🐾Capítulo 2🐾

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Después de comer llevó los platos a la cocina, los lavó antes de volver a la sala, sacó una cobija pequeña polar de uno de los muebles, se sentó en el sillón con la cobija en sus piernas, sin poder evitarlo sus ojos se comenzaron a cerrar quedándo...

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Después de comer llevó los platos a la cocina, los lavó antes de volver a la sala, sacó una cobija pequeña polar de uno de los muebles, se sentó en el sillón con la cobija en sus piernas, sin poder evitarlo sus ojos se comenzaron a cerrar quedándose dormida con la tele encendida.

Melissa despertó horas después con el sonido fuerte de la lluvia que golpeaban los cristales salvajemente, los truenos y relámpagos se escuchaban además de que la casa se encontraba oscura y sólo la  alumbraban los relámpagos lo que le daba un toque siniestro a la casa.

Melissa se puso de pie e intentó prender la luz solo para darse cuenta que no había. Lo más probable era que se hubiera ido la luz por la lluvia y el viento que azotaba los vidrios y los árboles, lo que no le dio otra opción que prender la luz de su celular y subir las escaleras de madera que rechinaban con sus pasos, lo que hizo que Melissa subiera corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación con ganas de llorar por el miedo que sentía, además que estaba sola.

Entró a su habitación cerrando la puerta poniendo el seguro detrás de ella, y sin más se acostó en la cama. Miró su celular, el cual indicaba que eran las diez de la noche. Melissa intentó dormir pero por más que buscaba una posición cómoda en la cama no pudo dormir, así pasaron las horas y muy cerca de la una de la madrugada fue cuando pudo conciliar el sueño.

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El mes de diciembre había decidido hacer su aparición junto con el frío. Era una de aquellas noches que te helaba hasta los huesos. Las luces navideñas adornaban las calles y las casas, haciéndolas lucir como estrellas del firmamento de varios colores, las canciones navideñas se comenzaban a escuchar por los establecimientos, los pequeños puestos de chucherías y en la radio el espíritu de la navidad estaba comenzando a despertar al gran estado de México. El frío unía a las familias con una taza de café caliente, junto con una cobija mientras que intentaban a entrar en calor.

Mientras que ellos disfrutaban del calor que les producía su hogar y la taza de café, una gatita estaba sola en las calles buscando algo de comida y donde pasar aquella noche helada. ¡Que suerte la suya! El día anterior la lluvia de agua helada y esa noche la había alcanzado sin tener donde resguardarse de aquel frío invernal de Diciembre. Aunque en México no caía nieve, si llovía agua muy fría.

Si se observaba bien a la felina se podía ver un pequeño bulto debido a que se encontraba cerca de ser madre, y aunque había gente que le ofrecía alimento, también había gente que la rechazaba.

Aquella gatita no había nacido en la calle, había tenido su hogar y toda la comida que ella quisiera. Su dueña había puesto más atención cuando notó estaba a punto de ser madre, dándole las atenciones necesarias para que sus gatitos nacieran a salvo y sanos. Pero el destino parecía estar en su contra.

El Maullido Que Me Trajo A Ti© (En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora