Melissa Cruz no quiere volver a enamorarse, después de haber perdido a su esposo. Años después conoce a Ernesto de la Rosa, quien se encarga de voltear su vida en un giro inesperado de 360 grados (radical) (Cambio Completo) . Juntos enfrentarán obst...
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Al día siguiente, Melissa salió de su casa para poder ir a trabajar como siempre. Se había arriesgado a aceptar la invitación de Ernesto cuando fueron a la fondita. Estaba nerviosa, aquel encuentro con la madre de Ernesto no había sido para nada caluroso, es más la había amenazado con despedirla si seguía cerca de su hijo y aquello solo era un aviso.
Intentado olvidar lo que la madre de Ernesto le había dicho comenzó a caminar en dirección al trabajo. Era una de las mañanas frías de diciembre, Melissa llevaba sus manos dentro de su abrigo negro para poder mantenerlas calientes, aunque ahora sabía que un vestido no había sido buena idea y menos para estas fechas. Pasó por un puesto de café y se pidió uno. Mientras que tomaba su café continuó caminando.
Llegó al edificio del hotel y tiró un vaso vacío en el bote de basura antes de entrar al hotel. Melissa caminó hasta el escritorio de la computadora y encendió el monitor.
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Adriana De La Rosa sorprendió a los trabajadores de la cocina cuando llegó por la puerta trasera la cual tenía un letrero en letras grandes "SOLO PERSONAL AUTORIZADO" acompañada del futuro heredero Ernesto De La Rosa. Adriana observaba cada detalle de la cocina del hotel asegurándose que todo estuviera en orden. El personal de la cocina esperaba en una fila. Los chefs al verla entrar se pusieron sus gorros, igual que el sub chef y como siempre cabezas abajo y en silencio. No era diario que la señora Adriana viniera a observar su trabajo pero les daba la sorpresa rara vez y aquel día había tomado esa decisión.
Una vez que terminó de hacer su inspección salió de la cocina por la misma puerta de atrás seguida por Ernesto. Los trabajadores de la cocina habían estado conteniendo el aliento y hasta que no estuvieron seguros de que ya no regresaría no respiraron tranquilos nuevamente. Para mala suerte del encargado de la limpieza de la cocina se encontraba fuera de esta.
- Levanta las tapas de los botes de basura, quiero ver que estén vacíos, un bote de basura lleno llama la atención de animales de la calle. -le ordenó Adriana.
El joven la obedeció y uno por uno levantó la tapa para que ella pudiera observar de lejos, el chico estaba nervioso y miró en dirección a donde se encontraba los gatitos. Por primera vez el chico tuvo miedo de que los descubrieran por lo que acababa de decir. La señora se dio la vuelta para poder irse hasta que se volvió a detenerse, Ernesto reconoció aquel sonido y recordó a la felina que había buscado Melissa el día anterior.
- Vámonos madre-le dijo Ernesto
Pero la señora De La Rosa ya había escuchado a los gatitos llorar.
-¿Qué es eso?- preguntó acercándose de dónde venía aquellos sonidos hasta que los vio.-¿¡Qué es eso peludo y apestoso!?- le gritó al chico quien hasta el momento se había mantenido en silencio-¡Escúchame bien, quiero a esos asqueroso animales fuera de aquí o yo no respondo por los que les pueda pasar
