WhatsApp con Dante, su amigo, y este había intentado desdramatizar el asunto diciéndole que era algo esperado, que, con esa diferencia de edad, ella estaba para otras cosas. Sin embargo, Facundo sabía que la mujer tenía otro motivo para terminar, y él se había propuesto averiguarlo. No era más que una corazonada, pero no le importaba.

Las jornadas de entrenamiento eran agotadoras, apenas le quedaban energías por la noche para mandar algunos mensajes y revisar sus redes sociales por unos pocos minutos. En las de Atenea no había habido modificaciones y eso lo desesperaba un poco. Los primeros días le escribió bastante, pero al ver que ella le respondía con pocas palabras o evitando dar detalles de cómo estaba o porque había decidido dejarlo prefirió dejar de escribirle.

Antes de silenciar el celular y conciliar el sueño, abría la galería de imágenes y repasaba todas las fotos que tenían juntos y mas desconcierto le generaban.

A muchos tal vez les costaba entenderlo, pero él realmente amaba a la abogada. Sentía que a su lado había logrado superar miedos, con ella no tenía miedo de mostrarse tal cual era y se sentía seguro de mostrar sus sentimientos. Antes de conocer a Atenea, había estado saliendo con Lucia, una chica que iba a su colegio, a un curso menos que él. Cuando estaban juntos la pasaban bien, se divertían, pero era una relación muy cambiante para Facundo, ya que cada vez que el viajaba para competir, ella entraba en una crisis de celos terrible. Fue por esto por lo que antes de viajar a Kazán decidió terminar la relación, se dio cuenta que su prioridad era la natación y que la chica sufría mucho por esa causa. Pero con Atenea era todo distinto, Atenea lo entendía y lo apoyaba, jamás le hubiese hecho una escena de celos o pedido que no haga algo en relación con la natación.

Además de las jornadas de entrenamiento, ahora también se habían sumado los compromisos relacionados a las marcas que lo patrocinaban y su nuevo trabajo como modelo publicitario. Prefería estar ocupado, evitaba que todo el tiempo piense en el porqué de lo que había decidido Atenea.

A fines de marzo tenía pensado viajar a Santa Fe para visitar a su abuela y amigos, y probar hablar nuevamente con Atenea. Sabia por la gente del club que continuaba yendo a nadar, pero no lo hacía con tanta regularidad, incluso le habían comentado que en algunas ocasiones había llegado al club, pero se retiraba a los pocos minutos sin ingresar a la pileta. Este dato lo había desconcertado, ¿Por qué iba hasta el club y se iba a los pocos minutos? Seguramente por cuestiones laborales se convencía Facundo.

El viaje a Santa Fe debió ser pospuesto, ya que tuvo que asistir a un evento de una de las marcas patrocinadoras, en este caso una de autos. El asunto consistió en sacarse algunas fotos con el nuevo modelo que acababa de llegar para lanzarse al mercado. Le llamó la atención que muchas personas lo reconocían y le preguntaban por los preparativos para los próximos juegos olímpicos. Como era de esperar no había sido el único deportista invitado, entre todo el grupo se encontraba Candelaria Wells o más conocida como "la China Wells" considerada la joya más reciente del seleccionado de hockey femenino. Los periodistas estaban fascinados con ella, no solo por lo deportivo, sino porque era dueña de una personalidad avasalladora para sus recién cumplidos diecisiete años. A donde iba era el centro de atención y el evento de la presentación del nuevo auto no fue la excepción. Vestida con un estilo extravagante a comparación del resto de invitados y peinada con una cola de caballo tirante dejaba despejado su rostro, en donde se destacaban sus ojos rasgados, lo que le dieron el apodo a pesar de no ser oriental ni tener ningún tipo de ascendencia, y su boca pintada de rojo carmesí. Facundo la encontró en varias oportunidades observándolo, sin embargo, supuso que era porque no lo ubicaba.

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